José Antonio Rojas Nieto

Energéticos y poder social

Ayer sábado se celebró el aniversario número 41 de la nacionalización de la industria eléctrica. šMil felicidades a la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y a Luz y Fuerza del Centro! Sí, a pesar de fallas y debilidades, el servicio público de electricidad ha respondido. Y, sin embargo, se escucha a prominentes representantes del PAN decir que el hecho de la nacionalización, realizada por el presidente López Mateos, no aportó nada. Que nada tuvo que ver con la fundación de la CFE, cuyo aniversario 66 se celebró en agosto. Tampoco -aseguran- con la expropiación petrolera. Y en contra de su acostumbrada retórica, también algunos personeros del PRI ya dicen algo similar.

šQué visiones pragmáticas que tratan de vivir el momento y sólo el momento de la presión a la apertura privada en petróleo, gas natural y electricidad! Les urge modificar la Constitución para legitimar esa inversión en la explotación de los recursos naturales que pertenecen a la nación. Pero también legitimarla en áreas estratégicas como la electricidad. Atacan dos puntales de la fortaleza del Estado mexicano y de la nación. La novedad es que lo hacen desde las entrañas del Estado de hoy. Atacan lo último que queda en la Constitución como propiedad de la nación y responsabilidad del Estado y sus empresas.

šEra muy difícil imaginar a Santiago Creel blandiendo los argumentos falaces de la debilidad financiera de nuestras empresas públicas, para impulsar ese cambio constitucional! šPocos imaginamos a Felipe Calderón repitiendo rápida y un tanto mecánicamente los argumentos trillados de los apologetas de la inversión privada en petróleo, gas natural y electricidad! šHoy encabezan ambos la defensa de la débil racionalidad de los impulsores del cambio constitucional!šEn menos de tres años arribaron a esa curiosa coincidencia con Salinas de Gortari, con Zedillo! šQué curioso de verdad! Y ya echan su cuarto a bastos para modificar los artículos 25, 27 y 28.

šQué lejos están de valorar -como me parece, debieran- que el control nacional del petróleo, del gas natural y de la electricidad otorga a la sociedad mexicana un poder social que le permite negociar -sí, negociar- las condiciones de nuestro desarrollo nacional! šPrimero que nada con el capital financiero internacional, el mismo que se muere por penetrar las entrañas de nuestras empresas estatales, de nuestras industrias petrolera y eléctrica!

No olvidemos que controlar el petróleo, el gas y la electricidad es controlar una de las fuentes clave del poder. Y si pasan a manos extranjeras o privadas, o acaso se comparten con ellas renta petrolera y renta eléctrica, perderemos elementos clave de la autonomía de la sociedad. Lo diré nuevamente. šQué lejos está el nuevo PAN de esas concepciones fundamentales de los Gómez Morín, de los González Luna, de los Landerreche, de los ChriestlIeb, de los Hinojosa, de los Estrada y -qué duda cabe- de los Conchello, que impulsaban la fortaleza estatal vinculada al control nacional del petróleo y de la electricidad, como garantía para un desarrollo social humanista! šAhí están los documentos fundacionales del PAN! Y ahí también los del PRI, incluidos los de su asamblea anterior, con tesis discordantes a las escuchadas esta semana en la Secretaría de Gobernación. ƑCómo defender los instrumentos que nos permiten luchar por un poco de autonomía social, en un mundo donde se confunde globalización con subordinación, interrelación con concesión?

Luego de cuatro años de debate, ya es tiempo de una decisión. Toca a este Congreso de la Unión tomarla. Los argumentos se han esgrimido hasta la saciedad. Ayer mismo un grupo privilegiado de investigadores universitarios de la Facultad de Ingeniería de la UNAM hizo una defensa inteligente y refinada del carácter público de nuestras empresas petrolera y eléctrica. šY cuántas veces se ha escuchado a los mismísimos directivos y técnicos de Pemex y CFE solicitar la sustitución del control presupuestal que ejerce la Secretaría de Hacienda, por medio del llamado techo presupuestal, por un renovado control por parte del Congreso de la Unión sobre la base de su autonomía! šEmpresas autónomas coordinadas por un Consejo Nacional de Energía y controladas y auditadas por el Congreso de la Unión! ƑSe puede exigir más?

Es momento de que estas dos nobles y fuertes empresas trasciendan sus fallas y asuman el reto de su autonomía. Transparencia financiera, organizativa, administrativa, de gestión. Transparencia en sus procesos de fijación de precios. Transparencia en la determinación de subsidios. Voluntad para alentar su cambio técnico. Esfuerzos firmes de reorganización empresarial. Cooperación privada limitada y controlada. Son líneas de una nueva estrategia para unas empresas de Estado autónomas.

šSí, efectivamente, ya es tiempo de una decisión. Corresponde a este Congreso hacerlo, y hacerlo bien! šNomás no debiliten a la nación!

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