México D.F. Sábado 27 de septiembre de 2003
Aznar y la oposición socialista rechazan
el proyecto; es "rupturista", afirman
Presenta Ibarretxe plan para cambiar el estatuto del
País Vasco a "libre asociación"
El gobierno del Partido Popular, gran obstáculo
a la paz en Euskadi, dice el lehendakari
ARMANDO G. TEJEDA CORRESPONSAL
Madrid, 26 de septiembre. El presidente del gobierno
vasco, el nacionalista moderado Juan José Ibarretxe, presentó
este viernes ante el Congreso regional un proyecto para cambiar el estatuto
político del País Vasco a uno de "libre asociación".
El proyecto prevé la puesta en marcha de un proceso
de paz que haga posible la pacificación de la convulsionada región
y sentar las bases de un nuevo modelo de gobierno en el que primará
la vocación de más soberanía e independencia con respecto
al Estado español.
Por su parte, el presidente del gobierno español,
el conservador José María Aznar, y la oposición socialista
rechazaron la iniciativa, que tildaron de "separatista" y "contraria" a
los preceptos constitucionales vi-gentes en este país desde 1978.
El llamado Plan Ibarretxe aspira a servir de base
para un modelo de gobierno que permita al País Vasco gozar de algunas
reivindicaciones: que se reconozca el derecho de autodeterminación,
conseguir el final definitivo de la violencia y transferir competencias
básicas como la recaudación de la seguridad social y la creación
de una mesa en la que se debatan las reformas constitucionales que se requieren.
"Nuestra
sociedad quiere dar por finalizada una etapa marcada por la violencia y
la falta de normalización política. Desea avanzar en un camino
de solución basado en el respeto a los derechos humanos individuales
de todas las personas y en el respeto a las decisiones colectivas del pueblo
vasco", comentó Ibarretxe.
Indicó que en los últimos años ha
habido una notable beligerancia institucional del gobierno español
y del derechista Partido Popular que se evidenció en la "aprobación
de la Ley de Partidos Políticos" y la ilegalización de la
coalición de la izquierda separatista vasca, Batasuna.
El mandatario del País Vasco señaló
que si bien "la persistencia de ETA es una dramática constante en
los últimos 40 años, con excepción del paréntesis
de tregua propiciado por el pacto de Lizarra (desde1998 hasta diciembre
de 1999), la organización separatista vasca sigue siendo el máximo
exponente de la conculcación del más básico y elemental
de los derechos humanos, el derecho a la vida".
Pero Ibarretxe señaló que existe otro gran
obstáculo para lograr la paz en Euskadi: "El gobierno del Partido
Popular, bajo disfraz de la lucha antiterrorista, está ejecutando
sistemáticamente una estrategia que supone el recorte de las libertades
y un grave retroceso de la democracia".
Afirmó que "la aprobación de la Ley de Partidos
Políticos y la ilegalización de Batasuna han impedido que
miles de ciudadanos vascos puedan ejercer libremente el derecho a votar
por una opción política determinada, lo cual no nos acerca
sino que nos aleja de la búsqueda de soluciones".
Pilares esenciales
El dirigente nacionalista añadió que su
proyecto de pacificación y autogobierno tiene tres pilares esenciales:
la convicción de la existencia de un pueblo vasco que tiene identidad
propia y está repartido en Francia y España, que este pueblo
tiene el "derecho" a decidir su propio futuro y, por último, que
ese "derecho" sólo se hará posible "desde el respeto a que
sean consultados los ciudadanos" de la región.
Ibarretxe habló de la posibilidad de contar con
representantes vascos en las instituciones internacionales, sobre todo
en la Unión Europea, y propuso que se admita que tanto Navarra como
el País Vasco francés (Iparralde) tienen derecho a votar
su posible adhesión al que sería el Estado vasco, por lo
que exige que no se "pongan trabas legales a los acuerdos entre las comunidades"
y a los tratados "transfronterizos" que se firmen en el futuro.
Ibarretxe también exige crear un "Poder Judicial
autónomo", que deberá contar con un tribunal superior de
justicia vasco y un tribunal supremo, instancia que "sería la responsable
de la doctrina jurídica".
El vocero del gobierno de Aznar, Eduardo Zaplana, anunció
desde Madrid que se "re-currirá por la vía contencioso-administrativa"
y ante el Tribunal Constitucional contra "todos los planteamientos" anunciados.
El Ejecutivo español consideró que la iniciativa
de Ibarretxe es contraria a la Constitución de España y refleja
un espíritu "claramente secesionista", al tiempo que consideró
"nula" la posibilidad de que prospere, ya que -sostuvo- "genera riesgos
y una gran estabilidad porque coincide con los planteamientos de los violentos".
Patxi López, líder socialista vasco, consideró
que la iniciativa es "rupturista" y sólo le ha servido de "coartada"
para "ocultar la ineficacia" de su administración.
Arnaldo Otegi, parlamentario y vocero de Socialista Aberzaleak,
el grupo parlamentario heredero de la ilegalizada Batasuna, señaló
que la aspiración de su coalición es "cuajar un plan" que
siente las bases para la "superación del conflicto político",
en la que -a su juicio- deberán participar "todos los agentes de
los siete territorios" y en un escenario de ausencia total "de la violencia:
la de ETA y la estructural".
El dirigente abertzale añadió que
"a nosotros nos ilegalizan, nos detienen y hasta cierran nuestras sedes",
pero nos encontramos "ante un momento histórico para la superación
del conflicto", en el que "la izquierda nacionalista está dispuesta
a hacer su aportación", por lo que abogó por una mesa de
diálogo "sin violencia de ETA y sin la violencia estructural, sin
injerencia de los estados".
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