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México D.F. Jueves 25 de septiembre de 2003
Propone en su filme un retrato en cuatro estaciones
Ki-Duk prueba que hacer buen cine no precisa de mucho dinero
Exhibieron el primer largometraje de Jarecki, en Donostia
ARTURO GARCIA HERNANDEZ ENVIADO
San Sebastian, 24 de septiembre. Amor, deseo, placer, felicidad, traición, ira, angustia, dolor, culpa, muerte, es decir: la vida. Todo lo que un ser humano experimenta a lo largo de su existencia ha sido condensado por el cineasta coreano Kim Ki-Duk en una obra de 103 minutos que en español se llamaría Primavera, verano, otoño, invierno y... primavera. Al margen del título, la cinta -coincidieron público y periodistas- es una de las experiencias cinematográficas más gratificantes del festival de Donostia.
Una sola locación (una ermita budista al centro de una laguna enclavada entre bosques y montañas), unos cuantos diálogos, dos personajes centrales y cinco incidentales bastan al director y guionista para elaborar una elocuente reflexión sobre la vida y sus múltiples, inagotables, interrogantes. Poética y, por tanto, esencialmente realista, la historia fluye sobre un discurso visual pletórico de símbolos, en el que sobresale la dirección fotográfica de Back Dong-Hyun. Esta coproducción de Corea del Sur y Alemania se inscribe dentro de lo que se llama películas de ''bajo presupuesto" y pone en entredicho la idea de que para hacer buen cine se necesita mucho dinero.
Proyección en la Zabaltegui
Kim Ki-Duk nació en Bonghwa, provincia del norte de Corea. Junto con su familia se mudó a Seúl cuando tenía nueve años. Sin formación académica como cineasta, hasta ahora ha dirigido cinco películas aparte de la proyectada este año en San Sebastián: The Crocodile (1996), The Isle (1999), Address Unknown (2001), Bad Guy (2002) y The Coast Guard (2002).
El realizador describe así su idea en el filme, proyectado dentro de la sección Zabaltegui: ''Intenté retratar la alegría, la ira, la pena y el placer de nuestras vidas mediante las cuatro estaciones y por medio de Monk, quien vive en un templo rodeado sólo por la naturaleza. Cinco historias: Monk niño, Monk joven, Monk adolescente, Monk adulto, Monk maduro y Monk anciano coexisten con imágenes de cada estación".
Contra la doble moral estadunidense
En Zabaltegui como en la sección oficial se han destacado las cintas temática o formalmente de mayor búsqueda: Reconstruction, del danés Christoffer Boe, entrega una reflexión sobre el amor que rehúye la estructura narrativa convencional. Para ello se vale de efectos especiales, trucos de edición, fragmentación del tiempo narrativo, todo en una atmósfera sórdida y decadente.
Es inevitable -otro ejemplo en el género documental, junto a Suite Habana y La pelota vasca, la carne contra la piedra- mencionar Capturing the Friedmans, primer largometraje del estadunidense Andrew Jarecki, que cuenta la historia de la, en apariencia común y corriente, familia Friedman, dos de cuyos miembros son acusados y condenados por pederastia. Jarecki hace un cuestionamiento de la doble moral sexual familiar en Estados Unidos.
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