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México D.F. Miércoles 24 de septiembre de 2003

POESIA PARA LLEVAR

Ricardo Yáñez

Felicidad y sacrificio

ƑLA POESIA ES es la ausencia del poeta para que la poesía aparezca? Yo digo que sí. ƑO lo diré nada más porque la poesía, tan yoica como suele parecer, me obliga a enunciar esa especie de antídoto? Lo ignoro, lo que sí es que me nace decirlo después de darme cuenta cómo ahora los poetas, en persona, ya no en sus poemas, dan la impresión de considerar que su presencia es del todo necesaria, más, me queda esa inquietud, que la de su poesía, que (peor) la de la poesía misma.

NACER ESTATUA ANTES que poeta yo digo que es bastante pesado, pero bajémosle: nacer personalidad (o figurín) antes que persona ya tiene lo suyo de suicida, y cambiar al sacerdote por el sacramento...

COMENTARIO ALGO APARTE: Novo aludía a quienes tenían biografía antes que vida. De pronto, uno se queda con la sensación de que ya hasta la biografía se cambió por la carrera curricular.

AHORA QUE TODO es espectáculo, Ƒcómo no especular con el show, cómo no hacer de la poesía un a modo de talk show?: se habla más de poesía que se hace estrictamente poesía, y no es hablando de (y aquí el chirrión, claro está, se me puede voltear por el palito) sino haciendo poesía como se cobra autoridad (léase llanamente realidad) en estos menesteres.

MESTER Y MENESTER, la poesía solicita trabajadores, no conductores televisivos, no locutores prestos a explicar lo que acaban de saber. La poesía, dicho de otra manera, oficio y necesidad, pide ser atendida y satisfecha de manera puntual, no periférica. Requiere entrega, riesgo, absoluto (para usar una palabra difícilmente de moda), sacrificio.

NO SE VAYA a pensar, pudiera ser, que en lo último indico que el hambre, la mala vida, la vocación de perdedor (ah, lo gringo, cómo de todos modos se pega), la bohemia, son prestigiado y seguro camino a la gloria, a la posteridad, al blanco bueno. Pretendo nada más repetir con otras palabras lo que leí en un texto hebreo según el cual no hay que creerle nunca a quien expresa que la gracia se le dio nomás así, graciosamente, ni a quien confiesa que por más que ha trabajado en ella no la ha alcanzado, sino en quien afirma, serenamente (sin orgullo ni modestia, en conciencia), trabajé y alcancé.

Y SIN EMBARGO trabajo es trabajo, no declaración. En cierto modo, artesanía. Trabajo es muestra de lo trabajado, cuando mucho, pero a la vez ocultamiento (reserva, no estrategia) del trabajo. El poeta se esfuerza por mostrar que el trabajo no requiere esfuerzo, que, si bien trabajado, si esforzadamente laborado o labrado, aquello con lo que se trabaja se vuelve -y peor, retrospectivamente- una felicidad infusa, infusa, un así es (porque ya era) la cosa, y nada más.

YO VINE A trabajar y a ser feliz, pareciera en mi perspectiva decir al fin y al cabo, pero desde el principio, el poeta. Y si poeta, es de esperar que al fin y al cabo, pero desde el principio, sepa que ese destino o libertad (en ser de vocación no hay diferencia) son el regalo suyo a regalar, su (Ƒcuál?) sacrificio.

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