México D.F. Miércoles 24 de septiembre de 2003
El actor y director recibió el premio
Donostia por su trayectoria cinematográfica
Sean Penn dice sentirse ''más patriota que el
presidente de Estados Unidos''
Jornada de largometrajes latinoamericanos en el festival
de San Sebastián
ARTURO GARCIA HERNANDEZ Y AFP ENVIADO
San Sebastian, 23 de septiembre. El actor y director
estadunidense Sean Penn, protagonista de 21 gramos, filme del mexicano
Alejandro González Iñárritu, recibió este martes
el premio Donostia en reconocimiento a su trayectoria artística
y coherencia personal.
''Estoy seguro que soy más patriota que el actual
presidente que tenemos en Estados Unidos, George W. Bush'', expresó
Penn al pedirle que opinara sobre su rechazo a la política imperante
en su país, a la guerra contra Irak y a la forma en que encaró
su cortometraje que integra el file colectivo 11'09'01 relativo
a los atentados del 11 de septiembre de 2001.
Por
otra parte, la corrupción y la caída del régimen de
Alberto Fujimori ya tienen su primer registro cinematográfico en
la cinta Ojos que no ven, del peruano Francisco Lombardi, que hoy
se presentó en la sección oficial del festival de Donostia.
El filme de Lombardi engarza las historias de seis personajes
del Perú contemporáneo, cuyo telón de fondo es el
escándalo provocado por los videos que grababa el asesor de Fujimori,
Vladimiro Montesinos, al momento de sobornar a diversas figuras de la vida
pública de ese país.
Aunque no es el tema central de la cinta, Lombardi sí
tuvo el propósito de dejar plasmados ''el deterioro moral y la corrupción"
imperantes en el régimen. ''Me interesaban los personajes, las relaciones
entre ellos, la manera en que de una u otra forma este entorno los influye."
Francisco Lombardi (1949) es un viejo conocido en San
Sebastián, donde ha obtenido cuatro galardones. ''Mal que bien -admitió-
mi película termina funcionando como una metáfora, pero siempre
y cuando parta de hechos que tienen un punto de valor en su esencia, es
decir, en la realidad de los personajes que vemos, me parece que puede
tener valor, pero en la medida que se aleje de eso me gusta menos."
Se trata de su trabajo más vinculado a una coyuntura
social y política actual: ''Pero no es con una opción política
determinada, más bien genera un nivel de personajes con contradicciones
y matices".
Filme sobre el Brasil profundo
En lo que fue una jornada latinoamericana en Donostia,
también en la sección oficial se proyectó O caminho
das nuvens (El camino de las nubes), primer largometraje del
brasileño Vicente Amorim. El filme se basa en un hecho real, el
viaje de 3 mil kilómetros en bicicleta que emprende una familia
en busca de trabajo y sustento. Una road movie que hace recordar
a Estación Central (de Walter Salles, exhibida en México
en 1999), aunque sin la fuerza dramática ni la calidad interpretativa
de ésta. No obstante, resulta conmovedora al mostrar aspectos del
Brasil profundo, entrañable y doloroso, violento, azotado por la
crisis, consolado en la religión, alegrado por la música.
Por cierto, la banda sonora de la película está
conformada por canciones de Roberto Carlos, a quien Amorim dedica la cinta,
porque ''su música representa alegría, esperanza y fe, que
son los temas de mi película".
Amorim defendió -ante los medios- el valor del
cine como expresión cultural de un país. Reconoció
que el buen momento de la cinematografía brasileña es fruto
de la atención que el ex presidente Fernando Henrique Cardoso le
prestó: ''Entendió que no existe una gran nación sin
un gran cine. Confío en que Lula haga lo mismo".
También de Brasil, pero para la sección
Zabaltegui, llegó Carandiru, de Héctor Babenco. El
nuevo filme del realizador brasileño -director de Pixote, la
ley del más débil (1980) y El beso de la mujer araña
(1984)- está basado en el libro Estaçao Carandiru,
del médico Drauzio Varella. El volumen reúne un conjunto
de testimonios que Varella escuchó mientras desarrollaba un programa
médico contra el sida en Carandiru, que llegó a ser la mayor
cárcel de Latinoamérica, diseñada para alojar a 3
mil presos, pero en la que se hacinaban cerca de 8 mil. La prisión
se inauguró en 1956 y se dio a conocer mundialmente por la matanza,
a manos de la policía, de 111 prisioneros desarmados, en octubre
de 1992. En diciembre de 2002 fue demolida y allí fue erigido el
complejo cultural y de entretenimiento Parque de la Juventud".
Carandiru es una de las cintas que mejor recepción
han tenido en San Sebastián, por la prensa y el público.
Y se anticipa que algún premio se llevará.
Asimismo, en desairada conferencia de prensa, Babenco
rechazó que su cinta, como otras que ha hecho, tuviera un premeditado
compromiso social o político: ''El cine no tiene compromisos con
la realidad, pese a ser un arte realista. El filme está basado en
un libro y yo no sé si el autor escribió la verdad. El compromiso
de un autor es con su propia ética, y no hay que caer en cualquiera
de las trampas que hay en el ejercicio de una profesión".
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