La capital boliviana sigue aislada por cortes de carreteras, dicen líderes del MAS

El gobierno quiere golpe de Estado para sacar gas a través de Chile: Evo Morales

El régimen de Sánchez de Lozada no muestra capacidad para manejar la situación, afirman

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 23 de septiembre. Bolivia atraviesa "momentos graves", advirtieron líderes del Movimiento al Socialismo (MAS) de ese país, cuando La Paz, ciudad capital, continúa aislada, debido a una movilización nacional y cortes de carreteras, pese a la virtual militarización del país, y mientras la versión oficial sobre las siete muertes registradas el sábado es puesta en entredicho.

Los dirigentes del MAS apuntan al ministro de Defensa, Carlos Sánchez, quien dirigió personalmente los operativos del presunto rescate de personas sitiadas por los cortes de ruta el pasado 20 de septiembre, y cuya violenta acción dejó seis muertos, entre ellos una niña.

"En la zona del Altiplano hay luto, llanto y enojo, y el gobierno no muestra capacidad para manejar esta situación, sino por el camino de la represión", dijo hoy en entrevista telefónica con La Jornada el diputado Antonio Peredo, jefe de la bancada del MAS, quien además recordó que desde enero pasado ya suman más de 70 los muertos por hechos similares.

Anoche, el diputado y también dirigente del MAS, Evo Morales, acusó directamente al gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada, y en especial a su ministro de Defensa, Carlos Sánchez, de seguir ensangrentando el país. "Vimos regresar al gabinete a Sánchez Bersaín y sabíamos que volvían las muertes", sostuvo Morales, tras recordar que Sánchez fue quien participó directamente en las trágicas jornadas del 12 y 13 de febrero pasado, cuando 33 personas murieron, más de 200 resultaron heridas y hubo miles de detenciones arbitrarias.

El también líder indígena y cocalero exigió la renuncia del ministro de Defensa para iniciar el diálogo, pero advirtió que "en realidad el gobierno está buscando un golpe o autogolpe de Estado, para hacer viable la salida del gas a través de Chile. Nosotros pensamos que estamos todavía a tiempo de iniciar el diálogo, y que contaríamos con la intermediación de la Asamblea Permanente de Derechos Humanos".

Pero "el presidente Gonzalo Sánchez de Lozada tiene grandes empresas en Chile, tiene familiares en Chile", dijo Morales, en relación con las protestas que intentan detener las exportaciones de gas por los puertos de ese país vecino.

Peredo, a su vez, alertó que el gobierno intenta diversas maniobras, como tratar de desconocer el liderazgo de Morales en la movilización y apropiarse de un programa de la Iglesia católica, pues "nosotros a principios de agosto mostramos voluntad de diálogo entre el gobierno y el MAS con mediación de la Iglesia, que presentó un documento denominado Encuentro social, que contiene puntos para acordar. La Iglesia había advertido que esto no podría realizarse si no firmaban todos los partidos políticos. Pero el gobierno por su cuenta hizo firmar a los oficialistas".

Desesperados llamados para la llegada de ayuda médica

Confirmó asimismo que hay una gran cantidad de detenidos, mientras que los pobladores de Warisata, escenario del sangriento episodio del sábado, hacen desesperados llamados para que dejen llegar al lugar médicos y ayuda.

El pasado 19 de septiembre, Morales y los dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) encabezaron manifestaciones masivas que abarcaron las principales ciudades del país, para exigir que el gobierno industrialice el gas local y no continúe con el proyecto de exportar gas a Estados Unidos vía Chile, que sólo dejará millonarios beneficios para las trasnacionales del petróleo, dentro de las condiciones planteadas por el consorcio Pacific LNG.

Ese día, en el contexto de esas protestas, las tropas formaron una caravana de turistas y personas impedidas de retornar a La Paz, y según el ministro de Gobierno (Interior), Yerko Kukoc, esa columna fue hostigada en la zona de Achacachi (camino a Sorata) por campesinos armados, razón por la cual envió policías al lugar, que también fueron atacados.

Pero los dirigentes campesinos y organismos humanitarios denunciaron que el grupo policial-militar ingresó violentamente a la zona provocando los enfrentamientos que dejaron cinco civiles muertos, entre ellos una mujer y su hija, así como dos militares.

El vicepresidente de la Asamblea de Derechos Humanos de Bolivia, Sacha Llorenti, dijo por su lado a La Jornada que "los muertos y los enfrentamientos agravaron la tensión social que vive el occidente del país. La responsabilidad mayor de estos hechos es de quien ordenó apretar el gatillo, y por eso sólo esperamos que se atiendan las demandas de los pobladores para evitar más conflictos".

Los campesinos han dicho que las tropas ocuparon el lugar temprano en la mañana, mientras que los hechos sangrientos se registraron recién al mediodía. "Fueron militares y policías los que desencadenaron una cacería mortal contra quienes bloqueaban los caminos. Entre los muertos se cuenta a una mujer y su hija de ocho años, no queremos mentiras", rezaba un mensaje de los habitantes de las zonas afectadas enviado a esta corresponsalía. "No teníamos con qué defendernos (de los militares), sólo teníamos piedras. Eso fue lo que sucedió. Nos defendimos".

Cuando las tropas se retiraron, los campesinos enardecidos atacaron hoteles, una agencia bancaria y la subprefectura.

Felipe Quispe, líder de la Confederación Campesina, denunció que los dos militares muertos el sábado fueron víctimas del fuego de las propias tropas. También abrió la posibilidad de iniciar el diálogo, si el gobierno aceptaba llevarlo a cabo en Warisata y retirar sus efectivos, además de liberar a los campesinos detenidos.

Por lo pronto, en Cochabamba se creó ayer la Dirección Nacional Unica, en la que se unieron diversas organizaciones "con el objetivo de coordinar acciones y movilizaciones contra el gobierno en todo el territorio nacional".

Por su parte, el gobierno de Sánchez de Lozada ha sugerido que detrás de esta movilización de los campesinos contra el proyecto de exportar gas a Estados Unidos estarían "grupos guerrilleros", y que en Warisata "el mayor poder de fuego provino de profesores y alumnos de la escuela normal, entre los que ya se ha detectado una corriente trotskista".

Aunque el gobierno habla de arreglos con los campesinos, la situación no mejora y en la zona de Los Yungas, por ejemplo, donde hay caminos bloqueados desde hace una semana, al menos tres rutas continúan cortadas, entre ellas una que comunica con la capital boliviana.

El corte de carreteras que comunican con poblaciones cercanas a la frontera con Perú, Cochabamba y Oruro es cada vez más grave, pese la acción de las tropas, mientras apenas llegan camiones del sur del país a la central camionera de La Paz. En esa capital, los mercados se encuentran desabastecidos y los precios de algunos productos comenzaron a subir. Además, los servicios de transporte hacia Chile estaban suspendidos, y el consulado de ese país llamó a evitar los viajes a Bolivia. Ahora existe el temor de que el acorralado Ejecutivo busque como salida instalar el estado de sitio, lo que significaría la clausura del Parlamento.

A la protesta por la exportación de gas se suman demandas sectoriales como la de los campesinos encabezados por Quispe, que entre otros puntos rechazan el ingreso del país al Area de Libre Comercio de las Américas y la privatización de las empresas estatales. Tanto Quispe como Morales sostienen que las reservas de gas "no deben ser exportadas a América del Norte, sino industrializadas en el país."