Expresará solidaridad: el embajador Tilden Santiago

El presidente brasileño visitará Cuba

GERARDO ARREOLA CORRESPONSAL

La Habana, 23 de septiembre. El presidente Luiz Inacio Lula da Silva iniciará el viernes una visita de unas 30 horas a Cuba, donde expresará el equilibrio entre la solidaridad con la isla y las relaciones de Brasil con Estados Unidos y la Unión Europea (UE), dijo hoy el embajador brasileño aquí, Tilden Santiago.

Brasil puede mantener "las dos direcciones", dijo Santiago a la prensa. "Itamaratí (la cancillería brasileña) lo tiene muy claro y Lula también."

Santiago habló con periodistas para explicar el tono de la visita, con énfasis en la cooperación económica y de fluidez en el diálogo político, en la cual parece que la diplomacia brasileña tiene como eje la palabra "equilibrio". Lula tiene previstas dos rondas de conversaciones con su anfitrión, el presidente Fidel Castro.

Los objetivos del gobierno de Lula en Cuba, dijo el embajador, son, en primer lugar, el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales; luego, contribuir a que la isla "ocupe el lugar que se merece en el escenario internacional".

Ambos propósitos desafían la política de cerco económico y hostilidad de Estados Unidos hacia Cuba, en un momento en el que Brasilia copreside con Washington las negociaciones del Area de Libre Comercio de las Américas (ALCA) y acaba de encabezar la insurrección del Grupo de los 22 países en desarrollo en la recién concluida reunión ministerial de Cancún de la Organización Mundial del Comercio (OMC).

Lula llegará a La Habana después de abrir el periodo de sesiones de la Asamblea General de la Organización de Naciones Unidas (ONU), y tras un encuentro con el presidente Vicente Fox en México.

El viaje coincide con los preparativos de Cuba para denunciar en la ONU al gobierno del presidente George W. Bush, por haber radicalizado la agresión económica de cuatro décadas a la isla y cuando el gobierno de La Habana tiene colapsadas sus relaciones con la UE y se mantiene distante o en conflicto con Canadá y la mitad de América Latina.

"Lula está convencido de la importancia de no dejar a Cuba fuera del concierto de las naciones, en un momento histórico en el que Cuba tiene muchas presiones", no sólo de Estados Unidos, sino de la UE, dijo Santiago. "Es muy significativa la presencia de Lula acá."

En este delicado esquema de contrapesos, Santiago respondió a dos de las conjeturas que han circulado en Brasil y América Latina sobre eventuales detalles de la visita: a) no habrá acto de masas para recibir a Lula, y b) Lula no se reunirá con opositores cubanos ni abogará por los disidentes presos, pero no se descarta que algún funcionario lo haga.

Lula y Castro son viejos conocidos. Se encontraron por primera vez en Managua, en 1980, en el primer aniversario de la revolución sandinista. El brasileño venía de dirigir una de las grandes huelgas metalúrgicas y de pasar por ello una de sus estancias en la cárcel. Era líder sindical en tránsito a la política de oposición. El cubano, con 20 años en el poder, veía crecer los movimientos de izquierda en Centroamérica y el Caribe.

Desde aquel primer contacto, los dos dirigentes se han reunido en numerosas ocasiones. Lula se volvió promotor asiduo del Foro de Sao Paulo, cónclave de partidos de izquierda que emergió en la década pasada, después del colapso del campo socialista.

Para participar en el Foro, Lula vino a La Habana en noviembre de 2001. El y Castro compartieron la presidencia del encuentro. La siguiente cita fue en enero pasado, en Brasilia, cuando el líder del Partido de los Trabajadores tomó posesión de la presidencia.

Según el programa de la visita, todavía sujeto a cambios, Lula debe llegar a La Habana el viernes al mediodía, procedente de México. Tras la recepción en el aeropuerto internacional, comerá en privado en la residencia del embajador Santiago.

Por la tarde tendrá una primera ronda de conversaciones con Castro. Poco después trabajarán ambas delegaciones y por la noche habrá una recepción oficial, todo en el Palacio de la Revolución.

El sábado por la mañana Lula hablará con 40 de los 600 jóvenes brasileños que estudian en Cuba, en la residencia del embajador. Luego depositará una ofrenda floral ante el monumento a José Martí, en la Plaza de la Revolución.

A media mañana, Lula intervendrá en un seminario empresarial y al mediodía sostendrá otra ronda de conversaciones con Castro, quien ha manifestado a los brasileños que podría participar en todo el programa.

La partida del líder brasileño a su país está fijada, en principio, para las 5 de la tarde del sábado, pero el cumplimiento del cronograma dependerá de la extensión de sus pláticas con Castro.

El embajador brasileño fue consultado sobre la versión de que el gobierno cubano quería dar a Lula una bienvenida apoteósica, con una concentración masiva. "Jamás pensamos en esa posibilidad", dijo Santiago.

El diplomático también confirmó que el gobierno brasileño ha recibido dos peticiones vinculadas con la oposición cubana: una, para sostener una entrevista con alguno de los líderes disidentes que aún están libres en la isla, tras la detención y procesamiento masivo de hace seis meses; y otra, para interceder ante Castro por los opositores presos.

"Lula ya respondió", dijo Santiago: "No lo va a hacer, porque no corresponde a su misión." Pero precisó que "la cuestión será examinada" por la cancillería brasileña.