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México D.F. Miércoles 24 de septiembre de 2003

BAJO LA LUPA

Alfredo Jalife-Rahme

Guerra financiera global: dólar vs oro

Es tiempo de la flexibilidad de las divisas
EU, adicto a capitales asiáticos superavitarios

ES PROBABLE QUE los historiadores financieros marquen la reunión del Grupo de los Siete (G-7) en Dubai, una de las siete entidades de los Emiratos Arabes Unidos, como el fin del dolarcentrismo. Antes, Dubai era una costa de piratas de perlas: hoy, en la etapa del epílogo de la globalización, representa simbólicamente la sede donde los piratas financieros, aglutinados en el G-7, propinaron el golpe de gracia al dolarcentrismo caduco.

EN MOMENTOS de las turbulencias de la interfase entre dos sistemas que vive el planeta (uno que concluye y uno que empieza a nacer) más vale acogerse a quienes saben, como el solvente economista Stephen Roach, de la correduría Morgan Stanley, y no perder el tiempo con los ignaros locuaces, como el presidente de la Bolsa Mexicana de Valores, Guillermo Prieto Treviño, quien en forma ridícula expectoró que "los déficit gemelos de Estados Unidos no preocupan" (El Financiero 19-9-03). Con tales personajes no podemos quejarnos de tener finanzas tan precarias en México, cuando el planeta entero vive una verdadera guerra financiera global.

PARA ROACH (Foro Económico Global; Morgan Stanley, 22-9-03) la reunión del G-7 en Dubai marcó un hito histórico: "una economía global desequilibrada finalmente recuperó los sentidos (...) cuando las principales economías industriales endosaron la premisa básica del requilibrio mundial: un ajuste largamente esperado del dólar, lo que podría tener implicaciones profundas y duraderas para la economía mundial". El inigualable Roach, conocedor de la críptica jerigonza monetarista centralbanquista, detectó que los ministros de finanzas del G-7 (Rusia, que pertenece adicionalmente al G-8, todavía no es aceptada en las juntas financieras), por medio de pocas palabras ("flexibilidad" y "mecanismos de mercado") soltaron el dólar a la baja y obligaron tanto al yen como al euro a revaluarse: "lo que significa que los peligros de los desequilibrios externos, los déficit masivos en EU y los superávit en Asia y, en menor grado, en Europa, son ahora el foco de atención. Los ajustes de las divisas en los mercados dirigidos son vistos como el medio para corregir los desequilibrios externos potencialmente desestabilizadores". Ya era justo y necesario. Había que poner un alto a la manipulación del yen por las autoridades financieras de Japón, quienes se excedieron en su egoísmo insular. Son los tiempos de la flexibilidad de las divisas y las monedas ancladas al dólar, como el dólar de Hong Kong (por el mecanismo de la superada "convertibilidad", por cierto, vapuleada en Argentina) y el yuan chino (por lineamientos del Politburó), más temprano que tarde tendrán que admitir el nuevo mundo del dólar devaluado. Como buen patriota estadunidense (ojalá existieran así equivalentes neoliberales en México), Roach apuesta a una "depreciación gradual y ordenada del dólar", que reconvertiría a EU del "primer importador en última instancia" al "primer exportador de primera instancia", que tantos dividendos le dio a su economía después de la Segunda Guerra Mundial hasta que la manufactura fue sacrificada en el altar de los parásitos financieros, quienes desean ganar con la alquimia del dinero que tantos estragos provocó en el planeta. No estamos aduciendo que la portentosa revuelta del Grupo de los 21 en la reunión de la moribunda OMC en Cancún, donde germinó el nuevo eje sureño vivificante de Brasil-Sudáfrica-India (apuntalados por China), haya sacudido las entrañas del equipo Bush, pero seguramente sus estrategas sensatos (no el tóxico Robert Zoellick, quien es insignificante desde el punto de vista conceptual) habrán sacado el costo-beneficio de mantener con respiración artificial un orden fenecido y pestilente. EU necesita 2 mil millones de dólares al día que succiona de la periferia vapuleada: a la que pertenece "el México de Ortiz Martínez", quien fue impuesto en el Banco de México por el FMI -es decir, Washington- para pagar la deuda externa; por eso tanto "corto" a la sociedad con el consecuente desempleo real. En tales condiciones, poseer dólares se ha convertido en alto riesgo. EU se volvió adicto a los capitales asiáticos superavitarios que financian su parasitismo interno. Curiosamente, el poderío del dolarcentrismo no es financiero (vale 13 centavos de su unidad, técnicamente hablando) ni geoeconómico (la UE-15 y el noreste asiático, no se diga el irresistible ascenso de la cuenca del Océano Indico, le empataron su PIB), sino más bien geopolítico: un "dólar nuclear" apuntalado por sus ojivas atómicas.

ES TIEMPO DE que la generación hedonista de la década de los 60 (los baby boomers, a quienes pertenece baby Bush) se ponga a trabajar la manufactura y, sobre todo, a ahorrar. Pocos lo dicen, pero China es un país excesivamente ahorrativo: 40 por ciento de su PIB (Martin Wolf: El despertar asiático, 22-9-03), en similitud con los asiáticos en general, y con los europeos continentales, pero en contraste a los británicos quienes enfermaron del virus neoliberal.

UN DATO FUNDAMENTAL del beneficio del dólar devaluado que sostiene Roach: "ayuda la campaña antideflación por medio del efecto de transformar la deflación importada en una inflación importada". Los costos del ajuste global, en términos de la relatividad de precios, serán considerables para Japón y Europa, que tendrán que "cargar el peso de la corrección del dólar", con las subsecuentes revaluaciones del yen y el euro, que mermarán sus exportaciones. Roach es muy severo con Japón ("su última oportunidad"), con justa razón: "ha sido por largo tiempo el mayor obstáculo en el camino del requilibrio global". Eso lo dice todo.

ROACH EXHIBE su muy válida proclividad por China que, a su juicio, no está aún preparada para lidiar con los avatares de un sistema financiero más avanzado, con una divisa flexible y cuentas abiertas de capitales. Pero admite juiciosamente que a la larga no será la excepción del reajuste global.

"Para EU, Dubai fue un parteaguas" y Roach desmenuza que una de las motivaciones radica en la política doméstica, cuando la "recuperación sin empleos entró en colisión con la esperanza de relección del equipo Bush". Las medidas fiscales y monetarias se agotaron y la opción en el frente de las divisas "cobra una crítica importancia como el único medio que queda para proveer un macro-estímulo en el atribulado mercado laboral (...) como parte del arsenal reflacionario" del equipo Bush. Agrega que "por lo menos los políticos estadunidenses tendrán por una vez de su lado los fundamentos de la economía real que clama por un dólar débil", que apenas se ha devaluado 8 por ciento y que fácilmente podría llegar a 30, como sucedió con el realineamiento en la década de los 80 (el "acuerdo Plaza"). ƑFuncionará?

ROACH SE DICE por "primera vez optimista en los últimos cuatro años", pero abundan los feroces críticos, como Justin Lahart, de CNN/Money ("La apertura de una caja de Pandora", 23-9-03), quien considera que se trata de un golpe contra la "no revaluación del yuan chino y de otras monedas asiáticas que constantemente intervienen en los mercados para revaluar al dólar y devaluar sus propias divisas. Los efectos de la depreciación del dólar que busca John Snow, el opaco secretario del Tesoro, pueden ser contraproducentes, advierte Lahart. Entre las consecuencias no intencionadas, Asia puede recaer en recesión y socavar la fragilidad de los Bonos del Tesoro, cuyos mayores tenedores globales son Japón y China, los afectados, según Lahart, por la devaluación del dólar. ƑCambiarán sus Bonos del Tesoro por euros o por oro? ƑCómo reaccionará Arabia Saudita, donde nuestras fuentes nos comentan que acaba de estar en una "visita secreta" el secretario del Tesoro de EU? ƑSeguirá preservando la OPEP la cotización del barril del petróleo en dólares cuando el billete verde alcance una depreciación de 30 por ciento, que de facto habrá carcomido la tercera parte del valor del oro negro, que le saldría prácticamente regalado a EU? ƑTiene una política al respecto Calderón Hinojosa, desde la Secretaría de Energía, si es que no piensa subsidiar al equipo Bush y a la petrocracia texana?

LA SEÑAL ESTA en el oro (y la plata) que literalmente se disparó hasta 387 dólares la onza, y que en cualquier momento rebasa el umbral sicológico de los 400 dólares. Pues ya que entramos al mundo de la semiótica financiera, el banco central de Rusia desea incrementar la proporción de sus reservas en oro (Reuters, 21-9-03) porque es obvio que a nadie le conviene que le paguen sus materias primas con dólares superdevaluados. Como señal contraria de los tiempos dolarcéntricos, el "dinar-oro" de Malasia empieza a prender como la divisa del mundo islámico de mil 500 millones de feligreses, mientras el analista financiero Mark Hulbert (CBS, Market Watch 23-9-03) detecta un enorme paralelismo de la turbulencia que provocó la reunión del G-7 en Dubai con la situación previa al crack de la bolsa neoyorquina en 1987.

LA GUERRA FINANCIERA del dólar contra el oro ha llegado a su fase final y las apuestas de los oráculos favorecen al metal amarillo sobre el billete verde en caída libre. Baby Bush no tiene mayor margen de maniobra y su relección peligra seriamente: lo que le interesa en realidad, con propósito de preservar los intereses corporativos del nepotismo dinástico familiar; el mundo le importa un comino. Solamente bastó el amago de la candidatura del general clintoniano Wesley Clark para desbancarlo en las encuestas. Baby Bush es un tigrillo de papel (el "tigre" es su daddy), en el sentido de "papel financiero" de chatarra, que ha puesto nervioso hasta a su súbdito local: al anacrónico globalmaniaco Salinas.

POR SU PARTE, Harold James, connotado historiador británico de Cambridge, fustiga en el periódico pakistaní Daily Times ("Regresan las guerras del dólar", 23-9-03) que la devaluación deliberada del dólar aplica una medida electorera del equipo Bush para relegirse: una práctica muy común de los ex secretarios del Tesoro John Connally y James Baker III (ahora uno de los cerebros del Grupo Carlyle), adscritos al partido Republicano. Harold James es autor del libro imprescindible Fin de la globalización: lecciones de la Gran Depresión (Harvard Press, 2001); esta clase de libros no los leen los monetaristas ultrarreduccionistas, ni los Salinas, ni los Zedillo, ni los Fox, porque corren el riesgo de ser curados de su autismo.

PERO TAMPOCO hay que subestimar a los monetaristas centralbanquistas del G-7, totalmente carentes de escrúpulos terrenales, quienes todavía conservan un as bajo la manga: la "venta secreta" de sus reservas de oro, según afirma Faisal Islam (The Observer 21-9-03). ƑA esos niveles puede existir una "venta secreta" que no sea detectada? Hace cuatro años se plasmó en Washington el "Acuerdo del oro de los bancos centrales" del G-7, que sigue vigente hasta el año entrante. Entonces, Ƒno existe el tan mentado librecomercio? Faisal Islam asegura que existe un acuerdo bilateral anglosajón entre Alan Greenspan, el mago fallido de la Reserva Federal, y su clón británico, Mervyn King, quienes presionan para una prolongación del acuerdo por cinco años adicionales. ƑPodrá resistir seis años más el dolarcentrismo parasitario que, a expensas del resto de la humanidad, así como del oro y del petróleo, pretende resucitar entre los muertos la plutocracia anglosajona?

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