México D.F. Domingo 21 de septiembre de 2003
Celebra la Uia sus 60 años con un coloquio
Preocupa que la filosofía esté alejada
de la calle
El compromiso de la disciplina es con el futuro, que
implica hacer un presente más abierto, define el organizador del
acto
YANIRETH ISRADE
El Coloquio Internacional de Filosofía auspiciado
por la Universidad Iberoamericana (Uia) para conmemorar el decimosexto
aniversario de su fundación concluyó el viernes, luego de
tres días durante los cuales especialistas de México y el
extranjero reflexionaron acerca de los desafíos de esta disciplina,
a partir de un temario que lo mismo se ocupó de la academia y su
distancia con la gente común, que aspectos de la agenda política
internacional, como la migración, la biotecnología, el multiculturalismo,
y los riesgos de promover "falsos universalismos" que conducen a posiciones
totalitarias y atrocidades, como las cometidas por el presidente George
W. Bush cobijado en su discurso de ''nosotros somos absolutamente buenos
y ellos enteramente malos''.
El encuentro, orientado a generar aportes en torno al
futuro de la filosofía, estableció tres principales frentes
de discusión: el ético, el de la tradición fenomenológico-hermenéutica
y el de las instituciones dedicadas a la enseñanza de la materia.
Francisco V. Galán, organizador del coloquio y
responsable del Departamento de Filosofía de la Uia -la primera
licenciatura que esta universidad impartió hace 60 años-,
define la importancia de esos campos y el ánimo reflexivo que imperó
en cada uno.
Por ejemplo, en el tema de las instituciones ''quedó
clara la tensión entre la filosofía vinculada a la academia
(rigurosa y sistemática), pero que muchas veces está distante
del hombre de la calle y de lo que acontece en el mundo.
''Otro peligro que se advirtió fue la incapacidad
de las tradiciones filosóficas para dialogar entre ellas, porque
suelen formarse corrientes en función de la tradición de
pensamiento que impera en las instituciones y de este modo el intercambio
se complica. Aquí, por ejemplo, hubo exponentes de la filosofía
analítica pero, claro, fueron más de la tradición
fenomenológica.''
-¿Cómo se da ese desencuentro en las instituciones?
-Cuando un grupo o alguna corriente dominan, las instituciones
se concentran más en el pensamiento de su filiación y no
promueven el diálogo con otras universidades del mundo o incluso
del mismo país. En nuestro congreso, al que si bien asistieron filósofos
extranjeros representantes de diversas posturas, se intensificó
el diálogo con filósofos pertenecientes a la UNAM, institución
de indiscutible relevancia y donde también conviven múltiples
tradiciones.
El campo de la fenomenología hermenéutica
fue particularmente provechoso, según la evaluación final
de Francisco V. Galán: ''Tuvimos en este punto grandes contribuciones,
aunque se trata de un asunto un poco más técnico. La fenomenología,
dicho sin matiz -y a mis colegas seguro no les gustará el modo simplificado
en que lo voy a plantear-, en general valora más la experiencia,
la vivencia, mientras la hermenéutica ha insistido sobre todo en
el aspecto del lenguaje, de la cultura.
''Acostumbramos llamarle así: fenomenología
hermenéutica, pero de hecho hay una discusión sobre si esa
designación es o no correcta, pues ambas parecen contradictorias.
En la actualidad domina el pensamiento la tradición hermenéutica,
y es la que conduce a plantear, por ejemplo, que todo es cultura o todo
es lenguaje.
''En el coloquio se trabajó un poco más
en la tradición fenomenológica, con exposiciones como la
del profesor Jean-François Courtine, quien en su ponencia adujo
que incluso sobre la base misma de fenomenología hay un sedimento
hermenéutico.
En la tercera y última parte ''predominó
más la ética social, atenta a las circunstancias políticas
y a los desafíos del multiculturalismo. Hubo una queja enorme a
la globalización entendida como la imposición de una cultura
hegemónica sobre otras, que lleva, en filosofía, a una falsa
idea de la totalidad.
''El consenso fue combatir esta universalidad falsa y
contribuir al reconocimiento de una universalidad verdadera. Una universalidad
falsa equivale a decir que el esperanto es la lengua universal, o el inglés
el idioma mundial.
"La pregunta fue: ¿cómo podemos hablar de
unos principios éticos universales y al mismo tiempo sortear el
falso universalismo?
"En fin, que en la parte de la ética las ponencias
fueron espléndidas. El maestro Juan Manuel Almarza se refirió
-en un trabajo que levantó ámpula- al tema de la identidad
en su dimensión moderna. El decía que antes el gran asunto
a discutir era el de la esclavitud, la explotación, y ahora es el
de la exclusión a partir de la identidad. Eso ocurre con los migrantes
-pensemos en los mexicanos-. En el extranjero su identidad está
en entredicho; dejan de pertenecer a su lugar de origen y tampoco pueden
asumir la identidad de la nación a la que llegan; su condición
es, pues, de excluidos, lo cual representa un reto de gran consideración
para la ética.
-¿Hubo en ese punto una preocupación predominante?
-Cómo combatimos los falsos universales fue una,
y por otro lado coincidimos en que la filosofía tiene un pasado
glorioso, cierto, pero a veces le ponemos excesivo énfasis, y tenemos
que pensar en que nuestro compromiso es con el futuro, aquel futuro que
implica hacer un presente más abierto, más amplio: esa, finalmente,
es la tarea de que le corresponde a la filosofía: ensanchar horizontes
culturales.
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