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México D.F. Lunes 15 de septiembre de 2003
ƑLA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Páez
Avisos
AL DEL CECETLA o Centro de Capacitación para Empresarios Taurinos de Lento Aprendizaje: luego de 10 años de fallida asimilación de la, para usted, complicada ciencia de hacer empresa taurina, como promotor de la Plaza México por fin decidió poner en práctica el elemental principio de "promover novilleros interesantes para el público, no para mí".
ASI, PARA EL tercer festejo de su minitemporada chica forzosa decidió repetir al triunfador del domingo pasado, costumbre practicada por los empresarios taurinos a lo largo de todo el siglo XX, y que por lo mismo a todo promotor voluntarioso le parece anticuada.
IMAGINATIVO COMO ES y con la experiencia de tantos años de ensayo y error en los que ha ido sacando al público de la Plaza México, precisamente porque nomás no logra aprobar la materia de primer grado "quién es tu cliente y qué desea", como el intocable de Mixcoac optó usted por una fórmula de resultados contraproducentes: ahorrar no sólo en el pago a novilleros, sino además en el costo de los encierros.
POR ELLO EN apenas tres novilladas ya suman dos los hierros debutantes, es decir, ganaderías bien intencionadas, pero económicas que apenas vienen en busca de cartel. Lo más grave es que a la escasa garantía de espectáculo, estos hierros noveles añaden una buena dosis de indefinición en el comportamiento de las reses que mandan, como ha sido el caso de La Estancia, en el segundo festejo, y ayer de Gonzalo Vega.
AL AHORA GANADERO Gonzalo Vega: si los contados criadores de reses bravas que se dedican tiempo completo a atender sus dehesas, pastos, selecciones, empadres, destetes, herraderos, tientas y personal calificado, les cuesta trabajo conservar la bravura y el tipo en sus animales, imagínese cuando esas actividades tienen que ser combinadas con la de actor de teatro, cine y televisión.
PARA SU DEBUT en la plaza quesque más importante de Latinoamérica envió usted una novillada pesada de kilos y pasada de edad, dispareja de presentación -unos cornalones, otros cornicortos, unos cárdenos, otros negros y algunos castaños-, indefinida en su lidia, mansa y sosa, que apenas cumplió en varas. Se impone pues no sólo una revisión más concienzuda de los libros, simientes y refrescamientos del hierro que ha adquirido, sino también de su disponibilidad y expectativas como ganadero de bravo, si de verdad no quiere ser sólo otro más.
A LOS NOVILLEROS: muy abusados, Jesús Luján, Jorge López y Mariano del Olmo, con el canto de la prensa especializada, sobre todo en dar coba a empresarios incorregibles y figurines generosos. La ausencia en México de toreros interesantes los hace ver Manoletes donde sólo hay principiantes, sobrados de cualidades, sí, pero aún con un largo camino por recorrer, en buena medida gracias a la insensibilidad de los empresarios taurinos del Cecetla.
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