Mauro González Luna M.

Bertolt Brech y los fariseos del desafuero

Sólo los ángeles, los arcángeles y querubines del PAN y algunos novicios del PRD, junto con algunos seudointelectuales, acomodaticios por vocación y discípulos de Tartufo por convicción, pueden invocar el estado de derecho. Todos los demás, EZLN, estudiantes universitarios, senadores en desgracia, en fin, los mortales, los pecadores que habitamos el suelo mexicano y no el Olimpo -repleto de fariseos con disfraz angelical-, no tenemos la facultad de apelar al derecho cuando se ven violentadas nuestras garantías constitucionales.

Con el pretexto de hacer justicia en el terreno del vecino, nunca en el propio, se violenta impunemente el derecho (el cual se reduce a argucia, cuando así les conviene) y se regatea al enemigo político (al que se condena a priori) hasta la posibilidad de reclamar por la violación palmaria de la ley.

Cuando se toca con el pétalo de una rosa a los arcángeles del poder, se vuelca toda la maquinaria de la "ley" para defender sus celestiales privilegios, que no derechos: Amigos de Fox, legisladores traficantes de influencias, banqueros favorecidos con el Fobaproa, asesinos de defensores de derechos humanos y demás angelitos. Cuando se pretende aplastar al enemigo político no se tiene empacho en violar el procedimiento legal y negar la legitimidad para defenderse.

Bertolt Brecht dijo alguna vez que atacar el fascismo sin al mismo tiempo luchar contra el capitalismo (hoy neoliberalismo) como origen del primero, es una postura ineficaz y contraria a la razón. El PRD lucha contra los abusos del régimen priísta aliándose con el PAN, principal motor de las actuales políticas neoliberales saturadas de fascismo hasta la médula, secundando el rompimiento del orden jurídico que realiza un legislador panista, habitante de las alturas celestiales, quien flagrantemente violó la ley al erigir a la Cámara de Diputados en jurado de procedencia para desaforar a un senador, sin que exista dictamen de comisiones.

Es una verdad de Perogrullo (hasta para un pasante de primer año de leyes) que solamente se puede proceder a la instauración del jurado de procedencia hasta en tanto la Sección Instructora de la nueva legislatura vote el proyecto de dictamen correspondiente, lo cual no ha sucedido (artículo 94 del Reglamento para el Gobierno Interior de la Cámara de Diputados).

Es una típica actitud fascista violentar las garantías constitucionales del enemigo político al que no se considera ciudadano, sino integrante de una raza inferior merecedora del infierno. Los de raza superior, los hijos predilectos de la "moralidad", son precisamente los defensores de la inmoralidad maquiavélica que prescribe que el fin justifica los medios. El diputado panista violó conscientemente el derecho y la moral social católica y deben hacerlo responder por ello. Como se esperaba, el Poder Judicial concedió el amparo y la protección de la justicia a la víctima de la burda chicana.

Qué ingenuo el PRD, qué inocente mi país en estado de lactancia permanente frente al avasallante atropello del derecho y del bienestar de México por parte de los purísimos neoliberales panistas y de sus secuaces. El fin nunca justifica los medios en el campo de la auténtica moral social, en el terreno de la honorabilidad.