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México D.F. Lunes 15 de septiembre de 2003

Arturo Balderas

Licencia para manejar y aversión a los migrantes

Muchos meses tuvieron que pasar para que finalmente fuera aprobada la ley que otorga la licencia para manejar a las personas que carecen de documentos migratorios en el estado de California.

El camino que recorrió la iniciativa del senador de origen mexicano Gil Cedillo estuvo plagado de obstáculos, supuestamente técnicos, cuya verdadera razón es la enfermiza aversión que se tiene a las personas que llegan a California para ocupar los trabajos que sus residentes se niegan a realizar, pero que son necesarios para el desarrollo del estado.

No es sorpresivo que asambleístas y senadores republicanos se hayan opuesto a la ley, consecuentes con una actitud contra todo aquello que signifique otorgar el mínimo derecho a los inmigrantes que carecen de documentos migratorios. Tampoco es sorpresivo que el gobernador Gray Davis, quien en el pasado vetó la legislación, ahora, preocupado por librar el referendo mediante el que puede ser destituido, haya prometido firmarla tan pronto le fuera presentada. Lo que sorprende es la inconsistencia de los argumentos que se han esgrimido contra esta ley.

Se argumenta que su aprobación vulnerará las medidas de seguridad instrumentadas en el país para protegerlo de actos terroristas. Ahora cualquier terrorista -se dice- podrá obtener una licencia de manejar y pasar inadvertido para las autoridades responsables de la seguridad nacional. Si algo demostró el 11 de septiembre es que los terroristas no necesitan una licencia para cometer un atentado y que, en todo caso, tienen los recursos necesarios para obtener el o los documentos falsos que les permiten realizar la actividad que les venga en gana. Eso sin contar a los terroristas autóctonos, como Timothy McVeigh, quien siendo ciudadano estadunidense voló un edificio en Oklahoma en el que murieron cientos de personas, entre ellas decenas de niños. No reconocer esto es pecar de ingenuo o ignorar la capacidad de los maltrechos servicios de inteligencia, responsables de la tarea de detectar a esos individuos, incluso antes de que lleguen al país.

Se argumenta que al obtener la licencia se estaría dando a los indocumentados una amnistía que de hecho regulariza su situación migratoria. Falso, la licencia para manejar no es un documento migratorio, como la visa, que admitan las autoridades respectivas para entrar al país y tampoco es un permiso de trabajo.

Se argumenta que con la licencia se podrá obtener atención médica y servicios escolares. Falso, para conseguir esos servicios actualmente no se requiere de una licencia o identificación expedida por el gobierno estatal o federal. Con presentar un documento, como la matrícula consular, que acredite un domicilio en el estado, es suficiente para recibirlos.

Vale recordar que hace 10 años se obtenía la licencia para manejar con sólo un acta de nacimiento o algún documento que acreditara el domicilio de la persona. Uno de los efectos prácticos de la fallida Propuesta 187, inspirada por el ex gobernador Pete Wilson, ahora lazarillo político de Arnold Schwarzenegger, fue negarla a los indocumentados como una forma de evitar que pudieran acceder a servicios públicos como los de salud y de educación.

En el colmo de la paranoia antinmigrante hay quien se queja porque con esta medida se otorga estatus político de ciudadanos a los migrantes de otros países. Falso, ni aun los migrantes que tienen documentos para residir en Estados Unidos pueden ejercer derechos políticos reservados solamente a los ciudadanos estadunidenses (votar, ser candidato a cargos de elección popular, formar parte de un jurado, desempeñar ciertos empleos gubernamentales).

Al margen de que el gobernador Gray Davis firme la ley por la conveniencia de contar con el voto de la comunidad latina, otorgar la licencia para manejar a quienes por impedimentos migratorios se les ha negado, es una cuestión de sentido común y, desde luego, de elemental justicia.

A partir de ahora a quienes la obtengan además de pasar a formar parte del registro respectivo, podrán adquirir un seguro para automovilista con lo que se protegerá a todos los conductores. Por añadidura, los impuestos que actualmente se descuentan a buena parte de los trabajadores indocumentados ahora sí aparecerán contabilizados en las finanzas estatales. De acuerdo con la ley, uno de los documentos que se pueden presentar para obtener la licencia es el número para el pago de impuestos.

Todos salen ganando, incluso aquellos que se empeñan en denostar a la población migrante.

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