México D.F. Domingo 14 de septiembre de 2003
CUMBRE DE CANCUN
El nerviosismo cundió entre las autoridades
mexicanas horas antes de la marcha
Altermundistas enfrentan a la policía
con claveles... y una cubeta de excremento
Los campesinos coreanos derribaron la valla que
protegía al Centro de Convenciones
JUAN MANUEL VENEGAS ENVIADO
Cancun, QR, 13 de septiembre. Desde las 10 de la
mañana se dio la orden de formar la primera línea. 600 efectivos
de la Policía Federal Preventiva (PFP) y del Ejército Mexicano
desplegados para defender la frontera entre la economía neoliberal
y los altermundistas estaban preparados -según informó
el general Alvaro Moreno- para enfrentar bombas molotov, ácido,
petardos, cadenas, tubos... pero cinco horas después, de los manifestantes
sólo recibieron claveles blancos... y una cubetada de excremento.
Había nerviosismo en el campamento de los encargados
de defender la quinta conferencia ministerial de la Organización
Mundial de Comercio (OMC). Lo decía el propio general Moreno; lo
confirmaban el director de Gobierno de la Secretaría de Gobernación,
Gonzalo Altamirano, y la responsable de la cancillería para la atención
de organizaciones no gubernamentales, Melba Pría.
Esperaban que la de este sábado fuera una manifestación
agresiva. "Tenemos información de que vienen fuerte", confiaba Altamirano
Dimas, mientras Pría caminaba de un lado a otro, sin sosiego. La
información que tenía era que en la marcha se acercaban unas
5 mil personas "¡y vienen a algo más que llamar la atención!"
El general Moreno, todavía con gasa en la frente
para cubrir la herida que una piedra le provocó en la manifestación
antiglobalización del miércoles pasado, explicaba a los reporteros
la potencia del tanque antimotines estacionado en la retaguardia de los
efectivos de la PFP y del Ejército: "el chorro de agua que lanza
tiene la potencia para tirarlos, no para arrastrarlos; es sólo disuasivo,
para dispersar a la gente".
Y en prevención de que nuevamente hubiera heridos
-de la parte oficial se dice que el miércoles hubo 19 elementos
de seguridad descalabrados o quemados por ácido-, ordenó
la instalación de una carpa para médicos militares y de la
Cruz Roja. Así que "todo estaba listo" en el retén del kilómetro
cero de la carretera Cancún-Benito Juárez.
El largo momento de la tensión...
Pasadas las 11 de la mañana la marcha de los altermundistas
se plantó frente a la doble reja metálica que, reforzada
con cadenas, había levantado previamente la fuerza federal.
"¡Avance la primera línea!", ordenó
el general Moreno, para que en seguida los elementos de la PFP se instalaran
también frente a la malla. Frente a frente con los globalifóficos.
En línea separada, a tres metros, quedaron los del Ejército,
y en la retaguardia, el tanque permanentemente con el motor encendido.
A las 11:40 estalló un petardo lanzado por algún
manifestante. "¡Es el primer cohete", frunció el gesto Melba
Pría, ya protegida con un casco de la empresa contra incendios Cold
Fire, que fue traída desde Monterrey para ayudar en los operativos
antimotines de Cancún.
Pero
no hubo más petardazos ni piedras. A la cabeza del contingente,
los altermundistas de Corea del Sur organizaron una larga pero efectiva
operación para derribar la doble malla metálica, a pesar
de que los efectivos policiacos intentaron reforzarla con cadenas atadas
a la defensa del tanque. A señas que todos entendían, los
campesinos coreanos -que desde el sacrificio de su compañero Lee
Kyung Hae el miércoles, tomaron la batuta de la lucha contra la
economía neoliberal en Cancún- dirigieron la estrategia y
lograron lo que a simple vista parecía más que difícil:
echar abajo el retén metálico.
De las 12 a las 15 horas fue, eso sí, un largo
momento de "tensión". Altamirano Dimas advertía: "es que
cualquier cosa puede ocurrir. Los grupos radicales se puede desbordar y
ahí se acaba todo". Sin embargo, nada pasó. Incidentes menores
como dos policías bañados con pintura blanca y negra. Las
mentadas de madre y las consignas que no faltan en eventos como éste.
El general Moreno empezaba a verse hasta amable, sonriente.
Melba también cambiaba de apariencia... y más cuando, al
caer por completo la reja, no aparecieron los agresivos que esperaban.
Los altermundistas empezaban a jugar con los símbolos: se
trataba de derribar la barrera de la OMC, y lo lograron; se trataba de
hacer oír su voz contra la globalización económica,
y así lo hicieron... se trataba de hacer un homenaje a Lee. También
ocurrió.
Y empezaron a desfilar los altermundistas frente
a los efectivos antimotines, pacíficamente, para entregarles claveles
blancos, con los que después harían una ofrenda distintiva
de su manifestación: los pueblos del mundo se niegan a ser desaparecidos
por los intereses de las multinacionales.
En respuesta, el general Moreno ordenó apagar el
motor del tanque. También de esta parte hubo entendimiento a las
señales y a los símbolos. Y así siguió hasta
cuando se escuchó de los manifestantes la voz de retirada; el militar
ordenó la salida del tanque.
Regresaba la tranquilidad a Melba Pría, quien al
volver de un breve diálogo con los manifestantes, reseñaba:
"se respetaron las señales: ellos tiraron la barrera de la OMC,
y nosotros nos mantuvimos sin permitir su paso, respetando su protesta;
ellos se retiraron, nosotros también. Se respetaron las señales
que se fueron pactando durante la manifestación..."
Así terminaba la marcha altermundista de
hoy en Cancún: sin bombas molotov, sin ácido, sin violencia...
y sí con el estupor de los agentes policiacos que, cuando se disponían
a recoger claveles, fueron sorprendidos con una cubetada de excremento.
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