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México D.F. Domingo 14 de septiembre de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
¿Eje energético Rusia-Arabia Saudita?
EU no tiene asegurada la lealtad absoluta de Japón
NO HAY QUE hacerse ilusiones sobre el despliegue
bélico multidimensional del equipo Bush que fracturó al mundo
a partir del 11 de septiembre de 2001. Sea quien haya sido el autor de
los atentados, la identidad no cambia en absoluto el punto de inflexión
y la bifurcación que vive el planeta: la maquinaria militar de EU
se echó a andar y no existe marcha atrás. El mundo entró
en una transición turbulenta que se profundizó con la invasión
anglosajona a Irak, lo cual sintetiza la colisión global entre el
unilateralismo, de la permanente guerra preventiva propalada por
los neoconservadores (los straussianos para los dilectos lectores de Bajo
la Lupa), y el multilateralismo, conformado por el "eje de la paz", como
llamó el periódico británico The Guardian a
la cooperación diplomática un tanto laxa de Francia-Alemania-Rusia-China-Vaticano,
para asentar que la guerra contra el Islam no es de los católicos
ni de los cristianos ortodoxos, sino de una minoría sectaria teo-petrolera
de bautistas sureños del eje Oklahoma-Texas creyentes en el Apocalipsis
y su síndrome Armagedón. Uno de los varios frentes
de la confrontación entre el unilateralismo neoimperial y el multilateralismo
plural (más acorde a la realidad mundial) se escenifica con mayor
exquisitez en el ámbito energético que ha cobrado una intensidad
inusitada y que asienta también el shifting (desplazamiento)
del "fin de la era del petróleo" y el "inicio de la era del gas"
(y en 15 años del hidrógeno). Irak, Irán, Libia, Nigeria,
Azerbaiyán, Kazajistán, Venezuela, Indonesia y México,
para citar unos cuantos, cada uno vive a su manera el reflejo de la guerra
energética global que ha entablado el Grupo Carlyle, adscrito al
nepotismo dinástico de la familia Bush, y sus empresas protegidas:
la petrolera texana Halliburton y la constructora Bechtel, que desean imponer
el "nuevo orden mundial energético" de la gasocracia texana y la
petrocracia anglosajona hasta al "referendo revocatorio" en California.
No es gratuito que en el "estado dorado", vapuleado por la desregulación
energética y sus fraudes deliberadamente causados por las gaseras
texanas (las mismas que desean enajenar los energéticos mexicanos),
el mexicano de origen Cruz Bustamente, actual puntero en los sondeos, sea
un regulador energético, mientras su contrincante, de origen
austriaco e hijo de nazi, el Terminator Schwarzenegger, sea el favorito
de las desreguladas trasnacionales Halliburton y Bechtel. La metáfora
es sublimemente monstruosa: la desregulación energética
constituye no solamente la depredación ambiental, sino también
la exterminación de las libertades económicas y la sepultura
de las libertades civiles.
MAS SE HUNDE Baby Bush con su "recuperación
sin empleos", más se empantana en Irak y más se corre el
riesgo de una guerra contra Irán, segunda potencia gasera mundial
luego de Rusia y antes de Qatar: la "sorpresa de octubre" de 2004, para
intentar afianzar su relección por la vía jingoísta,
como adelanta el cínico cuan tóxico encuestador Dick Morris
(New York Post, 9.9.03.) quien abandonó a Hillary Clinton
por Baby Bush (¡que mal gusto!).
MEDIANTE LA OCUPACION caótica de Iraq, el
"frente central" en la guerra contra el terrorismo global islámico
y su subsecuente qaedización, se trata de asfixiar a Irán,
Arabia Saudita y Siria con el objetivo tanto de transformar la cartografía
medio-oriental en favor de Israel como de capturar los energéticos
para la gasocracia texana y la petrocracia anglosajona. Los cambios mundiales
son dramáticos cuando se tejen nuevas alianzas en medio del caos
global. Desde Manila, durante la 40 Asamblea General de la Asociación
de Asambleas de Asia para la Paz, el líder del Congreso chino, Wu
Bangguo, formuló un vibrante llamado para el establecimiento de
un "nuevo orden internacional" (El Diario del Pueblo, 1.9.03), que
seguramente habrá perturbado a la depredadora gasopetrocracia.
PESE A SU regreso intempestivo, el general Sharon
arrancó un jugoso contrato por mil millones de dólares por
la venta de radares Phalcon a India (The Financial Express, 10.9.03)
con la que está por concluir un tratado de libre comercio. Los realineamientos
geopolíticos tras el 11 de septiembre han acelerado la marcha. Rusia
intenta resucitar su añeja esfera de influencia mediante la reincorporación
de tres anteriores repúblicas nucleares de la fenecida URSS (Kazajistán,
Ucrania y Bielorrusia) al seno de una poderosa "zona económica unida",
que implicaría profundas reverberaciones geopolíticas en
sus fronteras respectivas desde Europa Oriental hasta Asia Central (Pravda,
11.9.03). Rusia mueve sus cartas geopolíticas para contrarrestar
la brutal ofensiva de los ultrahalconazos del Pentágono en
el Medio Oriente, Asia Central y el sudeste asiático, quienes han
sido desplumados en Irak por la asombrosa guerrilla sunnita, lo cual puede
costar su salida precipitada a Rumsfeld y Wolfowitz. Washington no tiene
asegurada la lealtad absoluta de Japón que busca otras oxigenaciones.
En la ciudad siberiana de Irkutsk, se celebró un foro conjunto donde
el portavoz del gabinete japonés, Tatsuo Arima, afirmó que
"el potencial de la cooperación energética entre Rusia y
Japón puede ser muy grande", primordialmente en lo referente a proyectos
energéticos conjuntos para el abastecimiento de petróleo
y gas a Japón desde los focos rusos del este de Siberia y las islas
Sajalin en el Lejano Oriente (Russia Today, 13.9.03).
RUSIA NO NECESITA del petróleo saudita,
pero sí de sus inmensos capitales para desarrollar y explotar sus
cuantiosas reservas gaseras, las primeras del mundo. Se calcula que Arabia
Saudita posee casi un billón de dólares en los bancos de
EU y que si no se apuran en retirarlos, los familiares de las víctimas
del 11 de septiembre, que han entablado juicios contra funcionarios del
gobierno wahabita, pronto los embargarán en forma precautoria, como
suele sentenciar la "justicia" xenofóbica de EU. Rusia espera que
por lo menos 300 mil millones de dólares de capitales sauditas,
que han iniciado la fuga silenciosa, busquen refugio en las arcas de Moscú.
La dimensión del trato es descomunal si se considera que Rusia posee
un PIB de 346 mil 500 millones de dólares, que en la medición
más refinada del "poder paridad de compra" es de 1.35 millones de
millones de dólares que la coloca en el octavo lugar mundial. Hacía
71 años que ningún mandatario saudita había visitado
Rusia, y Alexander Shumilin, director del Centro para el Análisis
de los Conflictos del Medio Oriente, considera que "el significado potencial
de un aumento en la cooperación ruso-saudita es enorme" (The
Moscow Times, 10.9.03). No solamente Rusia, la primera reserva de gas
mundial, y Arabia Saudita, la primera reserva "oficial" (en realidad Irak
sería la primera, de acuerdo con The Times londinense) de
petróleo mundial, representan los primeros dos productores y exportadores
globales, sino que también Arabia Saudita ejerce enorme influencia
en el mundo islámico, que lo convierte en un "deseable aliado estratégico"
que podría amainar la colisión entre Moscú y los musulmanes
del Cáucaso (Chechenia y Daguestán) y Asia Central. Rusia,
con 20 millones de islámicos en su seno de un total de 144 millones
de habitantes, desea pertenecer a la Organización de la Conferencia
Islámica de 57 países y mil 500 millones de mahometanos que
preside la teocracia de los ayatolas chiítas de Irán. "Si
Rusia y Arabia Saudita unifican sus fuerzas tendrán un impacto mayor
en los mercados energéticos como en las relaciones geopolíticas
entre el norte y el sur o, en términos religiosos, entre los mundos
cristiano e islámico". Para diagnosticar la magnitud de la visión
aldeana de la cancillería mexicana en la etapa aciaga y ciega de
Castañeda Gutman, un infatuado global, se recuerda que mandó
cerrar la embajada de México en Arabia Saudita para satisfacer al
general Sharon y a su medio hermano, el venezolano Rozental Gutman, súbdito
de Kissinger, además de cuñado de Andrés Holzer, operador
del Irán-contras. Por eso la política exterior en
la etapa foxiana ha sido y será un desastre: no es de "Estado",
sino más bien facciosa de "establo", que beneficia a los grupos
de interés y sus coyotes que desean rematar los energéticos
mexicanos para llevarse sus jugosas comisiones en detrimento del bien nacional.
LA VIRTUAL ALIANZA entre el "príncipe heredero"
Abdalá y el zar ruso Vladimir Putin, cobraría mayor
relieve a raíz de las tensiones entre Riad y Washington. En búsqueda
del caos geopolítico y su concomitante qaedización
en el Medio Oriente, el equipo Bush sacrificó la alianza estratégica
que había forjado el visionario presidente Franklin Delano Roosevelt
en la década de 1940 para obtener petróleo seguro y barato
a cambio de la protección militar del reino wahabita, en vías
de desaparecer como su primer abastecedor mundial. Rumsfeld y Wolfowitz
ordenaron la retirada de la última base militar de EU de Arabia
Saudita, que deja suelto el precio del barril del petróleo al libre
albedrío de la qaedización. Los neoconservadores (los
straussianos) y sus aliados sharonistas califican el reino wahabita de
"centro del terrorismo global". ¿No será más bien
por despecho de que el reino wahabita está retirando gradualmente
su capitales de Washington y la City que manejan los bancos afines a los
sharonistas y los straussianos? El espectacular acercamiento entre Riad
y Moscú no es tan lineal y existen pletóricos escollos en
el trayecto. Porque la "geopolítica del petróleo", donde
la Organización de Países Exportadores de Petróleo
jugó un papel relevante durante tres décadas, difiere de
la "geopolítica del gas", donde Rusia ha establecido un condominio
energético con el mundo anglosajón. Rusia es ya el sexto
exportador a EU y la poderosa petrolera rusa Lukoil posee superlativos
planes de expansión al mercado de EU, donde competiría con
Arabia Saudita que está siendo desplazada gradualmente. Putin juega
magistralmente al ajedrez geopolítico, en el que sacará ventaja
tanto de su acercamiento con EU como con Arabia Saudita, dependiendo cómo
soplen los vientos que favorezcan los intereses estratégicos de
Rusia, que se ha posicionado como indispensable "país pivote". Vladimir
Simonov cataloga la simbiosis financiera saudita con la tecnología
de punta rusa como "la emergencia de un nuevo centro de poder mundial"
(Pravda, 3.9.03).
ALGUN AVISPERO ENERGETICO habrá sacudido
la visita del "príncipe heredero" Abdalá a Rusia, que una
semana inmediatamente después a su espectacular visita y 10 días
antes de la "cumbre bilateral energética Rusia-EU" en San Petersburgo,
Daddy Bush, Henry Kissinger y lord John Browne (presidente de British
Petroleum que acaba de obtener un resonante triunfo en Libia con el levantamiento
de las sanciones de la ONU) corrieron a entrevistarse con el zar
Putin. La visita a Moscú de Daddy Bush, en representación
del Grupo Carlyle, ha levantado una polvareda de especulaciones: desde
la compra por 18 mil 600 millones de dólares para Chevron-Texaco
de un suculento paquete de 25 por ciento de acciones de la petrolera Yukos-Sibneft,
pasando por la alianza entre el Grupo Carlyle y el grupo ruso Alfa de telecomunicaciones
por 500 millones de dólares, hasta el reparto de los yacimientos
de Irak (The Moscow Times, 12.9.03). Los sagaces rusos recuerdan
que Daddy Bush ya había estado en Rusia en junio de 1998,
dos meses antes de la implosión del efecto vodka, para la
apertura de la banca de inversiones gigantesca Goldman Sachs, que se benefició
del efecto tequila en 1994 gracias a los cordobistas Zedillo, Gurría,
Ortiz Martínez y Serra Puche. Hace un mes, The Sunday Times
afirmó que la adquisición del Grupo Carlyle de la cuarta
parte de las acciones de Yukos-Sibneft estaba prácticamente concluida.
También la texana Exxon-Mobil, la primera trasnacional petrolera
a escala global, desea ampliar su participación en el radiante mercado
energético de Rusia, donde British Petroleum se adelantó
con la compra de 50 por ciento del paquete de acciones de Alfa y Renova
(de la petrolera rusa Tyunmen) por 6 mil 350 millones de dólares.
La carrera, sin guerra de por medio, por el desarrollo de los recursos
energéticos rusos ha empezado y, al contrario de lo que pregona
la obscena (des)información de la petrocracia anglosajona, las reservas
mundiales de petróleo se están agotando cuando quedan pocas
oportunidades en Rusia, Kazajistán y el Medio Oriente. Es de entender
que Daddy Bush y Henry Kissinger se hayan alarmado del acercamiento
energético entre Rusia y Arabia Saudita.
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