México D.F. Domingo 14 de septiembre de 2003
REPUBLICA DE PANTALLA
Jenaro Villamil
Cancún, apuntes de un suicidio globalifóbico
Reunión de la OMC, símbolos y telecobertura
Tiempo de saber, nuevo libro de Scherer y Monsiváis
CANCUN, SUEÑO DE Banqueros
es el afortunado título de un libro del cronista Fernando Martí
que relata cómo en los años setenta y ochenta se decidió
construir un emporio financiero y hotelero, no exento de lavado y
triquiñuelas, en una de las bahías más hermosas del
mundo. Cancún, "nido de serpientes" en maya, se convirtió
en símbolo de un modelo de apropiación de la naturaleza para
responder a las expectativas de una industria turística que todo
lo reduce a divisas, provoca exclusión y fetichiza el espectáculo
de la belleza caribeña. Paradojas simbólicas: treinta años
después y por la fuerza de las imágenes de las protestas
altermundistas, este sitio se transformó ya no en un sueño
turístico, sino en punto de referencia de un suicidio simbólico,
enmarcado en otro real. La quinta reunión cumbre de la OMC culminó
con el triunfo de quienes piden fin al régimen de apartheid
librecambista y el fracaso de los globalifílicos y su dogma
de la apertura a toda costa.
EL SUICIDIO REAL, premonitorio, fue el del agricultor
coreano Lee Kyung Hae, el miércoles 10 de septiembre. Su sorpresivo
acto desplazó la atención del inicio de las rondas de negociaciones
de los 5 mil delegados de la organización. Evocador y dramático,
Lee sintetizó así la demanda de 65 por ciento de los agricultores
de todo el mundo, de aquellos que viven con menos de dos dólares
diarios y que están fuera del sueño globalifílico.
Con su peculiar sensibilidad, el ex presidente mexicano Ernesto Zedillo,
quien piensa todo en cash, no se atrevió siquiera a mencionarlo
en su artículo publicado en la prensa internacional el 12 de septiembre.
El actual director del Centro para el Estudio de Globalización de
Yale prefirió pontificar sobre lo que deben hacer las naciones en
desarrollo y la OMC "para salir de la encrucijada".
DEMASIADO TARDE PARA el señor Zedillo y
otros globalifílicos. En los pasillos de la ronda oficial
de Cancún, el G-23, organización informal de un bloque de
países encabezados por Brasil, India y China, exhibió la
imposibilidad de lograr una apertura agrícola bajo las reglas que
pretenden imponer aquellas naciones que gastan 320 mil millones de dólares
en subsidiar a sus propios corporativos agrícolas y le cierran las
puertas a las tres cuartas partes del mundo que reciben en "ayudas financieras"
seis veces menos que esa cantidad de subsidios. "La OMC corre el peligro
de convertirse en un organismo irrelevante. El peligro de la fragmentación
está claramente aquí", advirtió el canciller brasileño
Celso Amorín. Coincidió con el dictamen de Danielle Mitterrand
que, en el foro alterno, resumió la demanda de los altermundistas
así: "es necesario eliminar el apartheid de la OMC".
COMO EN TODO buen sueño que se convierte
en pesadilla, en Cancún hubo desde sobornos de Estados Unidos a
algunos países para que abandonen el G-23, según denunció
la organización Action Aid y difundió la cadena televisiva
inglesa BBC, hasta chapucerías como severos candados para que difícilmente
aterrice el acuerdo de comercio de medicamentos genéricos que salvaría
a millones de personas que padecen las epidemias de sida, tuberculosis
y malaria, pero que no entran en el costo-beneficio de los corporativos
farmacéuticos. Estas discusiones no se vieron en la televisión
mexicana que se concentró en estigmatizar a los globalifóbicos,
a quienes les dio el privilegio de la pantalla como si fueran hordas irracionales
y detonadores de la violencia per se. Se trocó el punto de
vista y el debate por la editorialización nada velada contra los
que están fuera del sueño librecambista.
CIERTAMENTE, EN LAS filas de los altermundistas
también se revelaron algunas fracturas en las tácticas de
protesta, pero su crítica fundamental se impuso. Después
del suicidio de Lee, del ingenio de algunas agrupaciones como Oxfam para
ironizar a los presidentes del G-7, de Greenpeace para bloquear un barco
que transportaba maíz transgénico a México y de la
marcha pacífica que se realizó este sábado, los incidentes
de violencia, como la destrucción de cristales en algunas franquicias
o la agresión de los ultras a reporteros y de los policías
a ambos, se quedaron en segundo plano. Los altermundistas no son
homogéneos y precisamente por su diversidad los foros alternos de
Comercio Justo y de otras agrupaciones demostraron ser escaparates más
efectivos para el diálogo, el encuentro y el diagnóstico,
aunque los medios masivos sólo los registraran como "relleno" de
las "imágenes de violencia". La ronda oficial previsiblemente acabará
demostrando que los altermundistas no son simples "locos que pretenden
la luna", como los descalificó el comisario agrícola de la
Unión Europea, Franz Fischler. La exclusión es el fin del
propio sueño globalifílico.
La cobertura en pantalla
DESPUES DE CUATRO días de cobertura, algunos
elementos importantes se pueden destacar:
1. LA TELEVISION privada mexicana asistió
a informar de la reunión como si se tratara del tradicional reporte
de marchas, bloqueos y protestas de la ciudad de México. Prefirieron
simplificar que desentrañar la riqueza del debate en juego. Televisa
y Tv Azteca insistieron en llamarlos globalifóbicos. Canal
11 fue más matizado y los denominó globalicríticos
y, al igual que Canal 40, le dio más espacio a los foros alternos.
Por supuesto, Tv Azteca en el tono de Ciudad sin ley editorializaba:
"la violencia se desbordó y la cumbre se tiñó de rojo"
(10-septiembre-03); Televisa no se quedó muy atrás: "estalla
en Cancún la violencia globalifóbica". Para el viernes
12, Canal 2 matizó un poco más: "Cancún, dividido
en dos" y si de sintetizar se trataba, el conductor Joaquín López
Dóriga enumeró ese día: "desnudos, plantones, marchas,
bloqueos". El enorme aparato de cobertura del canal de las estrellas
exhibió su poderío, contextualizó mejor, pero no profundizó
más.
2. EL DIA DEL suicidio de Lee cada estación
presumió como propias las imágenes del agricultor coreano
como si su inmolación se tratara de una puesta en escena "en exclusiva"
para las televisoras. ¿Pensarán que quería un premio
de La Academia o de Big Brother? Canal 40 anunció
la información en forma más mesurada: "cobra OMC su primera
víctima"; Televisa: "muere globalifóbico coreano en
Cancún"; Canal 11 precisó: "se suicida globalicrítico
coreano en Cancún"; y Tv Azteca atribuyó sin pudor la muerte
de Lee a "enfrentamiento entre manifestantes y PFP en Cancún", aunque
después su reportero y el conductor Javier Alatorre, quien ya retornó
a los gritos con voz engolada, aclararon: "manifestante coreano murió
por la herida que se causó". Ni la BBC ni CNN en sus emisiones en
español reportaron en la apertura de sus noticieros la información
del suicidio de Lee. La conmemoración de los atentados del 11 de
septiembre fue más importante. Sin embargo, la cadena inglesa reportó
mejor los debates y las posiciones internas en la ronda de la quinta reunión
ministerial.
3. LA VARIEDAD de las fuentes alternas de información
fue más profusa en Internet. Entre los sitios importantes se pueden
mencionar www.comerciojusto.com.mx, www.fairtradeexpo.org; el sitio oficial
www.wto.org estuvo bastante atrasado en relación con los otros dos
cibersitios. La reunión de Cancún también demostró
que las redes de comunicación alterna se construyen en forma más
eficaz.
4. UN SONDEO realizado por Pew Research Center
sobre los efectos de la globalización reveló que las sociedades
más globalipesimistas son Turquía, donde 61 por ciento
de los encuestados califica de negativos los efectos de la apertura contra
un 27 a favor, seguido por Argentina (48 por ciento en contra), Australia
(35 por ciento de percepción negativa) y Francia (34 por ciento).
En México, 41 por ciento de los consultados piensa que "el pueblo
está en una mejor posición económica con el libre
comercio", pero 51 por ciento opina lo contrario. Esta percepción
dice mucho en vísperas del décimo aniversario del inicio
de nuestro "ingreso a las grandes ligas" del Tratado de Libre Comercio.
Tiempo de saber, prensa y poder en México
ESTE ES EL título de un nuevo libro editado
por Aguilar y escrito en dos partes distintas por Julio Scherer y Carlos
Monsiváis. Justo cuando la violencia ha vuelto a ensombrecer al
feneciente periódico Excélsior y que circulan versiones
sobre la posible venta de otro decano de los medios impresos capitalinos,
El Heraldo, Scherer documenta en la primera parte del libro, recuperando
el testimonio de Jorge Velasco, la estrategia de debilitamiento y división
desde los tiempos de la presidencia priísta al medio que llegó
a ser uno de los periódicos más importantes de América
Latina.
EN ESA PRIMERA parte, Scherer hace un nuevo corte
de caja de sus tiempos como director de Excélsior. Destaca
la reproducción de las críticas de Daniel Cosío Villegas.
A él se le debe la frase de que, en los otros tiempos, la prensa
más que cuarto poder funcionaba como "cuarto sector" del PRI.
LA SEGUNDA PARTE es un ambicioso apunte histórico
realizado por Carlos Monsiváis. Su ejercicio de reflexión
y de análisis arranca con José Joaquín Fernández
de Lizardi y la primera institución de las relaciones prensa-poder:
la censura. Revisa los cambios en el comienzo, el auge y la caída
del presidencialismo priísta y apunta las nuevas taras derivadas
de la mercadología foxista.
EN LA PAGINA 138, Monsiváis enuncia cinco
elementos que institucionalizaron las relaciones prensa-poder en México.
¿Cuáles quedan y cuáles se han relaborado?:
"-Metamorfosis que relabora cualquier acto del primer
mandatario y lo vuelve noticia de ocho columnas.
"-Celebración incondicional de las supresiones
del desarrollo democrático.
"-Abundancia de fotos y 'transformación estética'
de la imagen del presidente en las caricaturas.
"-Eliminación del tono 'irrespetuoso' de la crítica.
Nada directo o humanizador se imprime...
"-Se 'canoniza' al primer mandatario. No sólo es
perfecto, también el que lo critique comete acto de lesa presidencia".
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