Enfrentamiento entre alumnos y guaruras; el ex canciller se refugió en una oficina

Con insultos reciben a Castañeda en el IPN

Tras una accidentada conferencia, se negó a la sesión de preguntas y desató la ira del auditorio

JOSE GALAN

Entre gritos de "cobarde", "yanqui", "en venta al mejor postor", chiflidos y mentadas de madre, el ex canciller Jorge G. Castañeda ayer enfrentó por 25 minutos el desprecio de más de 400 jóvenes y maestros de la Escuela Superior de Física y Matemáticas del Instituto Politécnico Nacional (IPN) que, enardecidos, primero por su presencia y luego porque no aceptó una sesión de preguntas y respuestas, se le fueron encima a pesar de sus cinco guardaespaldas, que ya habían tenido un enfrentamiento con alumnos antes de que dictara la conferencia Ideas para el cambio.

Tuvo que refugiarse por 50 minutos en la oficina del director de la escuela, Rubén Mares Gallardo, que no pudo controlar el enojo de su comunidad. La cita estaba programada para las 11 de la mañana. Diez minutos antes, los guaruras del ex canciller habían reñido ya con un grupo de jóvenes que se oponían a la presencia en el recinto politécnico de Castañeda, invitado de manera particular por las autoridades de ese plantel. Los ánimos se caldearon y el director, para calmar la presión, anunció en el micrófono que, a cambio del buen comportamiento de los presentes -"es un acto de cortesía para el invitado"-, se establecería una sesión de preguntas y respuestas.

Cesaron los conatos de bronca por parte de los alumnos y profesores de una escuela del Poli que, por su activismo político, es comparada con la Facultad de Ciencias Políticas de la UNAM, sin nada que ver, en las versiones posteriores de los cercanos a Castañeda, con las huestes del ultraderechista estadunidense Lyndon Larouche. Sin embargo, el ex canciller, que nunca se imaginó ser recibido de esa manera en una institución donde su vecina y amiga Elba Esther Gordillo afirma mantener el control de cerca de 25 mil trabajadores, se retrasó hasta las 11:40.

Hartos de la espera y la informalidad, los presentes reanudaron las protestas. Inclusive el profesor Rolando Brito, de la ESIME-Zacatenco, gritó que la demora constituía "una falta de respeto de Castañeda a la comunidad", que el ex funcionario era "un canalla", y preguntó con voz tronante: "Ƒdónde está esa puta que se vende al mejor postor?". Personal de la dirección de la escuela intentó callar al docente y se desató de nuevo el griterío en defensa de la libertad de expresión del maestro.

Castañeda llegó por fin a las puertas del auditorio a bordo de un auto Renault Laguna 2003 placas 256-SPV -que tiene un costo de cerca de 25 mil dólares-, en una escuela cuyos alumnos pertenecen a familias que no llegan ni a los cuatro salarios mínimos al mes-, y entre mentadas de madre, chiflidos y abucheos, se instaló en el escenario y comenzó su conferencia, a pesar de que los gritos de "yanqui go home", "traidor", "vendido" y "estúpido" impedían a veces escuchar sus palabras.

Castañeda dijo que al inyectar 10 mil millones de dólares a Petróleos Mexicanos, al tiempo que se duplica la venta de petróleo "tendríamos en siete años otro país". Nadie le creyó. Al terminar, ironizó al agradecer que "me hayan escuchado respetuosamente", y se negó a la sesión de preguntas y respuestas. Se desató el pandemónium. Protegido por sus guardaespaldas y las autoridades del plantel, se refugió detrás del escenario mientras que cientos de jóvenes pretendían acercarse con ira manifiesta. Por una pequeña puerta logró salir y refugiarse en la dirección del plantel por 50 minutos, en espera de que se calmaran los ánimos.

Al final de la conferencia, cuatro ayudantes de Castañeda, jóvenes egresados del ITAM, repartieron volantes con una encuesta para evaluar al propio Castañeda, su imagen, su discurso, y para ver quién estaba dispuesto a colaborar en difundir las ideas del ex canciller.

Como respuesta, los papeles alfombraron el piso del auditorio.