Nadie puede tener la certeza de que es inocuo, replican ONG de Europa y EU

El maíz transgénico no daña la salud ni a granos criollos, asegura la Semarnat

México no tiene programa para prevenir la contaminación de cultivos tradicionales

ANGELICA ENCISO L. ENVIADA

Cancun, QR, 7 de septiembre. En el Foro universal sobre biodiversidad, el gobierno mexicano fijó por primera vez desde 2001 su posición sobre la contaminación de cultivos tradicionales de maíz en Oaxaca con grano transgénico. El secretario de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), Alberto Cárdenas Jiménez, sostuvo que los estudios concluyeron que no hay afectación a la "identidad" del maíz criollo y tampoco daños a la salud y al medio ambiente.

Y es que en esta decimoctava reunión, en la que se debatió la regulación y uso sustentable de la diversidad biológica, la bioseguridad y su relación con el comercio internacional, los representantes de aproximadamente 30 organizaciones no gubernamentales (ONG) expresaron su preocupación por el caso del maíz, que no ha sido resuelto por el gobierno de nuestro país a dos años de haber sido denunciado en la revista Nature por el mexicano Ignacio Chapela.

Ante las declaraciones del funcionario, las organizaciones expresaron que no es bueno hacer esa afirmación, porque los estudios de los científicos no han terminado.

El tema tiene tal trascendencia internacional, que Pat Money, de ETC Group, indicó que la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación envió una nota al gobierno mexicano, en la que le solicita información acerca de las medidas que adoptaría para proteger el centro de origen del maíz, pero las autoridades no han dado ninguna respuesta. Además, el especialista propuso que el tema sea discutido para darle solución en la próxima reunión de la Convención de la Diversidad Biológica.

En el primer acto internacional en que participa Cárdenas Jiménez como responsable de la Semarnat, cargo que asumió hace seis días, habló sobre el caso del maíz transgénico, que ha causado un debate científico internacional y que aún los especialistas no logran definir los impactos que tendrá. El funcionario llegó con el anuncio de que la presencia de transgenes en el grano "no causa daños al medio ambiente ni a la salud. No se afectó la identidad del maíz criollo (...) El gobierno comprende la preocupación sobre el tema y se ha aplicado el principio de precaución".

Sin embargo, es transgénica la tercera parte de las importaciones de maíz estadunidense que ingresa a México y no existe control sobre su destino, recordaron representantes de Greenpeace. El caso de la contaminación de maíz transgénico fue ejemplo sobre lo que puede ocasionar el comercio indiscriminado de estos productos en las naciones ricas en biodiversidad, lo cual preocupó a las organizaciones asistentes de América Latina, Estados Unidos y Europa.

Esta situación también fue presentada por organizaciones no gubernamentales a la Comisión de Cooperación Ambiental de América del Norte, instancia que realiza el estudio y hará recomendaciones al gobierno mexicano en marzo del próximo año, se anunció aquí.

Por eso entre las conclusiones que se leyeron ayer y se presentarán en la mesa redonda de alto nivel sobre comercio y medio ambiente, que se desarrollará el martes en Cozumel, se destacó la necesidad de que la Organización Mundial de Comercio (OMC) respete los acuerdos multilaterales en materia ambiental, se proteja a los pueblos indios y su conocimiento tradicional, y de ser necesario se modifique el Tratado sobre Aspectos Relacionados con los Derechos de Propiedad Intelectual.

Contrario a lo afirmado por Cárdenas Jiménez, quien dio por hecho que la contaminación transgénica no tiene efectos negativos, los asistentes concluyeron que es imposible tener "la certidumbre total, más en cuestiones relacionadas con medio ambiente y bioseguridad. La toma de decisiones deberá basarse en la anticipación, más que en la reacción. Esto es lo que llamamos precaución".

Esta incertidumbre, agregó Gustavo Alanís, quien leyó el documento, debe ser reconocida por la OMC. "Es fundamental reconocer que ni el Protocolo de Cartagena sobre biodiversidad ni ningún otro acuerdo ambiental deberá estar supeditado a la OMC". Este organismo internacional, añadió, debe involucrarse en un diálogo continuo con el Protocolo de Cartagena.

Además los países tendrán el derecho de decidir el nivel de riesgo que estén dispuestos a correr, ya sea en la adopción de biotecnologías u otros. "Es una cuestión de soberanía", resaltó.

De acuerdo con las agrupaciones, se prevé que Estados Unidos buscará en la quinta reunión ministerial de la OMC presionar a los gobiernos de la Unión Europea y a los países en desarrollo para que abran su mercado a la entrada de transgénicos, por lo que las agrupaciones del foro insistieron en que las conclusiones de la reunión deberán ser llevadas a ese evento.