México D.F. Lunes 8 de septiembre de 2003
El sector femenino, peor atendido que el masculino
Plantean incorporar perspectiva de género en atención de discapacidades
CAROLINA GOMEZ MENA
Aunque no existen cifras certeras sobre la cantidad de mexicanas con alguna discapacidad, se estima que superan levemente a los varones, en especial en lo que se refiere a incapacidades motrices y visuales.
Según datos del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI) en México hay 2.3 millones de personas que sufren alguna discapacidad severa, muy por debajo de lo estimado por la Organización Mundial de la Salud (OMS), la cual considera que 10 por ciento de la población padece el problema.
De acuerdo con el estudio Mujeres y discapacidad en México, editado por el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) el tema de la discapacidad femenina "sólo ha merecido atención marginal dentro de los programas de salud reproductiva, sexualidad, empleo y violencia".
Así, establece, esta investigación constituye "el primer esfuerzo sistemático por incorporar a las mujeres con discapacidad dentro de los proyectos, programas e instituciones dedicadas a promover el bienestar" de las mexicanas.
De acuerdo con el documento, la discapacidad se consideraba "neutralizada por considerarse más un problema médico que social", al cual debe incorporársele la perspectiva de género. Y es que -según se plantea en el estudio de campo- no es lo mismo que el discapacitado sea varón a que sea mujer, debido a la desigualdad que prevalece.
El estudio documenta que en la mayoría de casos no existe tanta disposición a cuidar a una mujer como la que hay para apoyar a un varón.
"Existen ciertas condiciones sociales que pueden influir en la aparición de la discapacidad. Algunos casos tienen su origen en la pobreza, la insalubridad y la desnutrición", expresa el estudio. Según datos de Naciones Unidas, a finales de la década de los años 80 en el mundo había 100 millones de discapacitados a causa de la desnutrición.
Las mujeres sufren discapacidades por falta de hierro, por exponerse a contaminantes -por ejemplo los pesticidas entre las jornaleras-; incluso los arreglos culturales respecto a la distribución de los alimentos en el hogar las expone más a la desnutrición crónica.
|