México D.F. Lunes 8 de septiembre de 2003
Obispos de EU y México lamentan que un
acuerdo bilateral esté lejano aún
Denuncia jerarca católico el racismo contra
migrantes en el mundo global
Anuncian visita de enviado papal a Fox para promover
ayuda de la Iglesia
JOSE ANTONIO ROMAN
En un mundo cada vez más globalizado y complejo,
persiste la "triste experiencia" de la discriminación y el racismo,
donde los derechos humanos de los migrantes se ven vulnerados continuamente,
aseguró el subsecretario del Pontificio Consejo para la Pastoral
de los Migrantes e Itinerantes, Michael A. Blume, quien dijo que el fenómeno
migratorio es un tema prioritario para la Iglesia católica.
Ante miles de feligreses y peregrinos que abarrotaron
la Basílica de Guadalupe, en la celebración del Día
Nacional del Migrante, expresó que la Iglesia está empeñada
en impulsar un trabajo fuerte para vencer las prácticas de racismo,
xenofobia y nacionalismo exagerado.
En
la misa, concelebrada con el presidente de la Comisión de Movilidad
Humana del Episcopado Mexicano y obispo de Ciudad Juárez, Renato
Ascencio León, y sacerdotes de la secretaría general del
Episcopado, el enviado papal lamentó que sean muchas las naciones
que conozcan, en diferente grado e intensidad, la discriminación
y el racismo, no sólo entre los ciudadanos de un país, sino
de ellos con extranjeros.
Por su parte, Ascencio León en conferencia de prensa
posterior a la misa expresó la preocupación entre los obispos
de México y Estados Unidos por el anuncio de que un acuerdo migratorio
entre ambos países se presenta muy lejano, luego de que se reunieron
el secretario de Relaciones Exteriores de México, Luis Ernesto Derbez,
y el secretario de Estado estadunidense, Colin Powell.
Sin embargo, reconoció que junto con estas noticias
malas también se presentan otras que abrigan esperanzas, como el
que algunas entidades estadunidenses abran la posibilidad de empleo y de
obtener la residencia para quienes ya tienen determinado tiempo de radicar
de manera ilegal en ese país.
Adelantó que los obispos de ambos países,
quienes mantienen comunicación constante y un trabajo coordinado,
seguirán insistiendo ante sus respectivos gobiernos en lograr un
acuerdo migratorio que garantice el respeto de los derechos humanos de
quienes buscan en el trabajo mejores oportunidades de vida.
De hecho, como parte del cuarto Congreso de Pastoral de
Movilidad Humana, que se verificará durante la presente semana,
y a la que asiste como invitado especial el enviado papal, obispos de la
Comisión Episcopal se reunirán en privado este miércoles,
con el presidente Vicente Fox en Los Pinos, donde abordarán el tema
migratorio.
El obispo de Ciudad Juárez adelantó que
le preguntarán de qué forma puede colaborar la Iglesia católica
en la atención de este fenómeno, en el que deben estar involucrados
todos los sectores sociales.
Se refirió a la carta pastoral emitida de manera
conjunta por los obispos de México y Estados Unidos en fecha reciente,
en la cual se hace un llamado a los presidentes de los dos países
para continuar las negociaciones sobre los asuntos migratorios y conseguir
articular un sistema de migración más generoso, justo y humano
entre ambas naciones.
Ascencio León afirmó estar enterado de que
en breve la Comisión Episcopal de Estados Unidos se reunirá
con los congresistas de ese país para abordar el tema migratorio,
además de que se busca un encuentro con el presidente George W.
Bush, con el mismo objetivo.
El reverendo Blume, también en la conferencia,
destacó que todas las personas tienen derecho a la asistencia pastoral
de la Iglesia, pues para ésta nadie es extranjero. Reconoció
que entre los pobres se encuentran la mayoría, que por diversas
razones emigran, y que la misión de la Iglesia es invitar a que
los diferentes grupos convivan en paz y contribuyan mutuamente al bienestar
común.
Ambos prelados lamentaron que por diferencias étnicas
o nacionales exista discriminación que se pueden convertir en tensiones
sociales, conflictos, incluso en guerras. Ascensio León y Blume
explicaron que el mensaje que la Iglesia católica pretende llevar
con la celebración del Día del Migrante es invitar a la pacífica
convivencia entre todos hombres, venciendo todo tipo de racismo, xenofobia
y nacionalismo exagerado.
Durante la misa, a la que también asistieron representantes
diplomáticos de una veintena de países que portaban sus respectivas
banderas, Blume recordó que ya son 25 los mensajes en los que el
Papa Juan Pablo II ha tocado específicamente el tema migratorio,
con motivo de impulsar el Día del Migrante en todo el mundo. Recordó
que el pontífice ha señalado que restringir la participación
de una comunidad representa un empobrecimiento de toda la sociedad y contradice
el derecho básico del bautizado de participar en el culto y en la
vida de la comunidad.
Indicó que extranjeros y migrantes, sean residentes
o de paso, son en general los más vulnerables a la discriminación
y al racismo, por lo que ésta debe ser una ocasión para orar
por quienes por cualquier razón están lejos del hogar y la
familia. Las peticiones finales de la celebración religiosa, en
favor de los derechos humanos y el bienestar de los migrantes en todo el
mundo, fueron pronunciadas en varios idiomas, desde el altar de la Basílica
de Guadalupe.
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