México D.F. Lunes 8 de septiembre de 2003
Siguen las presiones contra el primer ministro
Blair debe renunciar, según 43 por ciento de británicos: encuesta
REUTERS
Londres, 7 de septiembre. El primer ministro británico, Tony Blair, enfrentaba este domingo nuevas presiones para que renuncie por el escándalo sobre el suicidio del especialista en armamento David Kelly, en el centro de un intenso debate sobre las razones del gobierno para sumarse a la guerra de Estados Unidos contra Irak.
Una encuesta en el periódico Mail on Sunday reflejó que 43 por ciento de los británicos cree que Blair debe renunciar debido al escándalo, 42 por ciento opina que debe seguir en el puesto y 15 por ciento están indecisos.
Es la primera vez que una encuesta sugiere que más votantes están contra Blair que en su favor. El sondeo fue realizado el día después del aplazamiento por 10 días de la investigación oficial sobre la muerte de Kelly para que el juez Brian Hutton decida cuáles son los testigos que debe volver a llamar.
La encuesta será otro duro golpe para el otrora invencible líder de un gobierno laborista con abrumadora mayoría en el Parlamento, que ha visto disminuir su popularidad desde la guerra para derrocar a Saddam Hussein y que enfrenta una ola de críticas por sus políticas en educación, salud pública y crimen.
Kelly, cuyo nombre fue filtrado por el gobierno como la fuente de un reporte de la BBC que acusó a la oficina de Blair de exagerar la amenaza que representaban las armas de exterminio de Irak para reforzar sus razones para la guerra, se cortó las venas dos días después de una humillante audiencia ante una comisión parlamentaria.
Su esposa relató el lunes pasado la intensa presión bajo la que se encontraba Kelly y su estado de ánimo por la percepción de que había traicionado a sus compañeros de trabajo.
El emotivo testimonio tuvo lugar días después de que Blair asumió la responsabilidad por el caso, pero rechazó las denuncias de exageración y dijo que si se probaba que él a sabiendas engañó al país, debería renunciar.
Sin embargo, Blair no sólo tiene en su contra a sus oponentes políticos. Los sindicatos, bastión tradicional del Partido Laborista, y algunos de los propios ministros del gabinete lo tienen en la mira.
La ex secretaria de Desarrollo Internacional Clare Short, quien renunció a su puesto en mayo por no estar de acuerdo con la guerra en Irak, escribió el domingo en el periódico The Independent que Blair debe renunciar. "El primer ministro nos dijo que la denuncia de que él exageró a propósito la amenaza de las armas químicas y biológicas de Irak es un tema de renuncia. Ahora está claro que la amenaza fue exagerada".
Short acusó a Blair y a su principal asesor Alastair Campbell, quien renunció hace una semana, de orquestar un golpe dentro del partido, imponiendo sus propias políticas con engaños e intimidaciones.
El ex ministro de Medio Ambiente Michael Meacher, quien renunció en junio, sostuvo ayer que Estados Unidos sabía de los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Washington y Nueva York pero no hizo nada para prevenirlos, porque eran el pretexto perfecto para embarcarse en una guerra planeada de antemano para tener acceso al petróleo.
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