México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
Reducción del padrón y plazas
docentes, y negativa de maestros a reubicarse, centro del problema
Reformar normales, solución a la crisis educativa
en Chiapas: BM
La propuesta del organismo establece plazos y objetivos
hasta 2005; incluye exámenes para puestos directivos, ajuste de
presupuesto, sancionar ausentismo de profesores y un plan de jubilación
anticipada
ANGELES MARISCAL CORRESPONSAL
Ttuxtla Gutierrez, Chis., 6 de septiembre. La reducción
de plazas docentes y matrículas en las escuelas normales y la negativa
de unos 3 mil 500 maestros para reubicarse en zonas rurales de Chiapas,
donde existe un rezago educativo de 26.5 por ciento, son el centro de la
crisis entre el gobierno estatal, normalistas rurales y el sector magisterial.
Las cifras proporcionadas por el Instituto Nacional de
Estadística, Geografía e Informática (INEGI) y la
Secretaría de Educación Pública -contenidas en sus
páginas web- coinciden: en el estado se atiende sólo
a 73.5 por ciento de la población en edad escolar, de 15 años
y menos; este sector comprende 25.7 por ciento de los más de 3 millones
920 mil habitantes de la entidad.
Esas estadísticas significan que unos 266 mil 950
menores de 15 años no cuentan con servicio educativo alguno. Esta
población, según el INEGI, se ubica en su mayor parte en
las más de 18 mil 160 comunidades rurales de la entidad, con menos
de 500 habitantes, y se encuentran en lugares poco accesibles.
Atendiddos por maestros federales y estatales de las secciones
7 y 40 del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE),
existen 3 mil 735 centros de atención prescolar, 6 mil siete primarias
y mil 302 secundarias.
El
75 por ciento de estos centros se ubican en las zonas indígenas,
donde hay docentes que atienden hasta seis niveles escolares distintos
en una sola aula. Son los llamados maestros multigrado.
Cifras recientes dadas a conocer por el gobernador Pablo
Salazar señalan que en la entidad existen unos 58 mil docentes adscritos
tanto al nivel federal como el estatal, lo que implicaría que a
cada uno le tocaría atender, en teoría, a 17 alumnos adscritos
a los servicios educativos. Según la Secretaría de Educación
estatal, un gran número de docentes cuenta hasta con siete plazas,
algunas de sólo una o dos horas, lo que los hace cubrir inclusive
dos turnos completos.
Ello indica, según el Ejecutivo, que en el estado
hay "suficiencia de maestros", y que para combatir el rezago en la materia
se deben reubicar unos 3 mil 500 mentores que se niegan a atender a la
población rural.
En contraparte, los normalistas rurales y el SNTE insisten
en la apertura de nuevas plazas, para atender a más de 10 mil comunidades
que no cuentan con ningún servicio educativo. Inclusive, estiman
necesaria la contratación de entre 10 mil y 15 mil nuevos menores.
Desde el inicio de su administración, en diciembre
de 2000, Pablo Salazar se enfrentó a la sección 7 del SNTE,
a cuyos líderes acusó de querer mantener cuotas de poder,
como la adscripción discrecional de plazas magisteriales que se
abren anualmente. Asimismo, de tener un excesivo número de docentes
comisionados a la labor sindical y de paralizar los servicios educativos
como medida de presión, afectando con ello a los educandos.
Por su parte, los sindicalistas acusan al gobierno de
querer desaparecer los "logros magisteriales" y de responder a "políticas
neoliberales impuestas por el Banco Interamericano de Desarrollo y el Fondo
Monetario Internacional", según sostiene el secretario general de
la sección 7, Fortino Vázquez.
Inclusive se dio a conocer un informe del Banco Mundial
(BM) dirigido el 10 de octubre de 2002 al gobierno de Chiapas, donde se
establece una serie de "recomendaciones" en materia de educación,
que de forma paulatina habría de llevar a cabo la administración
de Pablo Salazar de aquí a 2005, para "apoyar la operación
de crédito" que viene gestando con dicha instancia.
Según el documento, del que La Jornada tiene
copia, Vik Paqueo, Gladys López y Harry Patrinos, analistas del
BM, proponen "convertir las normales estatales, o al menos una ley que
lo exija", y "la conversión real a un número acordado de
normales".
La propuesta establece plazos y objetivos. Para este año
se debería establecer un sistema de exámenes para la selección
de personal del área educativa que ocupe puestos de dirección;
proponer una nueva ley estatal de educación, y establecer normas
estrictas para sancionar el ausentismo laboral de los maestros.
En 2004 ya deberán estar "convertidas" las normales
estatales y habría de entrar en vigencia un programa de "jubilación
anticipada" para algunos sectores del magisterio.
El BM establece un nuevo sistema denominado Escuelas en
movimiento, y el "ajuste al presupuesto en educación, de acuerdo
con el nivel de logro de los indicadores de desempeño".
En este contexto, la crisis educativa que se vive en la
entidad inició cuando el gobierno estatal anunció la desaparición
del otorgamiento automático de plazas a los maestros de la Normal
Rural de Mactumactzá, institución de donde provienen desde
los actuales líderes magisteriales, hasta gobernadores como Eduardo
Robledo Rincón, además de diversos funcionarios de esta administración.
La disputa derivó a principios de agosto en enfrentamientos
y la detención de más de 200 personas, 24 de las cuales se
encuentran procesadas por delitos graves como motín y sedición.
Otras 10 se encuentran arraigadas, entre ellas cuatro maestros, padres
de alumnos de la normal.
Como reconoció el líder magisterial, ahora
se vive una guerra de "dimes y diretes" entre las partes. El gobierno,
a través de los medios de comunicación estatales y nacionales,
ha difundido su versión que indica la "suficiencia de maestros"
y la posibilidad de que se cierre o en su caso cambie la estructura de
la Normal Rural de Mactumactzá.
Esta pretensión implica reducir la matrícula
en las 22 normales que hay en la entidad y la contratación mínima
de mentores, como informó el gobernador el 23 de agosto, al otorgar
sus comisiones de trabajo a 900 nuevos maestros.
"Hoy tenemos poca oferta y mucha demanda (de maestros).
Hoy, por un error de planeación, todavía tenemos en Chiapas
muchas normales, y cada vez necesitamos menos maestros", explicó
Pablo Salazar.
Dijo que desde hace cuatro años el gobierno federal
ya no autoriza plazas en Chiapas y las que al año se ofertan son
aquéllas "que van quedando vacantes por jubilaciones, defunciones
e incapacidad".
En este contexto, sostuvo que "ya se están tomando
algunas medidas, entre otras reducir la matrícula de las normales"
y someter a concurso de oposición las plazas que salen anualmente,
en vez de otorgarlas de forma discrecional: 50 por ciento para el SNTE
y otro tanto para que las reparta el gobierno, como se ha hecho.
Los normalistas, los maestros de Mactumactzá y
el sindicato sostienen que esta medida, además de lesionar al gremio,
afectaría a la sociedad. Reiteran la necesidad de nuevas contrataciones
porque hay deficiencia hasta en las zonas urbanas.
"Hoy mismo llegó una petición de una escuela
ubicada en la cabecera municipal de San Cristóbal, donde cinco maestros
atienden a poco más de 300 alumnos. Otro caso es la Secundaria Técnica
3, ubicada entre los municipios de Tuxtla y Chiapa de Corzo, ahí
existen unos 50 alumnos por grupo. Estos ejemplos muestran la falacia y
aseveraciones infundadas por parte de las autoridades", señaló
Fortino Vázquez.
En contraparte, el secretario de Educación, Alfredo
Palacios, señaló que "la problemática de la que se
desprende en parte el rezago educativo es que hay una resistencia por parte
del sindicato a reubicar a 3 mil 500 maestros federales que están
en escuelas donde existen grupos hasta de siete alumnos. Subdividen grupos
de 15 alumnos en secundaria para darle lugar a maestros en zonas urbanas
o semiurbanas. Es decir, los profesores no están donde deberían".
Fortino Vázquez revira: "La reubicación
sí, pero para hacerla debemos empezar por los maestros comisionados
en los Servicios Educativos para Chiapas, donde ocupan puestos burocráticos
que no están acordes con su nivel profesional". Añade: "Pero
qué vamos a reubicar, si hacen falta maestros".
En este punto es donde entra la Normal de Mactumactzá,
que según su antecedente histórico recibe sólo a hijos
de campesinos pobres. A estos alumnos se les otorga una beca mensual de
2 mil 968 pesos, que comprende hospedaje en la institución, viáticos,
servicios de salud y alimentación, a cambio de que, al egresar,
presten sus servicios profesionales por un mínimo de tres años
en comunidades con menos de 500 habitantes.
"De ahí la importancia de que el otorgamiento de
plazas sea automático para estos nuevos profesionistas. Porque mientras
los normalistas urbanos andan llorando en demanda de que se les reubique
a pocas cuadras de su casa, los de la Mactumactzá son los únicos
que se la rajan en las comunidades", sostiene Fortino Vázquez.
Explica que en el área rural se ubica 70 por ciento
de los niños en edad escolar, en condiciones difíciles, pues
en algunos casos no hay aulas, agua ni comida. "Ahí los únicos
que aguantan son los normalistas rurales, porque ellos vienen de ese sector,
porque parte de su formación es buscar estrategias de desarrollo
acordes con el medio".
El secretario de Educación, por su parte, señala
que esto es una falacia, pues "al igual que el resto de los mentores, los
normalistas rurales buscan a toda costa asentarse en zonas urbanas".
Señala cifras que a su ver demuestran la negativa
de los maestros a desarrollar su trabajo en zonas rurales: "tenemos estadísticas
de que de los 200 días que los maestros deben trabajar al año,
trabajan 80; los maestros llegan el martes en la tarde y se van los jueves
tan pronto pueden".
Y menos de un mes después de la cancelación
del ciclo escolar en Mactumactzá, efectuada el 18 de agosto, luego
de reubicar en nuevas comisiones de trabajo a los maestros de esa institución,
a solicitud del gobernador arribó a la entidad el director de la
Coordinación General de Universidades de la Secretaría de
Educación Pública, Daniel Vargas Gutiérrez, para realizar
los estudios de factibilidad que permitan convertir a la normal rural en
universidad politécnica.
De forma paralela, a una comisión de estudiantes
y a los líderes magisteriales se le informó oficialmente
la propuesta del gobierno estatal al respecto, donde se plantean, entre
otros puntos, la transformación progresiva de la normal en universidad
politécnica; sustitución de la modalidad de internados por
un programa de becas externas sustentado en los mejores promedios; integración
de una matrícula mixta que incluya a hombres y mujeres", "fin del
autogobierno" y reconocimiento de los Servicios Educativos para Chiapas
como única instancia normativa de la función administrativa
y docente, estableciendo un reglamento interno.
Estas medidas, según los estudiantes afiliados
a la Federación de Estudiantes Campesinos Socialista de México,
buscan "desaparecer a las normales rurales para que los hijos de campesinos,
obreros e indígenas no tengan la oportunidad de seguir estudiando,
vivan en la ignorancia y no se den cuenta de la realidad que hoy tenemos
que enfrentar, como lo es el hambre y la miseria".
Los normalistas de Mactumactzá -que se asumen como
marxistas leninistas- sostienen: "Creer que nosotros accederemos es una
tontería, nuestra lucha llegará hasta las últimas
consecuencias, de arriba sólo vendrán lágrimas, sangre
y muerte de abajo nacerá la paz y la justicia con dignidad".
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