México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
HACIA LA CUMBRE DE CANCUN
Instala campamento en el centro de la ciudad
Rechaza la UNORCA más liberación comercial
agrícola
La apertura sólo profundiza la pobreza, señalan
productores
MATILDE PEREZ U. ENVIADA
Cancun, QR, 6 de septiembre. Los habitantes de
los ejidos forestales de Quintana Roo y los campesinos y trabajadores rurales
de Yucatán, agrupados en la Unión Nacional de Organizaciones
Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) comparten una convicción:
"No vamos a aceptar una mayor liberalización del comercio agropecuario
como lo pretende la Organización Mundial de Comercio". Para defender
esa postura estarán en el campamento campesino de Cancún
ubicado a un costado del gimnasio Kuchil Baxal, en la zona central de esta
ciudad.
La
decisión de los productores de los 22 ejidos forestales no fue asumida
hace pocas semanas; se construyó desde el año pasado, narra
Carlos Torres, originario del ejido forestal Yoactún y del equipo
de responsables del aserradero de la Organización de Ejidos Productores
de la Zona Maya. "Muchos de nuestros compañeros pensaban que la
OMC iba a mejorar su estilo de vida, pero se han dado cuenta de que eso
es mentira, que el libre comercio sólo los está sumiendo
en la pobreza".
Las ventas de esos ejidos se han ido a pique. En los últimos
tres años han colocado sólo la mitad de los 300 mil pesos
mensuales que vendían debido al ingreso de madera de Canadá
y Chile a precios que no cubren ni los cinco mil pesos que cuesta a cada
ejidatario salvaguardar una hectárea de bosque. "Por eso a Cancún
vamos por la defensa del bosque", asienta Carlos Torres.
Igual decisión de defensa tienen los campesinos
de Yucatán, aunque son pocos los que se han sumado al llamado de
alzar su voz ante los ministros de la OMC que se reunirán en Cancún.
Pablo Duarte Sánchez, presidente de la Alianza de Trabajadores Rurales
y Urbanos en el Sureste y representante estatal de UNORCA, dice que no
es por temor a una posible represión sino por falta de información
y porque "estamos enfrentándonos a gente que tiene muchos miles
de dólares".
Horas antes de salir a Valladolid, el antropólogo
y economista comenta que los dos últimos meses han sido de intenso
trabajo para que los ejidatarios y trabajadores rurales comprendan que
la falta de atención al campo por el gobierno estatal y federal
forma parte de las directrices del libre mercado que empuja la OMC. Sin
embargo, varios de los campesinos "me preguntan cuántos pesos les
va a dejar esa movilización; no han comprendido que la privatización
de la tierra, el control de las semillas y de los recursos naturales por
las trasnacionales los elimina como productores, los expulsa de sus lugares
de origen y los orilla a arriesgar su vida al tratar de cruzar la frontera
con Estados Unidos".
En Yucatán, explica, 30 por ciento de los campesinos
que dependían del henequén se quedaron en la miseria luego
de que el gobierno calificó ese cultivo como "no rentable"; los
productores de maíz tratan que se haga realidad su "misión
imposible" de lograr un pago digno por sus cosechas, y los citricultores
"siguen a la buena de Dios" porque todos los apoyos se concentran en los
agroindustriales y comercializadoras.
El gobierno estatal, agrega Duarte Sánchez, está
impulsando "la cultura de la Coca-cola" en el campo yucateco, ya que fomenta
la firma de convenios de algunos citricultores con esa industria refresquera
e ignora a los 12 mil productores que desde hace 23 años luchan
por que su agroindustria sea administrada con autonomía por la Unión
de Ejidos y Productores del Sur del estado y que las decisiones no las
tome el secretario de Desarrollo Agropecuario del gobierno del estado.
El
antropólogo trata de no reflejar la angustia que le produce saber
que el ejido Edén, municipio de Tizimín, uno de los que tenían
las mejores tierras de la región, ya es propiedad de empresarios
de Cancún; que los cenotes son ya disputados por empresarios hoteleros
y que el consumismo se ha convertido en la estocada para la cultura campesina.
"Estamos perdiendo autonomía e identidad; la vida campesina se está
alterando y a pesar de eso muchos ejidatarios no creen que el modelo de
libre mercado que fomenta la OMC los empuja a negarse como campesinos,
a cambiar su identidad", asienta.
Al campamento campesino llegarán -informa María
Elena Martínez- delegados de 40 países, pero la más
numerosa es la de Corea, pues en el resto de los países acudirá
máximo tres personas; a ellos se sumarán las delegaciones
de los diversos estados de México. Así, el domingo 7 de septiembre
habrá 2 mil 400 campesinos e indígenas y el 10 de septiembre,
día en que se llevará a cabo la marcha campesina, se estima
la presencia de 10 mil personas.
Entre los organizadores de Vía Campesina -movimiento
internacional conformado por 80 organizaciones de medianos y pequeños
agricultores de 40 países de Asia, Africa, América y Europa-
hay nerviosismo pues a pocas horas del Foro Campesino siguen luchando para
que les entreguen las visas a los delegados de Indonesia, India, Nicaragua
y Colombia, pero también hay entusiasmo porque "es la primera vez
que a través de una organización (en esta ocasión
UNORCA) lanzamos una campaña en la web para recaudar fondos y la
respuesta ha sido muy alentadora", comenta Martínez.
|