México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
Néstor de Buen
El 17 Congreso Mundial de Derecho del Trabajo
El 17 Congreso Mundial de Derecho del Trabajo y de la
Seguridad Social se celebra en Montevideo, República Oriental del
Uruguay, una ciudad de corte europeo, con la gracia del río de la
Plata que juega a ser mar. Amigos entrañables, los componentes del
Grupo de los Miércoles que encabeza el profesor Américo Plá,
visitantes asiduos de nuestro país.
La inauguración, el pasado miércoles, en
un entorno de sencillez, fue hecha por el presidente Jorge Batlle. Su ingreso
a la sala de sesiones no hizo que los muchos asistentes se volvieran de
sus asientos. Casi exclusivamente los delegados mexicanos nos pusimos de
pie. Los demás lo hicieron también sólo durante la
interpretación del himno. Al abandonar el presidente la Sala, después
de su breve y notable mensaje, el público lo vio vuelto a sentar,
cuando circuló por el pasillo central. Con nuestra notable excepción
-de los mexicanos- por supuesto.
El presidente Batlle fue muy claro: "El derecho del trabajo
parte del supuesto que hay empleo, pero no lo construye. Nuestro país
-precisó- sufre un grave problema de desempleo. La próxima
reunión en Cancún tendrá que encontrar soluciones
mundiales para ese problema, probablemente el más inquietante en
este momento. El objetivo será hacer efectivo el derecho al trabajo,
pero cumplirlo habrá de hacerse en beneficio tanto de los trabajadores
como de las empresas". ¡Ojalá tomen nota nuestras autoridades!
El presidente Batlle finalizó subrayando la gravedad
de los problemas migratorios mundiales que son simple resultado del desempleo.
¿México...?
Por supuesto que no transcribo sus palabras textuales.
Pero sí la sustancia de sus valiosos conceptos.
El congreso lleva tres días discutiendo sobre lo
mismo. Me tocó participar en una mesa redonda que se ocupó
del tema de las nuevas formas de organización empresarial. Alterné
con representantes de Francia, una linda rubia, Marie Laure Morin; una
joven y bella canadiense, Guylaine Vallée, y un holandés
bastante menos lindo y con prepotencias europeas al que molestó
que yo haya sostenido que vivimos en un mundo de negocios en el que los
empresarios acuden a todo tipo de maniobras para eludir responsabilidades
laborales. Por supuesto que precisé que se trataba de acciones fraudulentas
con aires de legalidad: firmas insolventes con trabajadores que no tienen
utilidades, las que disfrutan las compañías tenedoras de
las acciones que sí tienen utilidades, pero no trabajadores y, entre
otras cosas, las llamadas empresas de mano de obra que alquilan
a sus empleados. Y otras más. Al buen holandés no le hizo
gracia. Dijo que eso no pasaba en Europa. Me faltó tiempo para contestarle
que muchas de las empresas que hacen eso en México son europeas.
El público manifestó de manera notable que estaba de acuerdo
conmigo.
En este momento se discute en la sala sobre el tema del
desempleo con ponencia de Mario Pasco. Me bajo volando de mi cuarto a oír
los comentarios, entre otros, de Patricia Kurczyn.
Dentro de un año tendremos en México el
Congreso Regional Americano. Informaremos.
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