México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
Antonio Gershenson
Dólares y apagones
Uno de los propósitos centrales, si no el medular,
del viaje a China del secretario estadunidense del Tesoro (o de Hacienda),
fue la petición, o exigencia, de que la moneda de ese país
tuviera un aumento de valor frente al dólar. Podría decirse
que pedía que le permitieran devaluar el dólar frente al
yuan, también llamado renminbi o RMB.
China había seguido durante años una política
de tipo de cambio casi fijo de su moneda con el dólar. El margen
de fluctuación es casi simbólico. Y durante la crisis de
1997 que llevó a la devaluación de las monedas de los llamados
tigres asiáticos, y de otros países del área, esa
política fue un freno a la cadena de devaluaciones. La solidez del
yuan, y el control sobre su circulación, no dieron lugar a ataques
especulativos. Pero China defendió también el tipo de cambio
del dólar de Hong Kong, que en ese mismo año fue devuelto
a China por el Reino Unido. Y lo hizo con éxito, pese a la gran
ofensiva especulativa que en este caso sí se desató.
China tiene una balanza comercial favorable con Estados
Unidos de unos 100 mil millones de dólares. Y quienes presionan
hacia el cambio de paridad lo hacen creyendo que ese será un remedio
que reduciría ese déficit estadunidense. Sin embargo, lo
único que sucedió fue que China ocupó el lugar que
antes ocupaban otros exportadores asiáticos, con los que nuestros
vecinos del norte ya tenían un enorme déficit. Se trata de
una política de endeudamiento excesivo, de déficit sistemático,
que aplica el gobierno estadunidense, y que luego quiere compensar afectando
otras economías. Pero si se afectara la economía china, de
las pocas que mantienen su crecimiento, eso afectaría a la economía
mundial incluida la del propio Estados Unidos.
Los bancos asiáticos prestan cantidades grandes
de dinero a los importadores estadunidenses para que les sigan comprando.
Si el Fondo Monetario Internacional aplicara a Estados Unidos las recetas
que ha impuesto a países tercermundistas, ya les habría aplicado
una dieta de choque para reducirles su consumo.
Lo curioso del asunto es que los papeles se han invertido.
La inversión extranjera directa en Estados Unidos se redujo en términos
netos en 2002, y a China entraron 53 mil millones de dólares por
este concepto.
Otro caso en el que los papeles se invierten se deriva
del apagón que afectó ocho estados del noreste estadunidense
y parte de Canadá. Después del incidente, un grupo de funcionarios
de la regulación de redes eléctricas acudió a India
en busca de ayuda. Este país tuvo, en los siete años recientes,
cinco fallas en la red, y todas fueron controladas sin que llegaran a causar
problemas mayores.
Uno de los consejos de los indios -estos sí, indios
de a deveras- fue que no se dependiera exclusivamente de los sistemas automáticos.
En India hay ingenieros calificados a cargo de la distribución de
cargas eléctricas las 24 horas del día.
Lo anterior da a pensar que muchas cosas están
cambiando en el mundo sin que mucha gente se dé cuenta. Y que estructuras
que se han considerado todopoderosas lo están dejando de ser.
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