México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
A LA MITAD DEL FORO
León García Soler
Los oligarcas en el herradero, los maniqueos maneados
El presidencialismo goza de cabal salud
LA HORA DE los acuerdos duró un suspiro.
Vicente Fox mostró los dos rostros de Jano y entreabrió la
puerta en el Informe a dos partes. El anunciado recuento de logros y de
pendientes encendió fuegos fatuos y convocó a los sicofantes
a echar ceniza sobre sus cabezas y desgarrarse las vestiduras: Ah, la autocrítica
desde la más alta tribuna de la patria sin necesidad de esclavo
alguno o pretoriano que le repitiera: ¡Recuerda que eres mortal!
Los aplausos del PAN resonaron en San Lázaro y el silencio del PRI
tendió un velo pudoroso sobre los sollozos de José López
Portillo al pedir perdón a los pobres. Eramos tantos y parió
la alternancia.
LA HIERATICA AUTOCRITICA tuvo atinados lectores
entre los bailadores del trompo foxiano. Lo apenas apuntado en torno al
equipo y las posibles ineficiencias era en realidad anticipo de ceses y
cambios en el gabinetazo que harían palidecer de envidia
a los del cesarismo sexenal. Los cazadores de cabezas dejaron el cuero
en las cabañitas de Los Pinos. En el Informe de medio camino, el
presidente Fox presumió logros en turismo: más dólares,
más visitantes, a pesar de la recesión que no cesa y del
susto aquel del 11 de septiembre. Los no iniciados se preguntaban por qué
salió la dama de los perfumes y llegó Rodolfo Elizondo. Faltaba
lo mejor. Un hoyo hace un ciento, decían los exégetas de
la facultad presidencial de nombrar y remover libremente a sus secretarios.
NO HUBO MULTIPLICACION de peces, pero llovió
del PAN que no se come. Es la hora de privilegiar, favorecer la política,
entonarían a dúo Santiago Creel y Alfonso Durazo: Fox dixit.
Pero los maliciosos vieron inclinarse el fiel de la balanza en favor de
una falange panista. No digo tribus porque se trata de gente decente, junta
de notables bajo el manto del bien común. No hay sectarismo que
borre la comunión confesional que empieza con la carreta que arrastró
Pío Marcha. No con la "alegórica carreta de paja" que trajo
a cuento el diputado Juan de Dios Castro en su respuesta al tercer Informe
de gobierno. Después de todo, en el Senado chocan las familias y
Luisa María Calderón Hinojosa ha presentado una iniciativa
para proscribir el libre ejercicio de la abogacía y exhibir a Diego
Fernández de Cevallos como abogado de sí mismo.
EL PRESIDENCIALISMO GOZA de cabal salud. Los cambios
a la mitad del camino nos permitieron gozar de las explicaciones dadas
por los que denostaron del poder y su capacidad de corromper, mientras
no estuvo al alcance de sus manos; mientras no participaron del reparto
del botín; mientras no pudieron corromper desde el interior a las
instituciones en que descansa el poder constituido. Reverdeció la
higuera y Felipillo es santo. Bueno para todo y para todos, para cualquier
ocasión. Malhaya quien piense mal: si no cumplía con los
requisitos de ley para ser director de banco, vale recordar que se trata
de Banobras, banco de fomento, del federalismo, ente del estatismo maligno
y en proceso de desmantelamiento. Y Felipe Calderón Hinojosa fue
alguna vez abogado de algún banco. Y estuvo de paso en Banobras.
HA
DE SER ENÉRGICO el michoacano que gusta de cantar el hijo desobediente,
cita a Cavafis y despliega las velas de la victoria cultural para el largo
viaje de retorno a Itaca. Y a mayor abundamiento, enarboló las banderas
del nacionalismo azul para reivindicar la propiedad originaria de los fundos
del petróleo y la rectoría soberana sobre las corrientes
eléctricas que genera y distribuye la CFE. Más todavía,
dijo que Alfredo Elías Ayub y Raúl Muñoz Leos son
magníficos funcionarios públicos. Privilegio del político.
Precisión apoyada en cifras, en la riqueza que generan la energía
eléctrica y la renta petrolera. Unicamente un tonto de capirote
vendería sus rentas. Felipillo santo no ha tenido tiempo de averiguar
cuánto cuesta producir un barril de crudo y ya le incendiaron los
pozos los buscadores de lingotes de oro.
EL DIPUTADO JUAN de Dios Castro subió a
la tribuna de San Lázaro y lanzó la convocatoria para que
la Cámara de Diputados se erija en jurado y resuelva si procede
o no el desafuero del senador Ricardo Aldana, tesorero del STPRM. El llamado
a privilegiar la política se unió a la reforma fiscal en
la bolsita de cacahuates de Pancho Barrio. La maestra Gordillo tejía
sus redes y de pronto se vio atrapada en ellas. Los puritanos del PAN son
fieles al verdugo de Joseph Le Maistre y creen que el orden y respeto se
imponen a la sombra del cadalso. Si es para ajusticiar a los del pasado,
miel sobre hojuelas. Aró en el mar el priísta Miguel Angel
Yunes al denunciar las chicanas de abogado huisachero utilizadas por el
Presidente pro tempore de la Cámara. Juan de Dios Castro
no gana un pleito ni con intercesión de todos los santos: la Presidencia
de Vicente Fox ha perdido todos los procesos de controversia constitucional
en la Suprema Corte.
Y AL EXHIBIR LA desaforada obsesión de Francisco
Barrio, al mostrar los conflictos de conciencia de los panistas reacios
a decirse partido en el poder, aspirantes remisos al monopolio de oposición
eterna, torpedearon la ilusión reformista del sexenio. Dice Santiago
Creel: el gobierno de Vicente Fox es ajeno al proceso de desafuero. Ah,
también dice que es autónomo el Trife y al declararlo el
funcionario, ofende a los ministros que dictaminaron la ilegalidad de los
estatutos y el nepotismo flagrante del partido que comanda el Niño
Verde. Uno de esos ministros diría que no es democrático
el método del PVEM y advierte el riesgo de una oligarquía
en la nave partidaria y plural de la transición. Los solones también
descubren el mediterráneo.
AL FILO DEL MILENIO, México es una oligarquía
en trance ilusorio de llegar a plutocracia para conservar los "friends
in high places" y hacer negocios win-win con los ricos de las otras nueve
economías grandototas de la globalidad. Los verdes encontraron
la receta homeopática: similar es el caso del gobierno y su partido,
dicen. Y pusieron en el tablero los nombres de los hermanos Calderón
Hinojosa y los hermanos Zavala, diputados, senadores, fugaces banqueros
y enérgicos secretarios del gabinete legal del Macabeo abajeño.
No son caso único. No hay partido ajeno a la tendencia oligárquica.
Y aquí sí, el que no tenga tronco y frondosas ramas del árbol
genealógico en los puestos públicos, en la burocracia partidaria
y en espera de que de un hoyo se haga un ciento, ese sí que tire
la primera piedra.
LLOVIO SOBRE MOJADO en los despidos de este mes
de septiembre. El titular del Ejecutivo tiene facultades expresas para
designar y remover libremente a los secretarios. Pero tras un trienio sin
remover a colaborador alguno, de dejarlos ir en paz o de reacomodarlos
en el campo del servicio público, o en alguna cámara auxiliar,
híbrido de lo paraestatal, como en el caso de Carlos Rojas Magnon
el de las toallas, Vicente Fox dejó caer el peso del cese sobre
las cabezas de Víctor Lichtinger y Ernesto Martens. Como en satrapía
de cuento oriental, el ecólogo supo de su cese en el momento en
que participaba en acto público. Ni las gracias le dieron. A Martens
le haría un reconocimiento tardío el secretario de Gobernación.
SANTIAGO CREEL SE pavoneó en su papel de
conducto de la revalorada política; paseó orgulloso y lució
optimista ante la inminente reanudación del diálogo y reinstalación
de las mesas del debate para la reformas estructurales, hasta que topó
con Pablo Gómez en el ágora electrónica. Ante las
cámaras del Canal 2 de Televisa, Joaquín López Dóriga
reunió a los coordinadores del PRI, del PAN y del PRD con el ministro
del interior trasmutado en secretario de Gobernación por la sorpresa
retórica del Informe que reinstaló al quehacer político
en la agenda del poder mediático espectacular. Vicente Fox había
convocado al Congreso a hacer política, a hacerse cargo de los cambios
que el cambio reclama para que la alternancia no quede en mero intermedio,
en imagen congelada de la transición en presente continuo.
ES HORA DE LOS acuerdos: pónganse de acuerdo
en el Congreso. Concesión discursiva, cesión de facto
de facultades. Aunque no desaparecía el verticalismo presidencialista,
en esta ocasión quedó el tono mayestático para la
coordinadora del PRI. Elba Ester Gordillo no dijo que le haría el
milagro al mesías, pero ahí quedó la oferta de hacer
las reformas del siglo XXI. Francisco Barrio leyó su discurso sin
levantar la visita, como lector en voz alta que era de los logros del Señor.
La lógica parlamentaria de Hamilton al cajón de los trastes
viejos. Faltaron únicamente lenguas de fuego sobre esa dócil
imagen. La energía del católico carismático se agotó
al encender las hogueras para quemar peces gordos del pasado y dejó
a la legislatura a la que llegaría como coordinador de la diputación
panista el tenso legado de un juicio de procedencia que iba a ahorcar en
la cuna a la criatura de la concertación.
SU COFRADE JUAN de Dios Castro respondió
con decimonónicas tonalidades de lírica pluralidad al tercer
Informe de gobierno, pero tras la edulcorada respuesta se oyeron ecos de
aquella sentencia del señor feudal: ¡Mátenlos a todos!
Ya el Señor se encargará de separar a los buenos y a los
malos. Desde su curul Pablo Gómez sonreía. Mefistófeles
de mazapán, el coordinador del PRD capitalizó políticamente
los yerros parlamentarios y jurídicos de los panistas que alguna
vez fueran afamados abogados y postulantes de la vía legal. Ah,
la dicha de arrimar la sardina propia al fuego en el que otros imaginan
freír peces gordos. Ya en el cónclave televisado para bailar
el trompo foxiano, Pablo Gómez había hecho gala de experiencia
parlamentaria: Barrio no alzó la mirada ni la voz. Elba Ester Gordillo
intentó rebatir y se batió en retirada. Santiago Creel quiso
defender como funcionario lo que, según Pablo Gómez, condenaba
como opositor.
LA HORA DE LOS acuerdos vino y se fue. Nos quedó
la dicha de asistir a la pública confesión y retractación
de Luis Pazos. El enemigo público número uno del gusto mexicano
por los empleos públicos que ya anticipaba Hernán Cortés
en sus Cartas de Relación, asumió el cargo de vocero
de la hacienda pública cuando iba a concluir su mandato de diputado
federal, y 12 días después, el autor Pazos mutó a
director de Banobras. En alguno de sus muchos textos ha de hablar de banca
y de banqueros. De la ley, ni hablar. De la moral que da moras, mucho.
Diría solemnemente Luis Pazos, enemigo del Estado y del chambismo:
Yo era maniqueo. Ya no lo soy.
EN EL PODER SE sufre, pero se aprende.
|