México D.F. Domingo 7 de septiembre de 2003
Francisco López Bárcenas
Los indígenas también van a Cancún
Los golpes y el paso del tiempo enseñan. Los indígenas
lo saben y por eso siempre están dispuestos a aprender. Lo que los
golpes y el tiempo enseñan comienza a reflejarse en los diversos
movimientos indios, o al menos eso parece. Lejos estamos de las posiciones
de hace algunos años, cuando el reclamo de la autonomía caminaba
aislado de las demandas de otros sectores de la sociedad mexicana, lo que
no es igual a decir que su andar no contaba con apoyo de aquéllos,
que en muchos casos dieron muestras invaluables de apoyo para que este
derecho pudiera concretarse en su reconocimiento constitucional. Pero una
vez que el Estado se negó a reconocer ese derecho, los movimientos
indígenas anduvieron un buen rato sin encontrar la forma de coordinar
su demanda con las exigencias de otros sectores sociales, la defensa del
agro y los campesinos y la lucha de los electricistas contra la privatización
de la energía eléctrica, por ejemplo.
Esa
actitud puede tener una explicación: que el movimiento indígena
discutía modelos y formas de autonomía y eso los llevó
a posiciones políticas e ideológicas que miraban más
a sus diferencias internas que a su unidad con el resto de los movimientos.
Pero ahora que la mayoría de ellos andan en la construcción
de autonomías de hecho, las cosas comienzan a tomar otro rumbo.
Existen elementos para suponer que los movimientos indígenas comienzan
a dejar de lado las posturas políticas o ideológicas que
los enfrentaron internamente, y aunque no se puede todavía hablar
de unidad, tampoco se puede decir que haya enfrentamiento entre ellos.
Un dato duro de la anterior información es que
las etnias van a Cancún con unidad interna, aliadas con otros sectores
sociales y con una demanda específica. De acuerdo con la información
que ha circulado sobre las protestas que se realizarán en la segunda
semana de septiembre por la reunión que en esa ciudad harán
los países miembros de la Organización Mundial de Comercio,
se sabe que los movimientos indios de México realizarán acciones
unitarias, junto con campesinos y organizaciones sociales, para denunciar
el impacto que las regiones indígenas están sufriendo por
los planes y las políticas de libre mercado.
En estos actos se analizarán problemas de despojo
territorial, falta de políticas para desactivar los conflictos agrarios,
muchas veces provocados como forma de control político, explotación
irracional y sin consentimiento de los recursos naturales, apropiación
ilegal de plantas y conocimientos indígenas sobre ellas, entre otros
temas. Es una muestra importante de que los indios actúan localmente,
pero sin dejar de pensar en lo global, o que su propuesta global no se
pierde en su actuar local, según el caso.
Esta actitud de las organizaciones es importante, porque
si los que quieren convertir al mundo entero en un gran mercado donde todo
puede ser valuado en dinero intentarán construir consensos para
mercantilizar el campo, quienes se oponen a tales propósitos intentarán
lo opuesto: ponerse de acuerdo para construir otro tipo de mundo, donde
el eje de la vida no sea el dinero, sino la vida de los hombres y los pueblos.
No se trata sólo de una reunión más, sino de una bastante
importante, de la cual muchos agradecerán se construyan consensos
que marquen un camino distinto para el país.
Si lo que se ve resulta cierto y los movimientos indígenas
están dispuestos a poner sus coincidencias por encima de sus diferencias,
estarán dando un paso importante hacia el futuro. Después
de la reunión de Cancún tal vez se pueda seguir discutiendo
con más éxito los caminos del movimiento indígena,
pero también los del país.
Porque ya está visto que la autonomía indígena
no será posible mientras la nación siga sin un verdadero
tránsito a la democracia y ésta sólo será posible
con la unidad de todos los que pensamos que otro mundo y otro país
son posibles.
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