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México D.F. Viernes 5 de septiembre de 2003
Mañana se presenta en el Salón
21; La Jornada invita
Youssou N'Dour llevó el corazón de Africa
al teatro de la Ciudad
JOSE GALAN
Africa en el corazón. O, ¿el corazón
de Africa? El senegalés Youssou N'Dour no enfrenta ninguna disyuntiva.
Transmite ambas con lo mejor de ese continente: la alegría, la fe,
la paz, el amor por la mujer, y el ritmo, mucho ritmo, a través
de la música senegalesa contemporánea conocida bajo el término
genérico de m'balax, de la etnia wolof, a la que pertenece, y que
se asienta en la llamada costa chica de su país.
En el teatro de la Ciudad, el pasado miércoles,
no sólo interpretó composiciones en wolof, sino también
en mandingo, lenguas habladas por grupos étnicos distintos pero
que tienen una raíz común: el bantú, dentro de las
llamadas lenguas sudano-sahareanas. Y también en inglés y
francés. Pero más allá de la barrera del idioma, N'Dour
puso a bailar hasta a los espíritus chocarreros que habitan el recinto.
Es una música tradicional vestida de soul, reggae,
jazz, blues, calipso. Africa pura. Al son de tumbadoras y tambores, incluyendo
ese pequeño tamborcito que se carga al hombro y que se llama tama;
la batería, dos guitarras eléctricas, un bajo, y teclados,
además de dos mujeres bellas con gran voz, el senegalés le
puso fe a su arte y a la improvisación provocada por el m'balax
y, cual chamán favorecido por los dioses de la naturaleza, provocó
un rito que se debe practicar con los pies, las caderas, la cintura, los
hombros, la cabeza, y las manos, esas manos mágicas que traducen
Africa a los corazones de otros continentes.
Atmósfera motivadora
El
promotor cultural, curador y maestro Ery Camara, senegalés residente
en México y gran amigo de Youssou, explica que en el m'balax, el
juego de percusiones se combina con cuerdas, teclados, vientos y voces
para desatar una polirritmia compleja, acompañada por melodías
polifónicas. Las armonías rítmicas que surgen de estos
nuevos arreglos a composiciones tradicionales sostienen entre sí
réplicas provocativas que inducen y perpetran una atmósfera
motivadora de danzas extraordinariamente ejecutadas. Inspirados por el
estímulo de la interacción constante, músicos, danzantes
y cantantes se incitan mutuamente en el arte de la improvisación.
Así quedó de manifiesto en canciones como
Tembi, Sagalko, Djébame o Doley. Y las paredes conservadoras
y solemnes del teatro de la Ciudad no dejaron ya de bailar, de expresar
con el movimiento la comunión con una de las expresiones humanas
de mayor felicidad: la música y el canto sincero, el amor a la vida,
la memoria del cariño. Youssou es, junto con su tío Ndiambaye,
el principal exponente del llamado canto llano en Senegal, y su voz subía
hasta los horribles frescos del techo del recinto para convertirlos incluso
en una obra sublime. Youssou es un juglar, heredero de los griot que animaban
a los jóvenes durante el kassak -ceremonias de iniciación-
o que estimulan a los luchadores durante los m'bapatt o luchas de verano.
Raíces auténticas
Continúa Ery Camara: uno de los temas de Youssou,
Set, movilizó la conciencia colectiva de la población
para limpiar Dakar, capital de Senegal, sustituyendo la basura por esculturas
y murales llenos de historia y alegría.
Y la exploración de nuevas técnicas ha permitido
al cantante senegalés compartir escenarios con Peter Gabriel, Sting
y Neneh Cherry, llevando el canto de su tierra a todos los rincones de
la Tierra, incluyendo al país del Grammy, al que conquistó
con su melodía Seven Seconds, ese que discrimina ahora, seguro
por su enorme calidad, a los músicos cubanos que no han dejado su
tierra, y a otros muchos que provienen de países árabes,
africanos y asiáticos.
Al escuchar a Youssou y a sus ocho músicos queda
claro que la mejor música popular surge de las raíces auténticas.
Una frase del moderno Evangelio: bienaventurados los que estarán
presentes mañana sábado por la noche en el Salón 21
y el domingo en el Zócalo de la ciudad de México, porque
al escuchar a Youssou suyo será el reino del baile, la danza y la
alegría; suyo será el corazón de Africa.
La Jornada y OCESA regalarán 30 pases dobles
para que asistas a la presentación del músico africano en
el Salón 21. Sólo tienes que ser una de las primeras 30 personas
en mandar, entre las 10 y las 12 horas, un correo electrónico a
[email protected]. Los ganadores serán informados por la misma
vía.
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