México D.F. Viernes 5 de septiembre de 2003
Homenaje en Monterrey
Escribo para no tener que hablar: García Márquez
DAVID CARRIZALES CORRESPONSAL
Monterrey, NL, 4 de septiembre. "Yo escribo para no tener que hablar", fue lo único que dijo el premio Nobel de Literatura 1982, Gabriel García Márquez, al recibir un reconocimiento del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey (ITESM), en el área de ciencias y humanidades.
Más de 2 mil estudiantes aplaudiendo de pie en el auditorio Luis Elizondo coreaban "Gabo-Gabo", para pedir que hiciera uso de la palabra, pero el autor de Cien años de soledad, con una sonrisa entre divertida y nerviosa, al tiempo que movía de izquierda a derecha el dedo índice de la mano derecha, resistió la presión.
El escritor vivió en esta ciudad una semana de homenajes, reconocimientos y agasajos por parte del ITESM, grupo Cementos Mexicanos (Cemex) y el Museo de Arte Contemporáneo (Marco).
Lorenzo Zambrano Treviño, presidente del grupo empresarial Cemex es uno de los copatrocinadores de los premios al trabajo periodístico que otorgó aquí la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI) creada por García Márquez en 1994.
El Marco, que preside Nina Zambrano, fue el espacio en el que se realizó la ceremonia de la entrega de los galardones de la FNPI, y en el que el martes por la noche García Márquez, en una velada inolvidable, bailó al ritmo de vallenato con su esposa Mercedes, contagiado por el ritmo que le impone a la música colombiana el Rebelde del acordeón, Celso Piña.
Hoy, en el auditorio Luis Elizondo del ITESM -que también preside Lorenzo Zambrano- se realizó el acto principal para reconocer la trayectoria de García Márquez: la entrega del Premio ITESM en ciencias sociales y humanidades, que se otorga por primera vez.
Un fragmento de sus memorias Vivir para contarla fue leído por estudiantes del Tec, mientras Zambrano Treviño agradeció al escritor "que nos haya permitido expresarle nuestra admiración y aprecio", ya que "es muy difícil que acepte homenajes".
El escritor Gonzalo Celorio presentó una reflexión sobre la obra del colombiano y destacó que después de leer Cien años de soledad, muchos se hicieron lectores consuetudinarios de libros.
Añadió que "Gabriel García Márquez organiza en una nueva épica nuestra realidad más amplia y más profunda, la que se remonta a nuestras cosmogonías y nuestros mitos fundacionales, y testifica la esencia de nuestras luchas libertarias y de nuestras grandes cosmovisiones sociales".
Gracias a Cien años de soledad, expresó, nuestro continente por fin cuenta con nuestra propia Biblia que relata nuestra historia desde el Génesis hasta el Apocalipsis, con sus éxodos y sus playas, sus maldiciones y sus esperanzas, sus transformaciones y sus recurrencias.
Pero después, dijo, nos sorprendió con El otoño del Patriarca, Crónica de una muerte anunciada, y en plena madurez nos volvió a deslumbrar con El amor en los tiempos del cólera, y últimamente con el primer volumen de sus memorias, Vivir para contarla, expuso Celorio.
|