México D.F. Viernes 5 de septiembre de 2003
MEXICO SA
Carlos Fernández-Vega
Con sombrero ajeno
Presume el foxismo las remesas de migrantes como logro propio
Sale más mano de obra
PRESUMIDO COMO UNO de los "logros" del cambio, el flujo de remesas enviadas a nuestro país por la paisanada que de una u otra forma ha encontrado ocupación en Estados Unidos mantiene un ritmo de crecimiento tal, que se ha convertido en uno de los pilares de la balanza mexicana de pagos, sólo superado por el de las divisas petroleras.
SI LAS COSAS siguen como van, y hasta el momento nada indica modificación alguna en sentido contrario, la expulsión de mano de obra mexicana se mantendrá al alza y el monto de divisas que la paisanada envía al país fácilmente superará los 12 mil millones de dólares durante 2003.
DE HECHO, EN los últimos tres años, dichas remesas se aproximan a los 30 mil millones de dólares que, limpios de polvo y paja, han sido inyectados directamente a la economía nacional con los consabidos beneficios no sólo para el millón de familias que de ellas sobreviven, sino para la nación en su conjunto.
EL "LOGRO", PUES, sólo corresponde a los millones de mexicanos que han sido materialmente lanzados de su país a lo largo de los años y el gobierno de la República -el de ahora y los predecesores- lejos de presumir tal circunstancia debería avergonzarse por la incapacidad mostrada en el renglón de las oportunidades económicas y sociales para la gente que a pesar de todo no olvida dónde están sus raíces.
SIN EMBARGO, LA presunción por el referido "logro" no se circunscribe a la administración foxista, sino que se ha convertido en ineludible elemento de jactancia en el discurso gubernamental de prácticamente todos los gobiernos latinoamericanos, los que ante la carencia de resultados económicos y sociales -como sucede en México- se precian de ser ellos los que "atraen" ese flujo de divisas, que para algunas naciones representan varias decenas de puntos porcentuales de su producto interno bruto.
EN ESTE SENTIDO, el Banco Interamericano de Desarrollo detalla que las remesas se han convertido en una fuente clave de capital para la región, a tal grado que en 2002 América Latina y el Caribe captaron alrededor de 32 mil millones de dólares enviados por sus emigrantes, principalmente desde países industrializados. De ese total, una tercera parte, aproximadamente, se quedó en México y cerca de 5 mil 500 millones se repartieron entre Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua.
ES INDUDABLE Y documentable que la política económica seguida en la región, aunada a la creciente dependencia de los movimientos y resultados de la economía estadunidense, lejos de contribuir a superar los históricos rezagos, los ha profundizado cancelando cualquier posibilidad para sus habitantes. No es gratuito que alrededor de 50 por ciento de la población latinoamericana sobreviva en condiciones de pobreza y miseria, mientras un número cada vez más reducido concentra el grueso del ingreso.
ANTE TALES CARENCIAS, las remesas enviadas por los latinoamericanos expulsados de su tierra crecen con una velocidad proporcional al número de pobladores que no tienen otra opción que mirar hacia el norte para ganarse la vida. El Banco Interamericano de Desarrollo ha estimado que en la primera década del siglo XXI la región captará no menos de 300 mil millones de dólares por dicho concepto, de los que más de una tercera parte terminarán inyectándose a la economía mexicana.
EN ESTE CONTEXTO, el propio BID organizó un seminario en la ciudad de Guatemala, en el que sólo se analizó el potencial económico que ha significado la migración latinoamericana hacia el Norte. Así, las remesas familiares se han convertido en factor fundamental para que las economías regionales se mantengan, de una u otra suerte, en la línea de flotación.
COMO SE MENCIONA, los envíos de remesas hacia Centroamérica se aproximaron a 5 mil 500 millones de dólares en 2002. Tan sólo Guatemala, El Salvador y Honduras reciben en conjunto cada año alrededor de cuatro mil 800 millones de dólares por ese concepto. El 96 por ciento de los guatemaltecos en el exterior -cerca de un millón 200 mil personas- laboran en Estados Unidos y generan cada año mil 800 millones de dólares en transferencias de dinero a su país de origen.
AUN ASI, EL BID apunta que pese al alivio que representa, "el flujo de remesas es para millones de los hogares más pobres de la región, un factor de supervivencia más que de comodidad", toda vez que para ellos significa el único ingreso. Sin embargo, asegura que las transferencias de dinero, en gran parte enviado desde Estados Unidos, ayudan a mejorar las condiciones de vida de la empobrecida población e impulsan el desarrollo de los países de la región.
ALREDEDOR DE LA cuarta parte de los 34 millones de personas que habitan Centroamérica obtiene ingresos por las remesas, las cuales llegan unas ocho veces al año, por montos de 200 dólares en promedio, pero "es peligroso el alto grado de dependencia que tienen las economías de los países centroamericanos de esas remesas familiares. El enorme éxodo de personas en pos de mejores horizontes económicos es notable desde principios de los años 90 y ahora en América Latina casi no hay país que carezca de migrantes".
DE ACUERDO CON la información del BID, los centroamericanos comenzaron a viajar al exterior, en forma mayoritaria hacia Estados Unidos, a principios de la década de los 80, con el fin de huir de la violencia política que dominaba en sus naciones. "Sin embargo, las motivaciones han cambiado, por lo que la mayoría de los centroamericanos sale de sus países con rumbo a Estados Unidos por razones económicas, en busca de mejores condiciones de vida".
COMO LOS GOBIERNOS latinoamericanos son muy honestos y centrados, sólo presumen el "éxito" económico y no el rotundo fracaso social que representa la creciente expulsión de mano de obra de sus respectivos países.
Las rebanadas del pastel:
MIENTRAS EL FLUJO de remesas crece y crece, el de la inversión extranjera directa en América Latina baja y baja... La UNCTAD informó que por tercer año consecutivo este indicador cayó (34 por ciento en el periodo), por dos razones: "pérdida de confianza" de los inversionistas y conclusión "de los procesos privatizadores en la región... El único atractivo, dijo, "son los recursos naturales, especialmente si se mantienen los altos precios del petróleo". [email protected]
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