México D.F. Viernes 5 de septiembre de 2003
HACIA LA CUMBRE DE CANCUN
Es hora de reclamar el poder al gobierno de corporaciones, afirman activistas
Se ha articulado una fuerza capaz de oponerse al sistema económico global
Instan a crear sociedades sanas y sostenibles que funcionen para todos en la sociedad
ROBERTO GONZALEZ AMADOR
El Foro Internacional sobre Globalización aseguró que a casi cuatro años de las primeras movilizaciones contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), realizadas en Seattle a finales de 1999, existe una fuerza articulada para oponerse a un sistema económico global que privilegia a las corporaciones y destruye formas de vida tradicionales y al ambiente.
''Es hora de reclamar el poder que las instituciones de la globalización corporativa arrebataron, y de sustituir éstas por instituciones y normas que atiendan mejor las necesidades de las personas y del planeta'', sostuvo el foro en un amplio informe redactado por su junta directiva, titulado Alternativas a la globalización económica. Un mundo mejor es posible.
El Foro Internacional sobre Globalización, que se reunirá a partir del 9 de septiembre en Cancún en el contexto de la quinta conferencia ministerial de la OMC, es una entidad no gubernamental que en los años recientes ha buscado construir una conciencia pública sobre la naturaleza y las consecuencias de la globalización corporativa y que también se ha destacado por su oposición a las fuerzas del gobierno corporativo global.
Entre los redactores del informe se encuentran personajes destacados como Lori Wallach, directora del Public Citizen's Global Trade Watch; Walden Bello, director de Focus on the Global South; Vandana Shiva, ganadora en 1993 del premio Right Livelihood (conocido como el Nobel Alternativo); Andrew Kimbrell, fundador del Center for Food Safety, entre otros.
El informe, distribuido en castellano por editorial Gedisa, considera evidente la necesidad de que las instituciones internacionales faciliten el intercambio y la búsqueda de soluciones a los problemas globales, sin dejar de respetar los intereses nacionales inevitablemente enfrentados.
''Sin embargo, estas instituciones han de ser transparentes y democráticas y deben apoyar los derechos de las personas, las comunidades y las naciones a la autodeterminación. El Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la OMC contravienen todas estas condiciones, hasta el punto de que los autores del informe recomendamos que se supriman y se creen otros organismos bajo la autoridad de una Organización de las Naciones Unidas reformada y fortalecida'', añade.
El informe plantea que ha llegado el momento de crear sociedades ''sanas y sostenibles'' que funcionen para todos. ''Las sociedades sanas y sostenibles confieren el poder a instituciones que miden su rendimiento por su contribución al bienestar a largo plazo de las personas, la comunidad y la naturaleza, y distribuyen el poder equitativamente entre todos los integrantes de la sociedad''.
Entre los principios para construir ese tipo de sociedades ''sanas y sostenibles'', el informe cita en primer lugar un tipo de ''nueva democracia'' que cree sistemas de gobierno en los que, en la toma de decisiones, se dé el voto a quienes vayan a asumir las consecuencias de éstas. Esto busca limitar el poder de las corporaciones, que toman decisiones en busca de beneficios para los accionistas, sin tomar en cuenta el daño que pueden causar a las personas o al medio ambiente.
Otro principio es el de la sostenibilidad ecológica, es decir, que se permita satisfacer las auténticas necesidades de las personas de hoy sin comprometer la capacidad de las futuras generaciones para satisfacer las suyas, y sin disminuir la diversidad natural de la vida en la tierra, ni la viabilidad de los sistemas naturales.
Asegura que la globalización económica es intrínsecamente perjudicial para el medio ambiente, porque se basa en el consumo, la explotación de los recursos y problemas de eliminación de residuos cada vez mayores.
Una de las características esenciales de la globalización, la producción orientada a la exportación, es especialmente perjudicial porque es responsable del aumento de la actividad del transporte global, el uso de los combustibles fósiles, la refrigeración y los embalajes, al tiempo que exige nuevas infraestructuras muy caras y nocivas para el medio ambiente, como los puertos, aeropuertos, presas y canales. Además, acelera el cambio hacia la agricultura de estilo industrial, con el correspondiente aumento del uso de pesticidas, la contaminación del agua y el aire y la biotecnología, apuntan los autores del informe.
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