Ya nadie espera algo del Presidente después de tres años, expone Bendesky

Reprochan analistas la pasividad foxista

Reprueba Gershenson recortes de Hacienda El seguro popular, "un engendro": Leal

CAROLINA GOMEZ MENA

Al cumplirse casi tres años de la actual administración lo único claro es que la "alternancia no fue suficiente". Durante estos casi mil días de foxismo "se apagaron los motores del crecimiento y el Presidente no atina a ir en la dirección para encenderlos". La única estrategia para enfrentar esta situación es la "pasividad", por lo que el "estancamiento político, económico y social" son los puntos distintivos de la primera parte del gobierno del cambio, consideraron especialistas.

Durante un foro organizado por la Casa Lamm y La Jornada, el economista León Bendesky comentó que ante este sombrío panorama tal parece que algunos mexicanos ya "tiraron la toalla". Tal vez por ello algunas encuestas indican que, aunque Fox sigue teniendo popularidad, "ya nadie espera nada de él" y las razones para haber llegado a ese sentir sobran.

Después de que se dijo que habría un crecimiento económico de 7 por ciento anual, ahora resulta que en el "mejor de los casos el promedio de crecimiento de los tres primeros años del presidente Fox va a ser de 0.8 por ciento"; además, "este año se han perdido 50 mil empleos y en respuesta se plantea un pésimo proyecto: el de tener un país de autoempleados, esquema que lo único que produce es precariedad laboral y económica".

Pero la lista de desaciertos no acaba allí: la inversión en infraestructura ha caído y nada parece indicar que ello se revierta en breve. "En lo que va del año la inversión cayó 2 por ciento... se apagan los motores del crecimiento, y el gobierno está pasivo, esperando el milagro de que crezca la economía de Estados Unidos" para repuntar.

Bendesky expuso que lo más contradictorio es que el que se autodenominó gobierno del cambio "no está ni siquiera empezando a modificar el rumbo".

Antonio Gershenson, experto en materia de energía y también colaborador de este diario, opinó que una de las claves que explican lo que no ha pasado en la gestión actual es que "desde un principio hubo un pacto con el gobierno saliente". Por esto "la famosa promesa de crecimiento quedó sólo en eso", pues la economía se dejó en manos de "tecnócratas".

En ese contexto, criticó la actuación de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, la cual "se encarga de las tijeras, mientras Fox lo hace de los discursos". Consideró que es estéril la discusión legislativa que se da cada fin de año en torno al presupuesto, "pues una vez aprobados los recursos, la dependencia que encabeza Francisco Gil Díaz se dedica a recortar".

Gustavo Leal, especialista en temas de salud y articulista de La Jornada, consideró que a casi la mitad de camino del actual sexenio lo evidente es que el "foxismo no es un humanismo, sino un completo fraude, en el que las política seducativa y de salud están al garete". Expuso las deficiencias de uno de los esquemas de atención: el seguro popular.

Según Leal, "ni es seguro ni es popular, sino un engendro que tiende a la mercantilización de la atención". Agregó: "Es un esquema imposible de llevar a cabo, porque no hay ni recursos ni infraestructura ni personal médico para sustentarlo, por lo que su operación va al fracaso". En suma este seguro es sólo el resultado del "optimismo de escritorio del secretario de Salud, Julio Frenk".

Enrique Calderón, quien analizó la administración desde el punto de vista político, opinó que el equipo foxista se equivocó desde un principio porque "ni siquiera analizó los fracasos de sus antecesores... creyeron que con el poder en sus manos podrían cumplir con las promesas, pero no fue así", porque se plantearon hipótesis falsas e incluso contradictorias. Además, dijo el también colaborador de La Jornada, ha mostrado "una incapacidad de ser equipo", ha optado por "cumplir sus promesas a particulares antes que a la ciudadanía y ha sido incapaz de erradicar la corrupción".