.. | México D.F. Lunes 1 de septiembre de 2003
Autoridades del DF se deslindan del ecocidio:
PAOT
Intereses económicos, en obras en zona de reserva
El daño mayor, en Cuajimalpa y Alvaro Obregón,
señala
RAUL LLANOS SAMANIEGO
Los daños a las barrancas y ríos de las
delegaciones Alvaro Obregón y Cuajimalpa son evidentes en muchos
puntos: desde las lujosas residencias y condominios cuyas canchas de tenis
están en las laderas y márgenes, hasta las paupérrimas
viviendas de cartón y lámina que de manera sigilosa se van
extendiendo día a día.
Durante
un recorrido con funcionarios de la Procuraduría Ambiental y Ordenamiento
Territorial (PAOT) por esas demarcaciones, se comprobó que esas
áreas de conservación son receptores tanto de enormes cantidades
de basura como de aguas negras y asentamientos humanos irregulares, provocando
un deterioro del cual no se quieren hacer responsables las autoridades
ni del gobierno central ni del delegacional, a pesar de que tienen conocimiento
de la situación.
Uno de los casos más graves se presenta en la barranca
El Ocote, localizada en la cuarta sección de El Chamizal, en Cuajimalpa,
donde la empresa Grupo Inmobiliario Promotor México arrasó
con árboles de pino, tepozán, capulín y varias especies
de cactáceas que se localizaban en una de sus laderas, hasta dejarla
prácticamente pelona. Ahí, donde la maquinaria trabaja
a marchas forzadas se tiene proyectado construir un condominio vertical
de 259 viviendas de alto costo.
Miguel Angel Cancino, subprocurador de Ordenamiento Territorial,
dijo que hace cuatro meses detectaron y frenaron la obra por violar el
uso de suelo y afectación a la barranca, incluso se levantó
una denuncia penal por delito ecológico; sin embargo, "alguien"
en la delegación les autorizó la licencia de construcción
y el permiso para seguir adelante. La procuraduría, añadió,
busca hoy evitar ese ecocidio y apeló a las autoridades delegacionales
paraque pidan a esa empresa su estudio de impacto ambiental y así
frenar en definitiva esa obra ilegal.
Lo más lamentable, dijo Cancino, es que las autoridades
de Cuajimalpa están anteponiendo el interés económico,
pues serán millones de pesos en inversión en ese proyecto,
sobre la conservación de las áreas naturales y de la flora
y fauna en esa barranca, cuya profundidad es hasta de 80 metros.
Más hacia abajo, circulando sobre la avenida La
Palma, se cruza la barranca de La Providencia, a cuya ladera también
se levantó el conjunto habitacional conocido como El Servilletero,
que son condominios de lujo y cuyas canchas de tenis se asientan prácticamente
en las márgenes del río La Providencia. "Aquí también
no nos explicamos cómo es que se les dio el permiso en la delegación,
durante la gestión pasada, pues también hay un daño
muy serio a esta hondonada", añadió Miguel Angel Cancino.
En
Alvaro Obregón los casos se repiten. En la barranca La Morena, en
la zona de Santa Fe, cientos y cientos de camiones descargan clandestinamente,
desde hace tres semanas, miles de metros cúbicos de tepetate, con
los que la han ido rellenando, para construir viviendas, según explica
Felipe Rodríguez, subdirector de dictámenes de la Procuraduría
Ambiental. Las autoridades delegacionales no hacen nada, a pesar de que
en una ocasión anterior se frenaron acciones similares. Hoy, gente
que se ostenta de la Asociación de Nemesia Ledesma Rubí,
heredera del predio, se dice dueña del lugar y bajo el argumento
de que se hacen obras hidráulicas no frena el relleno.
Metros abajo, sobre la margen derecha del río Tacubaya,
un enorme asentamiento irregular se ha consolidado; incluso sus descargas
de aguas negras van a parar directamente a este afluente. Allí ya
las autoridades se han resignado a no moverlos, a pesar de que es zona
de alto riesgo.
Miguel Angel Cancino y Marco Antonio Gómez, coordinador
de Barrancas de la Corena, consideran que es fundamental contar con instrumentos
legales claros que frenen el deterioro de esas zonas verdes, que según
estos expertos juegan un papel importante en el equilibrio del clima de
la ciudad y la regulación hidráulica; de no ser así
seguirán ganando terreno las invasiones de casas, ya sea de gente
rica o pobre.
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