México D.F. Viernes 29 de agosto de 2003
La velocista contuvo las lágrimas durante
la ceremonia de premiación
No me conformo con el oro en el Mundial, seguiré
trabajando: Ana
Hemos hecho lo que nos corresponde para ganar este lugar,
dijo a críticos El título en Atenas 2004, su siguiente
objetivo Competirá en Mónaco antes de regresar a México
AGENCIAS
Paris, 28 de agosto. Con orgullo y emoción
reflejados en el brillo de sus ojos, y una lágrima que no llegó
a salir, la mexicana Ana Gabriela Guevara recibió la medalla de
oro que la acredita como monarca de los 400 metros planos en el Campeonato
Mundial de Atletismo París 2003.
La velocista de Nogales se quedó extasiada ante
el izamiento de la bandera y oyendo los acordes del Himno Nacional mexicano,
mientras en las pantallas instaladas en el estadio de Francia recordaban
su hazaña en la pista.
Ana Gabriela Guevara siguió disfrutando las mieles
de la victoria, ahora con la presea dorada recibida de manos de su compatriota
César Moreno Bravo, miembro del Consejo de la Asociación
Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF, por sus siglas en inglés),
y escoltada en el podio por la jamaicana Lorraine Fenton y la senegalesa
Mbacke Thiam, quienes dominaron la prueba en la edición anterior
de Edmonton 2001, en la que la mexicana se quedó con el bronce.
El descanso había sido de escasas tres horas para
Guevara, quien después del triunfo que selló con 48.89 segundos,
el séptimo mejor en la historia de la distancia, atendió
múltiples entrevistas antes y después de someterse al examen
antidopaje, ya avanzada la noche.
Jornada maratónica
Además,
al retornar a la villa de atletas, donde fue recibida por deportistas y
público mexicano que presenciaron su hazaña, todavía
repartió autógrafos.
A temprana hora Ana se presentó a la conferencia
de prensa organizada por su promotor en uno de los principales hoteles
de esta ciudad. Ahí destacó que su título mundial
es un deseo hecho realidad, por lo que ahora sueña "con seguir ganando.
"No podemos detener el trabajo aquí, sentarnos
y conformarnos con una medalla de oro en el campeonato mundial, sino todo
lo contrario: tenemos que dar continuidad a este triunfo."
La victoria de la noche anterior, sin duda la más
importante de su carrera, aseguró, "cambia más mi vida, porque
si el año pasado con lo de la Liga Dorada Grand Prix y Copa del
Mundo había cambiado sorpresivamente, esta medalla de oro le da
un giro de 180 grados. Habrá que considerar muchas cosas, cuidar
otras, pero vale la pena y estoy contenta y satisfecha de vivir este momento".
Al recordar lo sucedido la noche del miércoles,
evocó: "nunca me preocupé por la marca, no me había
dado cuenta. En principio estaba feliz de haber logrado ese primer lugar
tan añorado y deseado, lo demás eran extras.
"En mi mente lo único que tenía era cruzar
los últimos 100 metros como nunca; no quería que se repitiera
lo mismo que en Edmonton. Por fortuna salió la carrera como lo habíamos
planeado un día antes."
Sin embargo, consideró que su tiempo, inscrito
como el mejor desde la final olímpica de Atlanta, "ha sido una sorpresa
para muchos, en la mayor parte de las pruebas de velocidad de este mundial
no se han hecho muy buenos tiempos, pero tenemos que respetar a los demás
y no demeritar sus medallas. En lo personal se logró romper con
una marca y con un esquema".
Desde la francesa Marie-Jose Pérec, que realizó
una marca de 48.25 en la final de los Juegos Olímpicos de Atlanta,
nadie había vuelto a bajar la barrera de los 49 segundos.
En cuanto a su entrenador Raúl Barreda, Premio
Nacional de Deportes 2002, señaló que no ha podido sentarse
a platicar detalladamente con él sobre lo sucedido. Sin embargo,
afirmó que "estaba feliz, muy contento, sobre todo porque habíamos
pensado que los 48 segundos podían llegar.
"Antes de la carrera no hablamos de nada, no hablamos
de tiempos; sólo me dijo que hiciera mi carrera, que corriera los
primeros 200 metros fuerte y cerrara con todo lo que tuviera, manteniendo
la curva. Los dos estábamos esa noche envueltos en emociones que
no hemos podido profundizar."
La revolución que ha provocado su triunfo no solamente
en territorio europeo, sino también en México, así
como en su natal Sonora, el asedio de los medios de comunicación
y la inquietud por conocer más de la campeona centroamericana y
panamericana en 400 metros planos femenil, llegó a saturar su página
de internet con más de 60 mil visitas simultáneas.
Distinción ganada a pulso
Ana señaló: "son momentos que tenemos que
disfrutar, pero sin desviarnos de la disciplina, tenemos que seguir entrenando
rumbo a los Juegos Olímpicos; ahora los 800 metros no están
en los objetivos, debemos tener tranquilidad y paciencia para seguir paso
a paso".
Ubicar su figura como líder mundial en 400 metros
planos, con todos los títulos en disputa los últimos dos
años y con el reconocimiento de personalidades como la medallista
olímpica Cathy Freeman, Guevara consideró:
"Es una oportunidad y distinción ganada a pulso,
vendrán calificativos, pero debemos seguir igual, sin nada que nos
mueva o saque de nuestro trabajo."
Se refirió a los críticos que dudaron de
su calidad internacional en la prueba de 400 metros. Indicó que
el resultado "nos da la oportunidad para que la gente esté cada
vez más convencida de que hemos hecho lo que nos corresponde, para
ganarnos este lugar. "Fue cuestión de tiempo, de darnos la oportunidad
y espacio de lo que éramos capaces y la marca de ayer habla por
sí sola."
El título en los Juegos Olímpicos de Atenas
2004 es su siguiente gran reto. "Estamos a un año de alcanzarlo,
así que hay que empezar a maquilar a partir de hoy", apuntó.
En cuanto a las expectativas del relevo femenil en esta
justa mundialista, declaró: "estamos contentas, el resultado de
ayer causó una mayor motivación, pero hay que ser pacientes.
"Nuestra mayor ilusión es llevarlo a la final,
pero no es fácil hacer un pronóstico tan ambicioso, hay que
hacer el mejor papel y ojalá se pueda mejorar el tiempo de los Juegos
Panamericanos para seguir creciendo como equipo", consideró Ana,
integrante del relevo femenil 4x400 metros planos que se correrá
el próximo sábado.
Tras la conferencia, la atleta se dio un tiempo para convivir
con su madre, Ana Espinoza de Guevara, quien la acompaña por segunda
ocasión a un campeonato mundial, para después trasladarse
en el tren parisino al estadio de Saint Denis y acudir a la ceremonia de
premiación, en la que miles de personas escucharon el Himno Nacional
y nuevamente vitorearon a la atleta mexicana.
México, noveno en el medallero
Con la medalla de oro, la primera dorada para una mujer
mexicana en un Mundial atlético, la sonorense ubicó a su
país noveno en el medallero, aunque comparte el puesto con Ecuador,
Lithuania, Marruecos, Mozambique, Polonia y Qatar.
Guevara, que durante la premiación contuvo las
lágrimas, afirmó sentirse emocionada ante la satisfacción
que le dio a su país. No obstante, reveló que "mentiría
si dijera que la reacción del público mexicano me ha sorprendido.
Cada deporte tiene sus momentos.
"A mí me está tocando una excelente racha
y eso me alegra", anotó la atleta que ganó las últimas
26 carreras en las que participó y se ha convertido en la principal
fuente de alegrías del deporte mexicano.
La velocista planea regresar a México el próximo
14 de septiembre, tras correr en Mónaco a principios de ese mes.
Por lo pronto sabe que en México se prepara un
gran recibimiento, que incluye un encuentro con el presidente Vicente Fox,
la visita a algún estadio importante e inclusive la inauguración
de una estatua de bronce.
"Me haría ilusión algo en Sonora" comentó
la atleta, quien confirmó que irá a su estado natal al iniciar
octubre.
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