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México D.F. Viernes 29 de agosto de 2003
Circula en México Voodoo Child
La publicación de la lista en la cual los expertos convocados por Rolling Stone nombran a quienes ellos consideran ''los mejores'' guitarristas de la historia coincide con la aparición de una novedad discográfica apabullante: Voodoo Child, álbum doble editado en 2001 y puesto a circular en México recientemente, que corona, supera, completa y rebasa ampliamente por su conjunción al mismo tiempo documental que estrictamente estética las antologías previas que recogen las muchas obras maestras que en su poco tiempo de vida en los escenarios (apenas tres años) nos legó quien pulsaba un pararrayos de consensos y prodigios en forma de guitarra: Jimi Hendrix.
Este guitarrista zurdo pertenece a aquella estirpe de los dioses que se cansaron: Janis, Morrison, el fundador de Pink Floyd: Steve Barret; el bataquista de Led Zep: John Bonham, y otros héroes apolíneo/dionisiacos, que al igual que Mozart murieron jóvenes y bellos.
Sus sobrevivientes festejan 60 años o sus equivalentes (Jagger en Praga, lugar ideal para un cumpleaños) y los celebran de ínclitas maneras: Bowie con un nuevo disco (que saldrá en un par de semanas), Dylan con recientísima obra maestra (Love and Theft, una alta expresión de la poesía), los Led Zep con un maravilloso, alucinógeno, insuperable disco quíntuple que se consigue por separado: uno triple (How the West Was Won) de puro audio y otro doble (titulado así nomás: Led Zeppelin) en dvd, los sobrevivientes Floyd con discos solistas y divorciados Gilmour y Waters, y el maestro neoyorquino por antonomasia, Lou Reed, con un estupefaciente álbum doble, titulado precisamente NYC Man y que es su autobiografía genial.
El aserto de Borge Luis Jorges, mejor conocido como Jorge Luis Borges (o el cultismo más reciente: José Luis Borgues) vale bien para los dioses del panteonario de la cultura rock. El constructor de la ciudad de Uqbar, es decir Borges, dejó formulada en alta literatura una máxima para un chaparrito genial: Gardel canta cada día mejor. Máxima que, mínimo, cada día cumplen cuando barritan mejor con el paso de los días los dioses del panteonario de la cultura rock, que siguen cumpliendo años de la misma manera como lo hace Mozart: cada vez que empieza un disco de ellos termina la nostalgia.
La recopilación que dan a conocer los familiares de Jimi Hendrix, quienes han logrado poner un poco de orden, al igual que Jimmy Page, en su archivo respecto de todo ese desmadre de la piratería, es un manjar onírico para los oídos. Voodoo Child, el álbum doble que circula entre las bellas novedades discográficas que nos inundan los anaqueles y nos succionan los bolsillos, no solamente es una confirmación -concidencia solamente-de que los expertos convocados por la otrora revista de referencia de la cultura rock dieron en el blanco reconociendo a un negro, pues es verdad de perogrullo que la música de tonos oscuros y azulosos, conocida como blues, es la madre nutricia de la cultura rock entera. También es una confirmación de que Hendrix toca cada día mejor. PABLO ESPINOSA
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