México D.F. Viernes 29 de agosto de 2003
Se incrementa la violencia fuera de los límites
territoriales de Chechenia
Intelectuales demandan a Putin detener la guerra y
negociar con separatistas
Le recuerdan que durante los dos conflictos unos 18
mil rusos perecieron en combate
JUAN PABLO DUCH CORRESPONSAL
Moscu, 28 de agosto. Mientras se multiplican los
hechos de violencia fuera de los límites territoriales de Chechenia
-lo cual amenaza con extender el conflicto armado a las regiones colindantes
en el Cáucaso del Norte y aumenta el riesgo de que se cometan nuevos
atentados en las principales ciudades de Ru-sia, Moscú sobre todo-,
toman fuerza voces que exigen aquí detener esa guerra y negociar
con los líderes separatistas.
En un contexto de inocultable tensión, que crece
conforme se aproxima la fecha de unos cuestionados comicios que el Kremlin
ordenó celebrar en Chechenia sólo para "le-gitimar" al gobernante
que sirve a sus intereses, aunque dicha imposición -contraria a
la opinión mayoritaria- presagia una escalada de enfrentamientos
más cruentos, un grupo de intelectuales y activistas rusos de derechos
humanos difundió una carta abierta al presidente Vladimir Putin.
En
el documento, cuyo texto íntegro pu-blicó este jueves el
periódico opositor No-vaya Gazeta, los 33 firmantes plantean
lo que, a juzgar por las encuestas recientes, piensan muchos rusos, pero
pocos se atreven a decir en público.
Los autores del texto -ignorado por los medios electrónicos,
casi todos bajo control gubernamental, y ausente prácticamente del
resto de la prensa escrita- formulan a Putin "nueve preguntas sobre la
guerra de Chechenia", que seguramente se quedarán sin respuesta
del destinatario.
Los firmantes recuerdan que Rusia, al asumir el papel
de copatrocinador del proceso de paz en Medio Oriente, defiende que se
respeten las posiciones de todas las partes implicadas, trata de mediar
en otros conflictos y da preferencia a la negociación que al uso
de la fuerza.
Y cuestionan: "¿Por qué, señor presidente,
rechaza usted de modo categórico cualquier intento de mediación
de figuras reconocidas para iniciar negociaciones, que propicien un arreglo
del conflicto armado que dura ya casi 10 años en Chechenia, con
(el presidente desconocido por Moscú) As-lan Masjadov, actual líder
político de los separatistas chechenos?"
Afirman que estimaciones a la baja indican que durante
las dos guerras en Chechenia, de 1994 a 2003, unos 18 mil soldados rusos
perecieron en combate o a consecuencia de heridas, el número de
muertos entre la población civil supera los 70 mil y entre los combatientes
separatistas pasa de 8 mil.
"Señor presidente, ¿cuál es el número
de soldados y habitantes muertos como resultado de las acciones militares
y operaciones punitivas (de las tropas rusas), así como de los atentados
terroristas suicidas (de los independentistas chechenos), que usted considera
tan horrible como para sentarse a negociar una solución que ponga
fin a la guerra?", preguntan.
Férrea censura
Denuncian que, al amparo de luchar contra los rebeldes,
en Rusia se ha implantado una férrea censura sobre la cobertura
de la guerra de Chechenia. Los combates distan de haber cesado y el ejército
federal recurre todavía a la artillería pesada y los bombardeos
aéreos, al tiempo que los servicios de seguridad realizan operaciones
punitivas y son frecuentes las desapariciones y ejecuciones sumarias.
"¿Por qué cree usted, señor presidente,
que son los centros del terrorismo internacional y no la crueldad sin sentido
de los militares y servicios secretos rusos los que empujan a la población
civil chechena a integrarse a las filas de los separatistas y terroristas
suicidas?", le preguntan a Putin.
Aseguran que la guerra de Chechenia es como "un agujero
negro" que se traga miles de millones de rublos. Los flujos financieros
para la "reconstrucción" de Chechenia se esfuman, las tropas se
descomponen al traficar con petróleo y armas, saquean y acosan a
la población civil.
Los contribuyentes rusos financian esta guerra y ni siquiera
saben cuánto cuesta, ya que la suma de dinero se maneja como secreto
de Estado.
Los autores de la carta abierta quieren saber: "Desde
que usted es presidente, ¿cuánto se ha gastado en la guerra
de Chechenia? Con el tiempo, ¿aumenta o disminuye ese gasto?"
Es impensable que Putin -y no por estar a punto de iniciar
con su familia un fin de semana de descanso en Villa Certosa, la residencia
mediterránea de su gran amigo italiano Silvio Berlusconi- vaya a
contestar alguna de esas preguntas ni ninguna otra sobre la guerra de Chechenia.
En cierto sentido, por el mandatario ruso habló
hoy su ministro del Interior, Boris Gryzlov, quien anunció un endurecimiento
de las medidas antiterroristas en la capital y advirtió a los moscovitas
que se vayan preparando -"de una vez y para siempre"- para asumir sicológicamente
que los controles serán más severos.
Pero si falla la mano dura contra los activistas,
Gryzlov considera "injusto y poco racional" que el Estado tenga que pagar
alguna indemnización a los deudos de las víctimas de actos
terroristas.
"Quienes reciben las ganancias son los que deben asumir
los riesgos", sostiene el ministro, líder del partido oficialista
Rusia Unida, y recomienda sobre todo a los organizadores de espectáculos
masivos "asegurar a los asistentes contra posibles daños y perjuicios
causados por actos terroristas".
Este jueves, no lejos del centro de Moscú, fueron
evacuados los pasajeros de un autobús de ruta al encontrar las autoridades
un portafolios abandonado. El olfato de los perros entrenados de la policía
detectó una posible bomba. Por fortuna, esta vez, resultó
falsa alarma.
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