México D.F. Viernes 29 de agosto de 2003
El informe contra Bagdad "no pretendía
ser un argumento para la guerra", asegura
Admite Blair que jugó un papel en revelación
de la identidad de Kelly
Habría renunciado si hubiese manipulado el documento
sobre armas de Irak, dice al juez Hutton
El primer ministro laborista descarga la culpa en su
jefe de Comunicación, Alastair Campbell
AFP, REUTERS, DPA Y THE INDEPENDENT
Londres, 28 de agosto. El primer ministro británico,
Tony Blair, se defendió hoy de quienes le acusan de ha-ber manipulado
un informe gubernamental sobre el arsenal iraquí pu-blicado en septiembre
de 2002, y dijo que, de haberlo hecho, su dimisión se habría
justificado.
Sin embargo, el gobernante se vio obligado a admitir que
sí jugó un papel en la revelación de la identidad
del experto en armas del Mi-nisterio de Defensa, David Kelly.
Este aparentemente se suicidó después de
que fue obligado a de-clarar en el contexto de una investigación
parlamentaria que pretendía esclarecer si el gobierno manipuló
un informe sobre el potencial armamentista iraquí, como afirmó
la ra-diotelevisora BBC de Londres en un reportaje firmado por el periodista
Andrew Gilligan.
Blair, muy tranquilo y cortés, refiriéndose
siempre al juez Brian Hutton como "milord", destacó que ignoraba
que Kelly se ocupaba del expediente de septiembre 2002 sobre el arsenal
iraquí, y añadió que habría "merecido renunciar"
si, como lo afirmó la BBC, el expediente gubernamental sobre las
armas iraquíes de septiembre de 2002 hubiera sido exagerado por
sus servicios de información.
El primer ministro calificó de "completamente absurdos"
los argumentos de la BBC, y añadió: "Publicamos un desmentido
muy firme (a las aseveraciones de la BBC) que no sirvió para nada".
Blair señaló que su gobierno sólo
quedará satisfecho una vez que la BBC acepte retractarse por completo
del reportaje difundido el 29 de mayo anterior.
Ataque a Downing Street
El
material, afirmó, fue "un ataque que tenía como objetivo
no sólo la oficina del primer ministro, sino la forma en que nuestros
servicios de información trabajan y contra el país en su
conjunto".
El objetivo del informe "era dar a conocer el motivo de
nuestra preocupación" sobre el arsenal iraquí, agregó
Blair; precisó que había ha-blado de ello anteriormente con
el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, y agregó que el
informe "no pretendía ser un argumento para la guerra" contra Irak.
Kelly fue la principal fuente del reportaje de la BBC
en que se acusaba a Downing Street de exagerar deliberadamente en septiembre
de 2002 la importancia del arsenal iraquí, para justificar la guerra
contra el régimen de Saddam Hussein.
En su comparecencia ante la investigación parlamentaria,
negó ser él quien acusó al gobierno de exagerar el
informe y dijo no ser la única ni la principal fuente oficial consultada
por Gilligan.
En el reportaje, difundido en Ra-dio 4, una de las estaciones
de la BBC, la fuente del reportero afirmaba en particular que la mención
según la cual el régimen de Bagdad podía desplegar
armas químicas y biológicas en el plazo de 45 minutos fue
agregada, a última hora, "por demanda del gobierno", contra la opinión
de los servicios de inteligencia.
El jefe de gobierno británico eludió las
preguntas sobre los célebres "45 minutos" incluidos en el documento
a partir de una sola fuente no contrastada: un supuesto alto mando militar
iraquí.
El 18 de marzo Blair pronunció un alegato ante
los diputados para convencerlos de que dos días más tarde
votasen en favor de la participación en la guerra contra Irak, y
afirmó que en ningún momento él mencionó los
"45 minutos".
Kelly aparentemente se suicidó cortándose
una de sus muñecas el 17 de julio, una semana después de
que su nombre apareció en los me-dios como la probable fuente del
reportaje de Andrew Gilligan.
Sólo después de esto la BBC re-conoció
oficialmente que el científico, ex inspector de desarme de Naciones
Unidas en Irak, era la fuente principal del reportaje.
Blair asumió la responsabilidad de haber dado a
conocer el nombre del experto gubernamental David Kelly a dos comisiones
parlamentarias, cuando se enteró de que era "probablemente" el informante.
Justificó esto afirmando que su gobierno "optó
por cumplir su de-ber de transparencia parlamentaria (...) Desde el principio
estuvimos en un dilema y bajo el riesgo de que se nos acusara de ocultar
información. Preferimos hacer frente a las presiones siendo muy
abiertos en cuanto al doctor Kelly y actuando según las normas establecidas.
Yo no estaba seguro cómo manejar la situación, pero sabía
que lo que no podíamos hacer era meternos en una situación
en la que se nos acusara de engañar a las comisiones".
Blair aseguró que durante el fin de semana del
5 y el 6 de julio se debatió sobre esta decisión, y que rechazó
la sugerencia de su jefe de Comunicación, Alastair Campbell, de
filtrar a los medios detalles so-bre Kelly, si bien él y sus asesores
de inteligencia decidieron que lo adecuado era "salir al paso" de di-chas
informaciones cuando éstas se filtraran a los medios.
Al igual que los demás funcionarios que han declarado
en la investigación, Blair afirmó su convicción de
que la aparición del nombre de Kelly en la prensa era inevitable,
y reiteró que ignoraba que el experto se ocupó del informe
sobre Irak de septiembre de 2002.
Luego de tres semanas de vacaciones en Barbados, Blair
se encerró el pasado viernes en su residencia con sus abogados para
preparar la declaración.
En las primeras horas de este sá-bado ya había
publicadas en Internet al menos 9 mil páginas de do-cumentos reproduciendo
artículos de periódico, reportajes y los testimonios que
se han rendido durante la presente investigación.
Antes del testimonio de Blair, Alastair Campbell había
culpado al Ministerio de Defensa de revelar la identidad de Kelly.
Interrogatorio demasiado suave
Al ser interrogado ayer, el ministro de Defensa, Geoff
Hoon, culpó a sus subordinados de revelar el nombre del científico,
y afirmó que él, personalmente, trató de proteger
la identidad de Kelly.
Hoon evitó, sin embargo, responsabilizar a Downing
Street y al primer ministro laborista.
El diario The Guardian se quejó de que el
interrogatorio a Blair fue demasiado "suave", pues no se hi-zo énfasis
en inconsistencias tales como el desacuerdo que había en-tre las
distintas ramas de la inteligencia sobre la amenaza que Irak representaba,
o el hecho de que uno de sus funcionarios haya dicho que Saddam Hussein
no era una "amenaza directa" días antes de presentarse el expediente
en el de-bate de los diputados.
Cuando se le preguntó a Blair sobre la acusación
de la BBC de que Campbell fue el encargado de agregar al documento la aseveración
de los "45 minutos", respondió: "Era algo más o menos dado
por hecho que Alastair había sido el responsable de la información
de inteligencia, pero no de los comités conjuntos de inteligencia.
Bueno, lógicamente, esto se convirtió en un asunto muy grande.
Fue motivo de una violenta tormenta".
Cuando se le preguntó si él tuvo algo que
ver en las cartas de protesta que Campbell envió a la BBC, Blair
respondió: "No recuerdo exactamente, pero creo que le dije a Alastair:
'Mira, no van a re-tractarse, vas a tener que esperar y ver lo que dicen
los comités de Relaciones Exteriores'. Me parece recordar que también
le insistí en que teníamos que entender el punto de vista
de la BBC, para la que era importante distinguir entre su independencia
como medio y el reportaje que difundió".
El presidente de la BBC, Gavyn Davies, también
compareció ante Hutton y afirmó que Campbell atacó
la integridad e imparcialidad de la empresa al considerar, en junio pasado,
respecto del caso Kelly, que "si ese es el periodismo de la BBC, que Dios
nos ampare".
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