Luis Javier Garrido

La cantaleta

Los avisos que está dando el gobierno foxista de que tras el Informe acelerará la imposición del programa neoliberal no hacen sino tensar más al país.

1. El tercer Informe de gobierno, que marca la mitad del desastroso sexenio, se presenta a los estrategas de Los Pinos como la coyuntura que dará un segundo aire al alicaído régimen para cumplir los compromisos de campaña: no con el pueblo mexicano, que no le ha importado, sino con los grandes inversionistas a quienes ofreció bancos, sector energético y las riquezas básicas, y con el gobierno de Washington, al que prometió el control estratégico del país.

2. La campaña de propaganda presidencialista en radio y televisión en vísperas del Informe y las filtraciones que ya dan a conocer columnistas hacen ver que Fox pretende, como anunció en julio al cambiar de vocero, gobernar más a través de los medios para cumplir con el capital trasnacional, y busca imponer la idea de que no hay más alternativa que "la reforma estructural", para lo cual esgrimirá amenazas sobre un eventual desastre económico de no aceptarse sus propuestas, como las que ya se ven, hasta ofrecer rectificaciones del modelo económico.

3. La paradoja del primero de septiembre es que a pesar del descrédito enorme por el fracaso histórico de Fox en el desempeño del cargo, el presidencialismo seguirá vigente porque es de interés estratégico para el capital trasnacional.

4. Las cosas, sin embargo, no van a resultarle tan fáciles y un ejemplo es la sucia campaña permanente que ha mantenido en contra de los legisladores, responsabilizándolos de la ineptitud de su gobierno, que sólo ha desprestigiar al régimen en su conjunto, como acontece con la propuesta de la Secretaría de Relaciones Exteriores de suprimir por supuestos acuerdos internacionales lo que Patricia Olamendi llamó con dolo e ignorancia "el fuero" de los legisladores, que no existe en México. La llamada desde 1982 "declaración de procedencia" es la prerrogativa de legisladores y funcionarios de los otros dos poderes, federales y locales, de no ser sometidos a juicio hasta que en términos del 111 constitucional la Cámara de Diputados determine la procedencia del proceso para evitar abusos del Ejecutivo, y no constituye estatuto "de impunidad", que sí tiene el Ejecutivo federal, quien disfruta de la "declaración de procedencia" y que en términos del artículo 108 constitucional no puede ser juzgado sino por delitos graves del orden común y por "traición a la patria", lo cual es escandaloso, pues este privilegio, que no existe en otros países, constituye el origen del presidencialismo mexicano, y tras él se escuda Fox para violar impunemente la Constitución.

5. El eje de la corrupción sigue siendo el Presidente de la República, por su estatuto constitucional de impunidad y la ausencia de un mecanismo que lo obligue a rendir cuentas -sustituido por el ritual del Informe-, y el caso de Fox ejemplifica la degradación de la institución presidencial. El, tanto o más que sus predecesores priístas, ha hecho de la Presidencia el centro de la corrupción del régimen, actuando para los intereses de las multinacionales y otorgando concesiones, contratos y permisos, pasando por alto las leyes en función de los intereses de los grupos empresariales, que estima sus amigos, comprometiendo la viabilidad de México como nación independiente. No sorprende que ahora que encuentra oposición nacional a entregar los recursos energéticos a sus amigos del extranjero recurra a amenazas, mentiras y engaños, como hará, según las filtraciones de su tercer Informe.

6. La pregunta clave es la misma que se hizo en el régimen priísta. ƑCómo puede exigirse honestidad al gobierno o a la sociedad, cuando el principal responsable de la corrupción es el Presidente? ƑCuando él prevalece sobre los mecanismos de la justicia y por encima de la legalidad hace todo tipo de negocios comprometiendo la soberanía? ƑY, sobre todo, cuando como ahora puede tener además el tupé de desresponsabilizarse y de paso acusar de corrupción a sus adversarios políticos aprovechando su control sobre los medios de comunicación?

7. El régimen priísta fue de corrupción extrema, pero el panista, encabezado por Fox, no lo es menos, y no sólo porque representa los mismos intereses y continúa con las mismas prácticas, sino porque en el colmo del doblez pretende desresponsabilizarse con la cantaleta de que ya todo cambió. El discurso foxista, que busca magnificar los vicios y defectos del régimen anterior y presentarse como algo muy distinto, está muy desgastado.

8. El titular del Ejecutivo sigue siendo por la naturaleza de las leyes, que no han cambiado (que le otorgan autoridad en la investigación de delitos a través de la PGR y de la SFP), y por los mecanismos legales y de facto que le confieren autoridad sobre radio y televisión (en un régimen de concesiones y discrecionalidad en el manejo de la publicidad estatal), factor determinante en la impartición de justicia. Fox ha protegido a amigos suyos sobre los que pesan señalamientos de posibles graves delitos para evitar que sean traducidos a la justicia: Lino Korrodi, Carlos Rojas Magnon, Pedro Cerisola, Luis Ernesto Derbez, Diego Fernández de Cevallos, Guido Belsasso, Raúl Arriaga y muchísimos otros, sin mencionar a sus protectores, gracias a los cuales llegó a la Presidencia: Carlos Salinas y Ernesto Zedillo, a quienes otorgó plena impunidad, junto con sus colaboradores, y que no ha procesado como es su obligación. O los banqueros beneficiarios del Fobaproa.

9. El gobierno foxista será en la parte final una amenaza mayor para la integridad de la nación y los derechos básicos de los mexicanos porque su discurso mistificador, que busca desmovilizar y confundir al pueblo, pretendiendo hacerle creer que todo ha cambiado y que la imposición de las políticas neoliberales se hace de manera "democrática" y "legítima", se intensifica en connivencia con los medios, y porque Fox, desesperado por cumplirles a los poderosos intereses empresariales que lo impusieron en la Presidencia, ante la negativa del Congreso a que siga desmantelando al país, seguirá actuando por la vía de los hechos en abierta violación de las leyes.

10. Para defender los derechos fundamentales de todos y los de la nación es prioritario acotar ese presidencialismo que se sustenta más allá de los mecanismos de un partido y que ha trascendido a la alternancia con mayores despropósitos que nunca.