El funcionario lo estimó así días antes de que el informe de inteligencia fuera divulgado

No había indicios de amenaza iraquí, según el jefe de gabinete de Blair

Crecen las dudas contra el gobierno británico en la investigación de la muerte de David Kelly

REUTERS Y AFP

Londres, 18 de agosto. El informe con el que el primer ministro británico, Tony Blair, justificó la guerra contra Irak no contenía pruebas de amenaza alguna de la nación árabe, según un correo electrónico de un destacado colaborador del gobernante, que fue divulgado este lunes como parte de la investigación para esclarecer la muerte del experto en armas David Kellly.

El mensaje electrónico es la primera señal pública del debate en círculos cercanos de Blair sobre la consistencia de los datos de inteligencia utilizados para justificar una guerra a la que se oponía la mayoría de los británicos. "El documento no indica nada que demuestre una amenaza inminente de (el presidente iraquí) Saddam Hussein", señaló el jefe de gabinete, Jonathan Powell, en una nota a un alto funcionario de inteligencia.

"Muestra que tiene los medios, pero no que tenga motivo para atacar a sus vecinos, ni a Occidente", señaló Powell en el mensaje electrónico una semana antes que el controvertido informe fuera publicado, el 24 de septiembre de 2002, seis meses antes de la invasión angloestadunidense a Irak.

Los comentarios de Powell, revelados durante la investigación sobre el suicidio de Kelly, encabezada por el juez Brian Hutton, acrecentaron las dudas sobre la aseveración de Blair, en el prólogo del documento, de que el programa iraquí de armas biológicas y químicas representaba "una amenaza seria y actual".

Blair convocó a sus principales asesores tras conocer que Kelly reconoció que pudo haber sido la fuente de una crítica información de la BBC sobre Irak, según se supo este lunes en la audiencia para determinar las causas de la muerte del experto.

La revelación fue hecha por Powell y sugirió el interés que tenía Blair por rebatir la nota de la BBC, en la que acusaba al gobierno de exagerar la amenaza de armas en Irak para justificar su posición en favor de la guerra.

Kelly escribió finalmente, el 30 de junio, a su superior directo Bryan Wells para revelarle su entrevista con el periodista de la BBC Andrew Gilligan y asegurar que no fue su fuente principal.

El Ministerio pasó la información a Downing Street días después, dando pie a Blair a actuar rápidamente. Convocó a una reunión con sus principales asesores el 7 de julio para analizar si el reconocimiento de Kelly podría utilizarse para rebatir la información de Gilligan. "(Altos funcionarios) pensaron que era un acontecimiento importante", aseguró Powell en la audiencia. "Significaría que sin duda la historia de Andrew Gilligan estaba fabricada.

"Estábamos atrapados en una confrontación y la BBC no tenía ninguna oportunidad de salir de ella con elegancia", comentó Powell al juez.

Sin embargo, una de las cuestiones cruciales de la investigación a cargo de Hutton consiste en saber por qué el gobierno dio a la prensa el nombre de Kelly y luego decidió enviarlo ante una comisión pública de la Cámara de los Comunes, donde fue bombardeado con preguntas comprometedoras, dos días antes de su aparente suicidio.