La detención de montoneros es "una movida judicial", afirman ex guerrilleros

La alternativa bolivariana, opción frente a la amenaza del ALCA, reitera Chávez

En Argentina, el venezolano rinde homenaje a caídos en las Malvinas y a José de San Martín

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 17 de agosto. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, comenzó hoy su visita a Argentina con un homenaje al general José de San Martín, a 153 años de su muerte, y en momentos en que el gobierno de Néstor Kirchner enfrenta varias arremetidas.

Durante su tradicional programa dominical Aló Presidente, que esta vez se transmitió en esta capital desde los estudios del canal estatal 7, Chávez llamó nuevamente a la integración latinoamericana, fustigó el neoliberalismo y los proyectos de Estados Unidos para América Latina, como el Acuerdo de Libre Comercio de las Américas (ALCA), y dijo que San Martín, héroe de la independencia latinoamericana, que comparó con Simón Bolívar, "está aquí en el alma" del pueblo argentino.

El mandatario venezolano, quien se reunirá con el presidente Kirchner el próximo martes, cuando se iniciará su visita oficial, tiene una apretada agenda, que incluye encuentros con dirigentes de organismos de derechos humanos, sociales, políticos y sindicales, así como con intelectuales.

Aló Presidente, que se difundió en vivo desde la terraza del canal estatal durante más de dos horas, contó con la presencia de un grupo de invitados, entre los que se encontraban el cineasta Fernando Pino Solanas, el historiador Norberto Galasso, Hebe de Bonafini, de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, el sociólogo Atilio Borón, la diputada Alicia Castro, el periodista Miguel Bonasso, el dirigente sindical Víctor de Gennaro y La Jornada.

El programa del mandatario venezolano

En su programa, el venezolano llamó a los militares de la región a no convertirse en ejércitos de ocupación ni actuar en beneficio de las oligarquías, y recordó el periodo en que gobernó el neoliberal Carlos Menem (1989-1999). Señaló que en esos tiempos Argentina era presentada al mundo como el modelo a seguir, cuando en realidad era el retrato del "neoliberalismo salvaje".

"Cuando en 1994 visité Buenos Aires, se dijo que el neoliberalismo era el camino directo al Primer Mundo", cuando "en realidad se trataba del quinto infierno", manifestó.

Al recordar al argentino San Martín, al venezolano Simón Bolívar y al uruguayo José Artigas como símbolos de una lucha que hoy renace, destacó que "sólo unidos" estos héroes pudieron vencer al imperio de España.

Además rindió homenaje a los jóvenes y oficiales que murieron durante la guerra de las Malvinas en 1982, y afirmó que esas australes islas, ocupadas por Gran Bretaña, "volverán a ser argentinas".

El presidente venezolano fue rodeado constantemente por grupos de piqueteros (pobres y desocupados) que enarbolaban pancartas y cantaban consignas en defensa de la causa bolivariana.

En la charla con este periódico, Chávez reiteró su planteamiento de llevar a cabo un referéndum continental sobre una moratoria de la deuda externa por un periodo de cinco años. "Nosotros debemos negociar desde nuestros principios y voz. No debemos implorar, sino exigir otras condiciones para el pago de la deuda externa, pues es una carga que ahoga a nuestros países."

También el jueves pasado, en Asunción, Chávez habló de una "alternativa bolivariana para las Américas, como contrapropuesta a la terrible amenaza para nuestros pueblos" que significa el ALCA.

"Tenemos nuevos alientos. Brasil con (Luiz Inacio) Lula (da Silva), la Argentina del presidente Kirchner y todo lo demás que está pasando abre las posibilidades de una integración como la que soñaron Bolívar o Artigas, no una integración impuesta por las normas del mercado internacional ni por el orden hegemónico que impera", expresó hoy el mandatario, para quien el Mercado Común del Sur (Mercosur) "tiene que llegar hasta el Caribe".

Durante su visita, el mandatario anunciaría inversiones para abrir aquí gasolineras de la estatal Petróleos de Venezuela, a cambio de productos agropecuarios y otros.

El presidente venezolano llega al país cuando Kirchner hace frente a las embestidas -por otra parte previsibles- del vicepresidente Daniel Scioli, ex menemista que en días recientes mostró su desacuerdo con diversas medidas gubernamentales, entre ellas la lucha contra la impunidad.

En Estados Unidos, el periódico Wall Street Journal, considerado como el diario económico más importante de ese país, llamó a "cortar el oxígeno" a Argentina. Según la columnista y editora Anastasia O'Grady, "Argentina es como un paciente a quien se mantiene vivo artificialmente, y sería mejor cortarle el oxígeno para que el país se vea forzado a hacer las reformas necesarias a fin de restablecer la confianza de los inversionistas".

"No es la primera vez que The Wall Street Journal dispara contra la administración Kirchner. Sin embargo, las balas nunca habían tenido semejante calibre", advierte un analista local.

Los pronósticos del rotativo coinciden con la virulencia de los ataques de la ultraderecha local, que exigen el incremento de las tarifas de los servicios públicos, una nueva estructura fiscal que garantice el pago de la deuda y la reformulación del sistema financiero.

También dentro de esta ofensiva se inscribe, de acuerdo con muchos analistas, el "golpe judicial" que ha significado la reciente detención de dos ex dirigentes de la desaparecida guerrilla Montoneros, Rodolfo Cirilo Perdía y Fernando Vaca Narvaja, mientras la Interpol intenta detener a Mario Eduardo Firmenich en España.

Esto en el marco de una causa sin sustento real -se investiga en realidad la desaparición y asesinato de militantes montoneros a manos de militares-, pero todo cobra mayor dramatismo si se recuerda que Vaca Narvaja y su esposa tienen 12 familiares desaparecidos.

Este día el diario Página 12 publicó una larga entrevista a Firmenich realizada por la hermana de uno de los jóvenes desaparecidos durante la llamada "contraofensiva" de Montoneros, a finales de 1979 y principios de los años 80, junto con otras 20 personas en plena dictadura militar.

Cristina Zucker niega que su hermana o los otros desaparecidos en aquella circunstancia fueran utilizados. "No me adhiero a la teoría conspirativa, ya que aquellos jóvenes consideraban que todo era poco para luchar contra la dictadura y no fueron llevados de la nariz para terminar como terminaron. Hay que hacer memoria del trabajo de inteligencia de las fuerzas armadas entonces y recordar el tipo de torturas y tormentos que utilizaron, para extraer información que permitiera luego la vigilancia e incluso que los esperaran", señaló.

Aunque hubo muchas críticas por la "contraofensiva" -por la cual estos jóvenes abandonaron el exilio para regresar al país- e inclusive Montoneros se dividió por esto, ex militantes consultados advierten que el juez Claudio Bonadío toma un camino sesgado, ya que en lugar de juzgar a los asesinos y torturadores decide poner en el banquillo de los acusados a los que fueron víctimas, bajo la presunta sospecha de que debe investigar si hubo delatores.

El documento en que se basa el juez para plantear la sospecha "proviene de esos mismos asesinos", dicen estos militantes, muchos de los cuales advierten que se busca reinstalar nuevamente la teoría de los dos demonios -los militares cometieron violaciones a los derechos humanos para detener a los "subversivos"- y no juzgar el terrorismo de Estado, que dejó 30 mil desaparecidos, la mayoría civiles.

Los ex jefes montoneros detenidos el jueves rechazaron los cargos y advirtieron que todo es una "movida política", aunque exista una intención política, mientras Firmenich, a quien le fue denegada la exención de prisión, aseveró en la entrevista con Página 12 que todo es una "canallada" orquestada por los "servicios de inteligencia".

La contraofensiva "puedes juzgarla como decisión política incorrecta, pero no puedes decir que se mandó a la muerte a alguien", dijo.

"El poder necesita una compensación a lo que se está produciendo en los estadios de la sociedad", afirmó Perdía en alusión a las medidas que se han tomado para acabar con la impunidad de los militares responsables del genocidio. "No se puede equiparar la resistencia con la dictadura militar", señaló Vaca Narvaja.

Lo más grave es que el juez Bonadío -vinculado al menemismo- considera que la dirigencia omitió adoptar medidas de seguridad que anularan los riesgos propios de la misión que se les encomendaba a los militantes, lo que resultó en "la comisión de los delitos de secuestro, privación ilegítima de la libertad, posterior desaparición forzada y homicidios".

Esto es, señala un abogado, como juzgar a una madre a la que le violaron y mataron una hija porque permitió que la joven atravesara un lugar relativamente oscuro en lugar de juzgar al violador y asesino.

El magistrado imputa a los ex miembros de la Conducción Nacional de Montoneros ser "partícipes necesarios de las desapariciones de sus compañeros" a manos de los represores del Batallón de Inteligencia 601 en 1980, usando una figura de "dolo eventual", según la cual los acusados debieron representarse las consecuencias de sus acciones.

Antes de finalizar su declaración, Vaca Narvaja se enojó cuando el juez le mostró los documentos que figuran como pruebas en la causa, entre ellos los archivos de inteligencia del Batallón 601, de la Policía de la Provincia de Buenos Aires, y los desclasificados por el Departamento de Estado de Estados Unidos. "Se sienta a las víctimas en el banquillo de los acusados usando el material y la información de los victimarios", protestó.

Dada la militancia de Néstor Kirchner en la juventud peronista en la década de los 70, todos interpretan esta "movida judicial" como un golpe contra el mandatario argentino por su decisión de terminar con la impunidad.