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México D.F. Domingo 17 de agosto de 2003
La selección femenil cumplió la promesa de traer una medalla, afirma Iris Mora
Los oros de los pelotaris brillaron sobre el bronce del futbol varonil
Afirma La Volpe que de la experiencia hemisférica habrá de sacar "varias conclusiones"
ABRIL DEL RIO
Con otro lote de medallas ganadas en los Juegos Panamericanos, el penúltimo contingente de atletas mexicanos regresó ayer de Santo Domingo, y en el aeropuerto capitalino destacó la recepción para los pelotaris campeones, visiblemente más satisfechos que los futbolistas, pues la mayoría de ellos admitieron que quedaron a deber el refrendo del título continental.
No era la primera vez que los especialistas del frontón eran recibidos con vítores y mantas por sus familiares y amigos de Tulyehualco, donde se han formado los únicos exponentes del país, mismos que se mantienen en la elite mundial.
Tras el viaje en un avión charter, los deportistas salían a cuentagotas y se dispersaban en el pasillo del aeropuerto, así que las porras se encendían cada vez que aparecía un frontonista, mientras que en silencio, desapercibidos, llegaban otros deportistas, ondinas de sincronizado, algunos ciclistas y pesistas.
Los más de ellos eran futbolistas, incluido el entrenador nacional, Ricardo La Volpe, quien se abstuvo de emitir sus impresiones y sólo comentó que habrá de sacar "muchas conclusiones" de la experiencia panamericana, la que concluyeron con el modesto bronce.
En cambio, para la futbolista Iris Mora, la obtención de ese metal significó un logro para la selección femenil, "al menos fue cumplir la promesa de traer una medalla, y la verdad es que fue un torneo muy difícil, con rivales calificadas al Mundial" de la especialidad, anotó.
Como el resto de los pelotaris, Javier Marín, el Manos Locas, abrazaba a su esposa e hijos con la emoción de haberse colgado la presea dorada en frontón a mano libre parejas con Francisco Vega, y la plata en individual, mientras que el veterano Pedro Santamaría, quien jugó el inicio del torneo antes de lesionarse, hizo hincapié en la necesidad de impulsar la disciplina, pues "las medallas son un orgullo, pero no vemos a jóvenes que nos presionen para ocupar nuestro lugar", dijo, y consideró "injusto" que las autoridades sólo mencionen a los frontonistas cuando aportan medallas.
Recordó que en Mar del Plata, donde el frontón ganó seis de oro, tres de plata y dos de bronce, "por ahí le salvamos el puesto a alguien", y ahora, con menos modalidades, los mexicanos estuvieron en todas las finales y trajeron tres de oro y tres de plata.
Como lo solicitó al presidente Vicente Fox en la comunicación telefónica desde Santo Domingo, reiteró la necesidad de rehabilitar uno de los frontones de Tulyehualco, ubicado en una escuela primaria, donde la barda principal fue derribada por voluntad de la directora. "Ahí podrían jugar muchos niños, las nuevas generaciones", enfatizó.
Se ganaron los tacos
En avanzada de la natación llegó Margarita Nolasco, entrenadora de Alejandra Galán, quien a sus 14 años es la deportista más joven de la delegación mexicana y quien cerró el tramo libre en el equipo de 4 x 400 combinado para lograr el bronce en esa prueba, con la que se rompió la sequía de medallas de la natación mexicana en Panamericanos, desde La Habana 91.
Con otro tipo de trofeos llegó el equipo de hockey sobre patines, pues como prueba de su esfuerzo y del rudo partido ante Brasil con el que perdieron el bronce, les quedaron fuertes golpes, desde el capitán, Hugo Rentería, quien lucía un gran parche en el ojo izquierdo, hasta dos jugadores luxados de hombros y varios cojeando. Entre los familiares que los abrazaban, uno exclamó: "Ahora sí muchachos, se ganaron los tacos de chicharrón, šVámonos!"
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