México D.F. Domingo 17 de agosto de 2003
Teoría de paleontólogo alemán
busca revolucionar historia de la población europea
El hombre moderno devoró al Neandertal
DPA
Bonn, 16 de agosto. En la localidad alemana de
Neandertal, hace más de 40 mil años, un grupo de criaturas
paleolíticas, cuyos antepasados emigraron hace mucho tiempo desde
Africa, utilizan herramientas de piedra para romper los huesos de brazos
y piernas de una hembra Neandertal y sorben su médula ósea,
altamente nutritiva. A otro individuo, viejo, le habían abierto
antes el cráneo para quitarle los sesos. Esta escena de horror no
es fantasía: es producto de estricta investigación científica.
Un hallazgo de huesos fósiles hecho en 2000 en
este histórico sitio es hoy una de las bases de una polémica
teoría con la cual el paleontólogo Jürgen Thissen pretende
revolucionar la historia de la población humana de Europa. El experto
determinó que las tibias de esa hembra Neandertal fueron abiertas
inmediatamente después de su muerte.
Quizás,
tal como en otros sitios arqueológicos en Europa, miembros de un
grupo enemigo y depredador, pertenecientes a la especie Homo sapiens,
pretendieron aprovechar rápidamente esa médula ósea.
La ciencia tradicional supone hasta ahora que el Viejo
Continente fue poblado sin interrupción desde hace al menos un millón
de años. Primero vino desde Africa el Homo erectus, que siguió
una evolución desde el hombre de Heidelberg hacia el hombre de Neandertal.
En otra ola, hace 40 mil años, llegó a Europa el Homo
sapiens, llamado también el hombre de Cro Magnon.
Thiessen, quien desde hace 20 años se dedica a
la investigación del Hombre de Neandertal, supone que, por el contrario,
no hubo una, sino muchas olas migratorias. En cada era templada de cierta
duración, poblaciones de Homo sapiens poseedoras de herramientas
de piedras avanzadas emigraron desde las zonas del Mediterráneo
hacia el norte, retirándose después con la llegada de otra
era fría. "No hubo en este tiempo una población continua
de Europa", afirma el científico.
Para Hans-Eckart Joachim, profesor de prehistoria en Bonn,
esta "visión reinterpretada" del pasado de Europa "es atractiva,
pero aún controvertida". Se trata aquí de ver si se permite
mezclar datos antropológicos y arqueológicos, dice el profesor,
custodio de los históricos restos de Neandertal en el Museo Renano
de Bonn.
El primer europeo
Hace siete años, al excavar un sitio Neandertal
cerca de Moenchengladbach, Thissen y su colega Dirk Tomalak se dieron cuenta
de que allí, en capas de tierra demasiado antiguas, aparecían
herramientas de piedra modernas y altamente especializadas. Al mismo tiempo,
investigaciones genéticas, según las cuales el Neandertal
no está entre los antepasados del hombre moderno, demostraban una
ruptura en el desarrollo biológico del hombre en Europa, que hasta
entonces se suponía continuo.
La revaloración de cráneos humanos fósiles
como los de Steinhem y de Weimar-Ehringsdorf, la existencia de características
anatómicas hasta ahora no tenidas en cuenta y los resultados de
las pruebas genéticas demuestran, según Thissen, que el hombre
primitivo de Eurasia y Africa, al igual que el reino animal y vegetal de
entonces, "emigró al menos seis veces" cada 100 mil años,
de ida y regreso hacia el norte.
"Así se explica por qué durante las glaciaciones
europeas hay lagunas de decenas de miles de años en el material
fósil de las excavaciones", indica.
Hace sólo 200 mil años, y por razones aún
desconocidas, algunos de los inmigrantes del Mediterráneo tuvieron
la idea de quedarse a vivir en Europa central.
El Homo sapiens arcaico, creador de herramientas
de piedra modernas, se convirtió, en medio del clima de la Edad
del Hielo, en antepasado del Neandertal, "el primer europeo de verdad".
Una nueva era templada, hace 120 mil años, le hizo tomar contacto
nuevamente con una migración de lejanos parientes de la familia
Homo sapiens.
"El frío y el aislamiento genético -afirma
Thiessen- hicieron que el Neandertal quedara anatómica y tecnológicamente
atrás, convirtiéndose en víctima del hombre moderno,
depredador, voraz y agresivo, que le dio caza y lo devoró hasta
provocar su extinción."
Thissen explica su tesis en el informe anual de la Sociedad
de Historia Natural de Wuppertal, recién aparecido, documentado
con los últimos hallazgos de Francia y la región alemana
de Renania.
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