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México D.F. Domingo 17 de agosto de 2003
BAJO LA LUPA
Alfredo Jalife-Rahme
Arabia Saudita en la mira de los straussianos y el Irán-contras
Se está creando nueva "coreografía del
terror"
BABY BUSH PARECE haberse
decidido por una división salomónica de la zona de dominio
entre los dos grupos antagónicos domésticos: el Medio Oriente
para los straussianos y la península coreana para la dupla Powell-Armitage
del Departamento de Estado, con un empate técnico en Europa. Mientras
en la península coreana se da la oportunidad a una política
multilateral -aunque no hay que confiarse, porque en cualquier momento
Wolfowitz-Cheney-Rumsfeld-Perle pueden pasar al ataque preventivo nuclear
contra Norcorea-, en el Medio Oriente se profundiza el unilateralismo y
su "guerra preventiva imperial" en medio de la "guerra permanente" que
propugnan los straussianos. Irak hubiera sido el sitio ideal para aplicar
una política multilateral, con un papel distintivo para la ONU,
cuando se encuentra empantanado el ejército de Estados Unidos, acosado
por la asombrosa guerrilla sunnita. Pero después de la reunión
"secreta" (a espaldas de Baby Bush), del general Ariel Sharon con
el mitómano Cheney, contaminado por las mentiras radiactivas, los
straussianos han apretado las tuercas en el Medio Oriente: se ha desechado
una salida airosa en Irak con la intervención de la ONU (The
New York Times, 14 de agosto) y se afinan los últimos detalles
de guerra y/o desestabilización.
BABY BUSH VA por todo
el botín de Irak, que desea privatizar como si fuera propiedad exclusiva
de la gaso-petrocracia texana: acaba de nombrar a su íntimo amigo
en los negocios, Thomas C. Foley, para hacerse cargo de la privatización
(World News, 14 de agosto). El pasado de Foley no es muy virtuoso:
"pionero" (como se conoce a los agraciados empresarios donadores de fondos
en la campaña bushiana, quienes luego son gratificados con puestos
en el gobierno para resarcir sus inversiones electorales) trabajó
para una filial especulativa de Citigroup y participó en el frenesí
bursátil de los bonos chatarra que lo llevó a la quiebra.
NO
PASO INADVERTIDA la ominosa amenaza de Sharon durante su pasada reunión
con Baby Bush, que reseña Jim Hoagland, columnista estrella
de The Washington Post (14 de agosto): "Israel considera seriamente
realizar un ataque preventivo contra la planta nuclear de Bushehr debido
a que Irán se encuentra muy cerca de producir armas atómicas".
El mayor general Yoav Galant, secretario militar de Sharon, le mostró
a un Baby Bush "muy preocupado" todo el documento del programa encubierto
de Irán. El problema radica en que el contencioso iraní envuelve
a muchos actores desde el mar Mediterráneo (el Hezbolá, el
"partido de Dios", en la frontera Líbano-Israel), pasando por la
región chiíta en el sur de Irak y los yacimientos de petróleo
en la región chiíta del reino "wahabita", hasta Afganistán
y el mar Caspio. Es evidente que la teocracia de los ayatolas de Irán,
que resultó hasta ahora la gran vencedora de las dos guerras que
encabezó la dupla sajona Estados Unidos/Gran Bretaña en Afganistán
e Irak, sabe bien que no se puede llevar todo el pastel en el sur de Irak,
el sur de Líbano y, sobre todo, al este de Arabia Saudita, en Dhahran:
la única provincia chiíta del reino "wahabita", la zona más
rica en petróleo del mundo. Algo se ha de llevar también
el eje Estados Unidos/Gran Bretaña/Israel. En este contexto muy
complejo de variables multidimensionales de la singular geopolítica
del chiísmo han resucitado los archivos putrefactos del Irán-contras
por medio de la reanudación de contactos secretos entre los
straussianos y los tratantes de armas iraníes (Newsday, 8
de agosto). Israel también practica en relación con el chiísmo
su peculiar geopolítica de un doble discurso ya muy visto (dice
lo contrario de lo que practica, para engañar a los sunnitas y a
los ingenuos): "Los duros del Pentágono que presionan al cambio
de régimen en Irán han sostenido reuniones secretas no autorizadas
con un controvertido traficante de armas que fue una figura relevante en
el escándalo del Irán-contras". Dos funcionarios del
straussiano Douglas Feith, subsecretario de Defensa para Asuntos Políticos,
tuvieron "varias reuniones" con el iraní Manuchar Ghorbanifar, quien
"fuera intermediario en Estados Unidos" para el trueque de armas por cocaína,
el operativo encubierto de Daddy Bush-Shimon Peres con la
teocracia de los ayatolas chiítas de Irán. Algún arreglo
tras bambalinas entre Estados Unidos, Israel e Irán ha de estarse
cocinando, a diferencia del apretón de tuercas al "reino wahabita"
acusado de todos los males terrestres. Están dados todos los ingredientes
para una balcanización de Arabia Saudita, la primera potencia mundial
del petróleo, y el reparto selectivo de sus yacimientos. Desde el
discurso del 24 de julio de Cheney ante el influyente American Enterprise
Institute parece haberse creado una coreografía del terror que a
alguien le ha de convenir. Después de que British Airways anunció
la cancelación de sus vuelos a Arabia Saudita, el equipo Bush advirtió
sobre un ataque terrorista en el "reino wahabita". Días antes del
apagón en Nueva York y otras áreas del noreste, un tratante
de armas británico con antecedentes criminales, Hemant Lakhani,
fue atrapado por haber importado un misil ruso para ser usado contra aviones
de Estados Unidos. Un joyero hebreo-estadunidense, Yahuda Abraham, formaba
parte del círculo (The Scotsman, 14 de agosto). Llama la
atención la facilidad para el ingreso de un misil ruso, pese a todas
las medidas de seguridad, a un puerto de Estados Unidos. Lo extraño
del caso es que la investigación, según el periódico
israelí Haaretz, llevaba 18 meses. ¿Por que fue develada
hasta ahora? Como que se está creando toda una coreografía
para otro "11 de septiembre" desde Indonesia pasando por Filipinas (¡han
reaparecido hasta piratas posmodernos en el superestratégico estrecho
de Málaca!) hasta la región del TLCAN: la infiltración
de la mafia rusa en México, según un artículo en el
Miami Herald, y las andanzas de Rafi Eytan (asesor de contraterrorismo
de Sharon) por Estados Unidos, la ciudad de México, Monterrey y
una isla del Caribe. El presunto montaje de pánico de los straussianos
ha ocasionado alertas de terror en tres países anglosajones aliados
(Gran Bretaña, Estados Unidos y Australia), así como en Israel
y Arabia Saudita. Uno de los periódicos portavoces de los straussianos,
The Daily Telegraph (14 de agosto), contribuye a la coreografía
del pánico, esta vez con dedicatoria para Australia que, calladamente
bajo la cobertura del "combate al terrorismo", se ha posicionado en varios
territorios en el Pacífico (en Aceh, desprendida de Indonesia, y
en las superestratégicas islas Salomón): "Otro ataque terrorista
catastrófico es inevitable en muy poco tiempo". Dennis Richardson,
jefe de la Organización de Seguridad de Inteligencia Australiana,
predijo que "próximamente ocurriría un devastador ataque
con armas nucleares, biológicas y químicas". ¡Dios
Santo! A sabiendas de sus actos terroristas y sus alcances, ¿cómo
no logran detener a los autores, y menos prevenir sus delitos a tiempo?
Lo real es que todo el montaje hollywoodense del terrorismo global ha cobrado
"profundidad estratégica" con la inclusión de Australia,
el aliado anglosajón de Estados Unidos y Gran Bretaña.
AHORA JEFFREY SACHS se ha sumado a la ofensiva
de los centros de pensamiento israelíes para derrocar al régimen
"wahabita", por medio del artículo "Arabia Saudita era el verdadero
objetivo de la guerra en Irak" (The Financial Times, 13 de agosto).
Sachs, quien descuartizó las economías de Bolivia y Rusia
con sus alocadas "terapias de choque", basa sus asertos en la "seguridad
energética" de Estados Unidos y aduce que "la conspiración
se consolidó con la divulgación de la investigación
del Congreso sobre el 11 de septiembre. Parece muy probable que Irak haya
sido atacada porque Arabia Saudita se encontraba profundamente implicada
en los ataques terroristas". Recuerda que el embargo petrolero de 1973
se escenificó durante la presidencia de Gerald Ford, cuando Rumsfeld
era por primera vez secretario de Defensa, y Cheney, jefe del gabinete:
28 años antes del 11 de septiembre, "el Pentágono y los planificadores
académicos comenzaron a realizar planes de contingencia para la
captura militar de los campos petroleros del Medio Oriente". ¡Vaya,
vaya: qué novedad!
SACHS RECONOCE, COMO si no se supiera, que: "Arabia
Saudita había constituido la llave para la riqueza privada de figuras
relevantes, y para la extensa familia Bush en particular. La familia real
saudita carece de legitimidad política, por lo que compra la protección
de Estados Unidos", y benefició con suculentos contratos a toda
una pléyade de contratistas adscritos al Grupo Carlyle. Como que
salió muy caro, ¿no? Argumenta que el 11 de septiembre puso
en tela de juicio dicha colusión corporativa con la revelación
de que 15 de los 19 involucrados habían sido sauditas: "amplios
sectores de la extensa familia real eran no solamente corruptos, sino profundamente
entrelazados con el terror antiestadunidense y el fundamentalismo extremista".
Para edulcorar sus asertos, Sachs se basa en el libro Durmiendo con
el diablo: cómo Washington vendió nuestra alma por el crudo
saudita, del ex agente de la CIA Robert Baer, que exhibe cómo
el gobierno estadunidense hizo caso omiso de la creciente evidencia de
la complicidad saudita en el terrorismo fundamentalista, lo que frustró
consecuentemente las investigaciones sobre el 11 de septiembre. Sachs sustenta
"cuatro canales plausibles": 1) La estabilidad del petróleo saudita
estaba en peligro. El régimen era inestable y aun constituía
una amenaza letal para Estados Unidos; "desde el punto de vista cuantitativo,
la única alternativa significativa al petróleo saudita era
el petróleo iraquí". 2) "Se tenía que buscar un sustituto
para las bases militares de Estados Unidos en Arabia Saudita que se encontraban
bajo al amenaza de Al Qaeda. Irak sería la nueva base de las operaciones
militares de Estados Unidos. Paul Wolfowitz, el subsecretario de Defensa,
ya lo explicó en su entrevista a Vanity Fair". 3) "La Casa
Blanca de Bush necesitaba expedir una amenaza poderosa al liderazgo saudita:
un paso más en falso y están acabados". 4) "Hussein era el
objetivo perfecto, un verdadero déspota, un enemigo público
de Estados Unidos y un despilfarrador de los recursos energéticos
que necesitaban los consumidores de Estados Unidos".
¿SIGNIFICA, ENTONCES, QUE el género
humano le debe estar eternamente agradecido al equipo Bush, aliado de los
sauditas, no se diga de Al Qaeda durante la guerra fría,
por haber eliminado a Hussein, un despilfarrador (sic) de los energéticos,
para que Estados Unidos siga siendo el mayor derrochador de gas y petróleo,
así como el superlativo depredador ambiental a escala global? Se
desprende de los asertos de Sachs que el equipo Bush busca capturar por
la puerta trasera los yacimientos petroleros de Arabia Saudita. ¿Será
mediante la balcanización de la región chiíta de Dhahran,
al este del reino "wahabita", como prevé el "plan Wolfowitz"? Sachs
pertenece al Centro de Desarrollo Global (CGD, por sus siglas en inglés),
brazo influyente del Instituto Internacional de Economía (IIE, por
sus siglas en inglés), con sede en Washington, en el que colaboran
Ernesto Zedillo y el megaespeculador y criminal convicto George Soros.
En el CGD aparece Angel Gurría Treviño, como "presidente
del cuerpo externo de asesoría" del BID, quien debería estar
en la cárcel por sus fechorías en el Fobaproa/IPAB (no se
diga en Nafin), como revela la Auditoría Superior de la Federación.
Pero tal parece que los antecedentes criminales o el haber despedazado
(o descuartizar en el futuro) a los países en vías desarrollo,
son los requisitos para ingresar al IIE, o a su apéndice, el CGD:
los piratas con "antifaz académico" del petróleo y recursos
financieros ajenos.
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