México D.F. Sábado 16 de agosto de 2003
Obra de Berta Hiriart para arpista y actriz
Montaje infantil sensibiliza sobre el daño de
la guerra
FABIOLA PALAPA QUIJAS
¿Qué sucede con los niños cuyas naciones
se encuentran en guerra? ¿Cómo lo perciben las personas que
no viven un conflicto bélico? Niñas de la guerra,
obra para arpista y actriz, escrita y dirigida por Berta Hiriat, busca
que los pequeños entiendan qué es una guerra y cómo
repercute en la vida cotidiana de quienes no la han vivido. ''En la realidad
nadie puede permanecer indiferente cuando hay otro pueblo que sufre y niños
que mueren en medio de una lucha por el poder'', señala la dramaturga.
La obra -dirigida para mayores de cuatro años-
es un cuento que plantea la solidaridad -o la indiferencia- ante un problema
bélico por habitantes de otro país, en este caso representados
por dos niñas, que enfrentan dificultades en el pueblo de Nopasanada,
ya que tienen miedo de perder su tranquilidad ante la presencia de una
extraña que habla otra lengua y tiene diferentes costumbres.
Ante la violencia de la guerra, los niños deben
estar informados para comprender y reflexionar sobre el miedo y la intolerancia
de la gente hacia las personas que huyen de un conflicto bélico.
El montaje de Hiriat muestra dos pueblos, dos niñas, dos arpas:
un encuentro de paz en tiempos de guerra.
Las
protagonistas, Vera (Mercedes Gómez) y Luisa (Aracelia Guerrero),
representan la posibilidad de paz en tiempos de guerra; los niños
deben saber que mueren muchos inocentes. ''La obra muestra por un lado
el rechazo hacia los refugiados y, a su vez, maneja ese compromiso que
existe con otros seres humanos''.
La dramaturga explica: ''la gente mayor en general está
muy asustada ante lo desconocido (la guerra); nos da miedo lo que no conocemos
y también lo que puede quitarnos seguridad. Esto propicia que las
personas no se solidaricen con aquellas que tiene problemas".
La puesta en escena, con sólo un tendedero, dos
arpas y una almohada, "invita a los niños a imaginar y a reflexionar
sobre la riqueza que da la mezcla cultural cuando un pueblo apoya a un
grupo de refugiados que tiene diferentes costumbres".
La historia de las dos niñas en el pueblo de Nopasanada
pone de manifiesto que en las guerras siempre hay personas que tienen gestos
de solidaridad, pues esconden a los figitivos o los ayudan a huir. ''El
montaje tiene un juego de contrapuntos: por un lado está el odio
motivado por la guerra y por el otro la solidaridad, la belleza y el encuentro
que puede darse entre los seres humanos a través del arte, ya que
la niña que viene de la guerra, Vera, trae un arpa".
Para Berta Hiriat, la música es un lenguaje universal
que hace un puente de comunicación entre los dos pueblos; en la
obra la música del arpa acaba por conmover a uno de los personajes
más duros de Nopasanada.
Niñas de la guerra trata el tema de la intolerancia
en el ser humano, ''la cerrazón hacia lo diferente causa dolor en
las personas rechazadas, pero empobrece a quienes rechazan, pues depauperan
su mente y sus sentimientos'', apunta la dramaturga.
Sin embargo, la obra muestra ciertos factores de solidaridad
con el pueblo que vive el conflicto bélico, así se enriquecen
las expresiones culturales de las dos naciones. ''Es un privilegio estar
en contacto con el público infantil y comentarle de aspectos que
son fundamentales en la realidad de la guerra; nadie puede permanecer indiferente
cuando hay otro pueblo que sufre terriblemente y otros niños que
mueren porque en las luchas por el poder son ellos las primeras víctimas
de las bombas".
Sobre la figura femenina en la obra, Hiriat comenta que
la idea de montar un espectáculo para niños surgió
de una inquietud de dos arpistas, Mercedes Gómez y Janet Paulus,
quienes la invitaron a escribir y dirigir. En la versión original
se trataba de una actriz, Aracelia Guerrero, que hace todos los personajes
del pueblo y dos arpistas. El estreno se realizó en enero como parte
del sexto Festival Internacional Música y Escena-México-Gran
Bretaña, en el Centro Cultural Helénico.
La obra Niñas de la guerra se escenifica
sábados y domingos a las 12:30 horas, hasta el 31 de agosto, en
el Teatro El Granero del Centro Cultural del Bosque, Reforma y Campo Marte,
atrás del Auditorio Nacional.
|