México D.F. Sábado 16 de agosto de 2003
Trataban de dialogar con López Obrador
Desquicia al Centro movilización mañanera
de integrantes del GMT
LAURA GOMEZ, ANGEL BOLAÑOS Y MIRNA SERVIN
Ante la protesta de cerca de mil ex trabajadores de Ruta
100, el jefe de Gobierno del Distrito Federal, Andrés Manuel López
Obrador, reiteró que no se usará la fuerza pública
para desalojar los módulos del Grupo Metropolitano de Transporte
(GMT) ocupados por disidentes de la organización y ofreció
sus "buenos oficios" para establecer una mesa de negociación y conciliación.
Los
inconformes, encabezados por Fernando García y Gabino Camacho, bloquearon
Plaza de la Constitución, 20 de Noviembre y las inmediaciones de
la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal (PGJDF).
Más tarde acordaron con las autoridades de justicia suspender sus
movilizaciones hasta el lunes, tras el compromiso del gobierno de recuperar
los módulos y autobuses en poder de la Alianza Corporativa, que
encabeza Jorge Cuéllar.
Además, Cuéllar y sus seguidores tendrán
que comparecer a más tardar ese día, por las acusaciones
del GMT sobre el despojo de los módulos, daño en propiedad
ajena e intento de homicidio, con lo que se podría girar una orden
de aprehensión en su contra. De no ser así, advirtieron los
inconformes, tomarán las instalaciones por la fuerza en el transcurso
del martes.
Alrededor de las 5:30 de la mañana arribaron al
Zócalo a bordo de 10 autobuses, en medio de un fuerte dispositivo
de seguridad, en el cual participaron más de 200 granaderos y policías
preventivos que se apostaron sobre Plaza de la Constitución y 20
de Noviembre, mientras uniformados del Centro Histórico cortaron
la circulación en Venustiano Carranza, 16 de Septiembre, Madero
y Palma, con el consecuente caos vial.
Sin embargo, los transportistas no lograron hablar con
López Obrador antes de su conferencia de prensa matutina. En ésta,
el mandatario capitalino censuró las posturas irreconciliables que
mantienen los dos grupos de ex trabajadores de Ruta 100, que no contribuyen
a solucionar el conflicto, aunque reiteró que no se usará
la fuerza pública para desalojar los módulos.
Reconoció que no es un asunto fácil, por
la actitud intransigente de ambas partes. "Es muy fácil pedir el
uso de la fuerza pública, pero tenemos que buscar el diálogo;
por ello no sería prudente recibir a un grupo, pues luego vendría
el contrario de igual manera a pedir que los reciba y lo mismo pasaría
en otros conflictos".
Dijo que el secretario de Gobierno, Alejandro Encinas,
los atendería, y "confiamos en que entren en razón y se logre
un acuerdo, porque la administración local no puede actuar de manera
represiva".
La posición del mandatario local molestó
a los trabajadores, quienes arremetieron contra las puertas del antiguo
Ayuntamiento y las golpearon durante casi una hora con botellas de plástico
y monedas, hasta que accedieron a hablar con su nuevo interlocutor, Alejandro
Encinas, quien los exhortó a negociar y lograr el restablecimiento
del servicio a corto plazo, mientras las autoridades judiciales resuelven
lo relativo a las denuncias presentadas en contra de Cuéllar.
Los inconformes expresaron su disponibilidad a dialogar,
siempre y cuando se recuperen los módulos, se actúe contra
los disidentes y se reconozcan los derechos de los socios de las tres empresas.
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