México D.F. Sábado 16 de agosto de 2003
Estudiantes, padres y vecinos hicieron desistir
a quienes cumplían orden de lanzamiento
Impiden desalojo del Colegio de Bachilleres en GAM
CLAUDIA HERRERA Y JOSEFINA QUINTERO
Un plantel del Colegio de Bachilleres estuvo a punto de
ser desmantelado ayer, cuando decenas de cargadores intentaron cumplir
la orden de una juez que determinó la devolución del terreno
al dueño, que lleva 23 años reclamando la propiedad.
Durante cerca de tres horas, estudiantes, maestros y vecinos
del Colegio de Bachilleres de la colonia Nueva Atzacoalco, delegación
Gustavo A. Madero (GAM), observaron cómo decenas de estibadores
desprendían pizarrones, sacaban sillas, archiveros y computadoras
del colegio, hasta que decidieron impedir el desalojo.
En
julio pasado, la juez 39 de lo civil, Florencia Rauda Rodríguez,
determinó la restitución del predio donde se asienta el colegio
desde 1978, a David Mercado, quien ya había ganado otro juicio en
1980, contra el entonces Departamento del Distrito Federal.
El director general del Colegio de Bachilleres, Jorge
González Teyssier, explicó que el problema se originó
porque en esa época, el gobierno del DF, que estaba cargo del fallecido
político mexiquense Carlos Hank González, nunca acató
la decisión del juez, por lo que el dueño promovió
exitosamente otro juicio en contra de la institución, en 2001.
Indicó que para el colegio era imposible atender
la sentencia de la juez, porque representaba la desaparición del
plantel, al que asisten 2 mil 300 alumnos, o el pago de aproximadamente
80 millones de pesos, "que no tenemos".
Así, cerca del mediodía de ayer el representante
legal del dueño, Marcos Reyes Bolado, llegó al plantel, ubicado
en la esquina de las calles San Juanico y Profesor Claudio Cortez, con
un grupo de cargadores, para cumplir la orden de desalojo.
El grupo entró al plantel con violencia, mientras
que varios granaderos cercaban la entrada para impedir el paso de alumnos,
maestros y padres de familia.
El enojo de los espectadores fue en aumento y antes de
que ocurriera un enfrentamiento los elementos de seguridad recibieron la
orden de salir de la zona. Al retirarse los granaderos, un grupo de jóvenes
entró a la escuela, con apoyo de maestros y padres de familia, que
comenzaron a devolver los muebles a su lugar.
Al lugar acudió más tarde el jefe delegacional
en Gustavo A. Madero, Joel Ortega, quien propuso negociar para impedir
que cientos de alumnos se quedaran sin escuela.
Ante la negativa del abogado, que insistía en cumplir
la orden de la juez, Ortega propuso instalar una mesa de negociación
en el gobierno de la ciudad, que serviría de mediador entre las
partes en conflicto.
Ante la molestia de los jóvenes, padres y vecinos,
que rebasaban en número a quienes realizaban el lanzamiento, el
representante legal aceptó la propuesta del funcionario y se retiró
con el grupo de trabajadores.
Por la tarde, González Teyssier aseguró
que las clases se iniciarán el próximo lunes, y dijo que
esperaba el apoyo del gobierno capitalino para llevar a buen término
las negociaciones y el eventual pago de la indemnización al propietario.
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