México D.F. Sábado 16 de agosto de 2003
La opresión en la visión judeo-cristiana es un invento, asegura religiosa católica
Las mujeres que rompen con su papel tradicional lo pagan caro: especialistas
Las mujeres que han decidido cambiar su papel tradicional por otro con el cual asumen un liderazgo social y político pagan un alto costo, pues se enfrentan a la resistencia social ante el temor de que asuman posiciones de poder en una sociedad patriarcal, donde se impone un imaginario femenino según el cual se debe estar en función de los demás, coinciden en señalar especialistas en temas de género.
El ejercicio del liderazgo femenino es un camino inédito que se está abriendo, pero al mismo tiempo es necesario reconocer que es parte de un contexto en el que pesa la historia del patriarcado y de la tradición judeo-cristiana, aseguró Teresa Cordero, integrante de la comunidad católica de las Hermanas Auxiliadoras del Purgatorio y especialista en temas de género, enfoque con el cual ha impulsado diversos proyectos de revisión histórica del quehacer de la mujer dentro de la Iglesia católica.
Cordero aseguró que el precio que se debe pagar por no cumplir con los papeles sociales asignados a las mujeres "es muy alto". Mencionó como ejemplo que a la defensora de derechos humanos Digna Ochoa y Plácido "se le está denigrando, pero también es un mecanismo de defensa de la sociedad ante lo desconocido".
Debemos superar -afirmó- la mentalidad social de que la mujer está destinada a lo privado, pues se cree que su sicología es para lo afectivo, no para lo racional. "De ahí que el papel destinado a la mujer es el de cuidar a los niños, a los ancianos o hacerse cargo de las labores domésticas, y aunque en la práctica seamos capaces de administrar una empresa, según la mentalidad social dominante no podemos emprender nada", aseguró.
Al respecto, indicó que "la Teología de la Liberación ya hizo su trabajo para abrirnos los ojos y ver que la opresión no es querida por Dios, es un invento nuestro". No obstante, reconoció que el liderazgo femenino sigue incomodando a la sociedad patriarcal: "es un poco el temor de lo que vamos a hacer, pero también está la cuestión de la dominación a todos los niveles, como por ejemplo la cuestión sexual -de la que ahora se ha empezado a hablar más abiertamente-, pero no se ha resuelto, todavía es un camino por recorrer". Esto implica, indicó, un proceso de mayor libertad y responsabilidad personal.
En ese sentido, señaló que no sólo los hombres tienen una visión machista o patriarcal: "yo creo que lo primero que tenemos que hacer es darnos cuenta de que las mujeres también tenemos una visión patriarcal en la que hemos sido formadas, y que creíamos justa. Creo que hay que sacar todo eso, que tiene mucho de simbólico, y aceptar que hay patriarcado, paternalismo y machismo, pero esto tiene sus consecuencias. Te hace perder tu estatus", aseguró.
Transformar la sociedad, el reto
Elena Hernández Corrochano, investigadora y especialista en estudios de género de la Universidad de Salamanca, en España, coincide en que uno de los mayores retos que enfrentan las mujeres en la actualidad es el proceso de transformación de la sociedad, pues asegura que ésta "debe reflexionar sobre determinadas cuestiones que se planean en el feminismo, pero no sólo porque benefician a las mujeres, sino a todos".
Asimismo, consideró que las mujeres aún siguen en la lucha por la igualdad, por lo que es necesario impulsar las diversas demandas de este sector, más allá del debate social. "Es un momento muy importante para que el tema de la mujer pase a ser también un debate político, porque es necesario cambiar estructuras, instituciones, formas de hacer, procesos políticos; no puedes desligar los derechos sociales de los políticos, se trata de cambiar un sistema".
En ese sentido, consideró que quienes desean impulsar una sociedad en que se formen sujetos conscientes, con criterio, responsables y capaces de decidir su propio destino, enfrentan un sistema no muy benévolo con esa causa, "porque no quieren sujetos reflexivos, sino consumidores que piensen poco y compren mucho", indicó.
La investigadora del feminismo contemporáneo agregó que en la actualidad se vive una vorágine de competitividad por el poder y la economía, lo que genera que en todas partes se pongan obstáculos a quienes impulsan estas transformaciones.
Graciela Hierro, directora del Programa Universitario de Estudios de Género de la Universidad Nacional Autónoma de México, aseguró que las mujeres continúan bajo un imaginario femenino tradicional "de ser para otros, de cuidar a los hijos, o se tiene la idea de que a mí me va a salvar un hombre", aseguró.
La investigadora y docente señaló que "en general, el imaginario femenino no ha cambiado, pues sólo las mujeres que han tenido una crisis y tomaron la vida en sus manos experimentaron una transformación de su imaginario, pero para la mayoría sigue siendo el mismo, pues tiene que haber una situación crítica que te permita lograr el cambio".
Afirmó que es necesario impulsar un "mundo donde lo más importante del imaginario eres tú y no tus hijos. Tu obligación es ser persona, y ser persona es cambiar el imaginario: yo no soy para otro, soy para mí".
Es importante señalar que "las teóricas feministas hemos creado una herramienta que permite cambiar el imaginario: la perspectiva de género. Este enfoque te dice que lo que te ocurre no te pasa porque eres tú, sino porque eres mujer".
Por ello, destacó, "tenemos que abolir esa división de lo privado y lo público, que es sexual y ha colocado a la mujer en el hogar y al hombre en la vida pública", concluyó. LPS
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