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México D.F. Lunes 11 de agosto de 2003
LA FIESTA DE LOS CARACOLES
''Somos gente sencilla, sin mucho conocimiento, pero nuestro trabajo es gobernar bien''
Miles de indígenas atestiguan el estreno de las juntas de gobierno
Es hora de despertar, dijo el comandante Omar a los jóvenes del campo y las ciudades
HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO
Oventic-San Cristobal de Las Casas, Chis., 10 de agosto. Desde las seis de la mañana una culebra de carros inició el retorno a las otras regiones de Chiapas y hacia el centro del país. En redilas, carros o autobuses, indígenas y "sociedades civiles" desmadejaron el Caracol que dejaban atrás. Llegaron delegaciones y concejos autónomos del norte, las Cañadas, la selva, la frontera. Y de los Altos, por supuesto, pero éstos acompañados por multitudes: pueblos enteros de San Juan de la Libertad, San Andrés Sakamchen de los Pobres, San Pedro Polhó, Santa Catarina, Magdalenas La Paz, San Juan Apóstol Cancuc y Dieciséis de Febrero.
Se dijo que llegaron a Oventic 30 concejos autónomos en rebeldía. Este enviado calcula que fueron más. Como sea, más de 10 mil indígenas acompañaron el nacimiento de su Caracol y la junta de buen gobierno (JBG), corazón céntrico de los zapatistas delante del mundo.
Simultáneamente al acto de Oventic, durante tres días hubo fiesta en los otros Caracoles, donde iniciaron funciones las JBG Nueva Semilla que va a Producir (Roberto Barrios), Hacia la Esperanza (La Realidad), El Camino del Futuro (La Garrucha) y Corazón del Arcoiris de la Esperanza (Morelia). Allá hicieron festejo millares de indígenas de todos esos municipios y pueblos. Las fiestas comenzaron con la partida de las delegaciones hacia Oventic, y habrán de concluir hoy al retornar los consejos autónomos a sus localidades.
Este mediodía, en la calzada del Caracol en Oventic, aún esperaban transporte centenares de indígenas y "sociedades civiles" prietas y güeras. Aunque ya se había retirado la mayoría de los visitantes, seguían en pie un centenar de cobertizos de nailon y tiendas de campaña. Centenares de indígenas zapatistas se echaban unas tostadas, casi listos para partir.
Un centenar de miembros del Congreso Nacional Indígena, procedentes de ocho de las entidades más indígenas del país, estuvieron presentes en Oventic desde el viernes. El CNI respondió hoy afirmativamente a la invitación del Ejército Zapatista para aplicar los acuerdos de San Andrés Larráinzar como ley legítima para los pueblos indios de México.
Tan sólo de Oaxaca participaron en el encuentro más de diez organizaciones zapotecas, mixtecas, mixes y otras. Vinieron amuzgos, nahuas y mixtecos de Guerrero; tének de Veracruz; rarámuris, mazahuas y nañús.
También presentes estuvieron delegaciones de los sindicatos Mexicano de Electricistas (SME), de Trabajadores de la UNAM (STUNAM), telefonistas, trabajadores de la educación y otros. La organización nacional campesina Unorca envió representación. Otras organizaciones sociales urbanas e indígenas acompañaron el nacimiento del Caracol. Vino gente de Jalapa, Guadalajara, Tijuana, Cuernavaca, Puebla, Tlaxcala, Chilpancingo, Chihuahua, Juárez, Neza, Toluca, Distrito Federal y otras ciudades. Esta tarde, el piso de la calzada y la explanada del Caracol lucían completamente limpias. Nadie diría que allí acababan de echarse un ''Woodstock'', como quien dice, miles de personas juntas y revueltas. Bien revueltas.
Primer día
Al cabo de tanta fiesta y ajetreo, empieza para los Caracoles su primer día, que por suerte es domingo. La junta de buen gobierno se estrena en su casa, sobre una alfombra de juncia. En los muros interiores una estrella de verdes palmas, atadas con papel crepé de colores a ramilletes de flores que, para llevar así colgadas más un día, siguen aceptablemente vivas.
Sus integrantes comienzan por dar entrevistas a distintos medios de información. "Somos gente sencilla, sin mucho conocimiento, pero nuestro trabajo es gobernar bien", dijo esta tarde un miembro de la JGB al enviado de La Jornada.
El novedoso organismo está constituido aquí en los Altos por 14 delegados de siete municipios autónomos. Sus ropas los revelan andreseros, pedranos, cancuqueros, sanjuaneros, zinacantecos. Los pasamontañas los unifican como zapatistas.
Parte de la oficina, donde la junta de los Altos bordea una larga mesa de pino para atender a periodistas, está ocupada por los equipajes (morrales, mochilas, bolsas) de los hombres designados por los pueblos para representar el gobierno autónomo; dos por cada municipio de la región, si bien esta junta de buen gobierno atiende también a las comunidades y colonias en resistencia de Tuxtla Guitérrez (capital del estado), Barriozábal, Ocozocuautla, Chiapa de Corzo y Cintalapa.
Sobre la calzada del Caracol se estrenan la Oficina de Mujeres La Dignidad, la sede de la Osimech (Organización de Salud Comunitaria de Indigenas Mayas del Estado de Chiapas, AC), la Sociedad Cooperativa Fábrica de Calzado Primero de Enero, la peluquería y otras casas que se añaden a las ya existentes Clínica La Guadalupana, cooperativa de las artesanas en resistencia, tienda y comedor Che Guevara, el auditorio multiusos Emiliano Zapata. Unos metros adentro se ha erigido una bonita iglesia de madera dedicada a San Andrés.
La vasta explanada al final de la pendiente deviene instantánea cancha de básquet o futbol, y hacia la izquierda se ubican los ya varios edificios de la escuela secundaria autónoma (dos pisos de aulas, biblioteca, oficinas, dormitorios). Aquí funciona también una escuela de idiomas (de momento tzotzil y castellano) para extranjeros.
Saludos y adhesiones
''Saludamos la iniciativa zapatista de la instalación de las juntas de buen gobierno, así como la creación de los Caracoles, ya que representa una oportunidad de reunirnos entre todos, conocernos y construir un camino de unidad para enfrentar los problemas de las comunidades indígenas de México", declaró el Frente de Comunidades Mixtecas, del cual vinieron representantes de San Pedro Yosotatu, San Isidro Vista Hermosa y Santa Catarina Yosonotu, en uno de los primeros saludos del movimiento indígena a la nueva iniciativa autonómica del EZLN.
En el mismo sentido se manifestaron aquí dos de los perseguidos políticos favoritos del gobernador José Murat: los dirigentes Adelfo Regino Montes (de Servicios del Pueblo Mixe) y Raúl Gatica (del Consejo Indígena Popular de Oaxaca).
A pocas horas de instaladas las juntas zapatistas se han sumado a su llamado organizaciones y comunidades triquis y otomíes del Distrito Federal, diversas organizaciones nahuas, mixes, zapotecas (de la sierra y el Istmo). También los autónomos guerrerenses de Xochistlahuaca, las policías comunitarias de la Montaña y el consejo del Alto Balsas.
''Es hora de despertar'', dijo ayer el comandante Omar, dirigiéndose a los jóvenes del campo y la ciudad, de México y el mundo. "Nos persiguen por ser diferentes. Ya quisieran que fuéramos viejitos o viejitas para que ya no se preocupen. Se equivocan, porque nunca seremos viejitos. Unos vamos muriendo y otros retoñando, así que aquí la lucha va estar todo el tiempo joven."
Indios y no indios, desempleados, migrantes, estudiantes: el llamado de los zapatistas se dirige a los de abajo. Ha de ser por eso que de abajo les llegan las primeras respuestas. Caracol comenzando.
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