Señor director:

Me referiré a la crítica que en Letra S No.84 se hace del cartel "Puto el que lo lea", de la agrupación EDUCA.

Los homosexuales no deben seguir reservándose la exclusividad de la palabra "puto" como ofensa a su condición sexual. Tampoco deben pretender que esa palabra deje de ser un insulto y que designe algo hermoso, libre y cubierto por una flor. Si en un momento el vocablo se asignó universal y peyorativamente a los homosexuales, hoy sus connotaciones son en parte distintas. Y este cambio se debe muy probablemente a la lucha por los derechos de los homosexuales.

¿Quieren, a cambio de un respeto demandado con susceptibilidad, seguir siendo "putos"? ¿Es su fantasía que la palabra desaparezca o, mejor dicho, ponerle un altar tabú para que exista, defina algo, pero no sea empleada? El lenguaje no hace caso de estas voluntades.

Yo opino que los homosexuales deben, cada vez más, dejar de ser "putos", ser definitivamente otra cosa y permitirnos a los que deseamos usar esa palabra para ofender a alguien que la gocemos a nuestras anchas.

No me considero ignorante por haberme conmocionado ante un cartel que señala con fuerza la gravedad del problema de la educación.

Agradezco su atención.

Andrés García Barrios
 
 

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