México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003
Homenaje de cuerpo presente a Jorge Velazco
en la Neza
Sólo los instrumentos rompieron el silencio
ANGEL VARGAS
Ayer fue un día triste y a la vez histórico
para la memoria de la Sala de Conciertos Nezahualcóyotl, luego de
que allí se rindió homenaje de cuerpo presente al director
de orquesta y musicólogo Jorge Velazco, quien falleció la
noche del martes de manera repentina a los 61 años, víctima
de un infarto al miocardio.
Nunca antes, en los casi 27 años de existencia
del recinto, se había realizado en él una ceremonia similar.
Nunca antes, muy probablemente, tampoco una pieza musical como la ayer
interpretada por la Orquesta Sinfónica de Minería, de la
cual era fundador y titular el músico finado, ha sonado en esa sala
con tan profuso dolor y dramatismo.
Lánguidas, quizá como en muy pocas ocasiones
o incluso nunca, sonaron las cuerdas de violines, violas y chelos de la
referida agrupación al ejecutar Crisantemi, de Giacomo Puccini.
Salvo esa pieza musical, lo demás fue silencio. Un silencio hiriente
y pesado, acaso también lúgubre.
Minutos antes, a las 13:30 horas en punto, el féretro
gris con los restos de Velazco había sido recibido con aplausos
que se extendieron hasta lo interminable en el momento de ingresar en la
sala y ser trasladado hasta la parte frontal del escenario, donde fue dispuesto
justo en el lugar en el que habitualmente se encuentra el podio.
Así ocurrió el último contacto del
director con la música y su orquesta, la cual fundó hace
25 años y actualmente se encuentra en plena temporada conmemorativa
por esa efeméride. Las notas de las golondrinas marcaron el fin
de la ceremonia, y el cortejo fúnebre partió hacia el Panteón
Jardín, donde el músico fue enterrado.
Más de 200 personas acudieron al acto y, como
si se tratase de un concierto convencional, durante casi 90 minutos ocuparon
las butacas a lo largo y ancho de la sala. Fue evidente la escasa presencia
de músicos y personas relacionadas con la cultura, no así
la de funcionarios universitarios, ex funcionarios públicos (como
Jorge Carpizo y Patricia Galeana) y empresarios, además de familiares
y amigos.
Mientras gran parte de los concurrentes e integrantes
de la sinfónica montaron guardia, algunas preguntas corrían
en el aire, primero de manera silenciosa y luego a voz viva, sobre todo
merced a la inquietud de los reporteros que cubrían la nota: "¿Qué
pasará ahora con la orquesta?", "¿habrá o no concierto
este fin de semana?", "¿se suspenderá la parte restante de
esta temporada?"
La información, en un principio, se cruzaba de
manera contradictoria, pero a la postre, tanto personal administrativo
de la agrupación, como algunos de los propios atrilistas anunciaron
que la Sinfónica de Minería continuará sus actividades
conforme al programa establecido, como una forma de rendir homenaje a su
gestor y promotor.
El violinista y director huésped Leon Spierer estará
al frente de los conciertos de ésta y la próxima semana,
fue el acuerdo. La información relativa a las próximas presentaciones
será notificado durante los próximos días, incluida
la concerniente a la gala de ópera que habrá de realizarse
el 30 de agosto para celebrar el 25 aniversario de la orquesta.
"Es un desenlace triste, pero continuaremos tocando. Será
un homenaje al maestro Velazco y al mismo tiempo una manera de cumplir
las indicaciones que nos daba cada semana acerca de que la música
debía seguir sonando, aunque fuera sin él, y así se
hará", dijo el violinista Gabriel Castorena.
"Habrá algunas modificaciones en los próximos
programas, pero posteriormente retomaremos su proyecto y lo llevaremos
hasta el final, con todo el dolor que eso implica para nosotros. Levantar
los instrumentos hoy (miércoles) fue un acto de profunda tristeza.
Pero ante todo debemos mantenernos fieles a su encomienda como director:
que la música siga sonando, por encima de todo".
La muerte de Jorge Velazco tomó por sorpresa a
todo mundo, como lo confirmó el titular de Difusión Cultural
Universidad Nacional Autónoma de México, el escritor Ignacio
Solares, quien, además de anunciar que en breve se darán
a conocer los detalles de un homenaje póstumo para el director,
recordó lo emocionado que éste se encontraba el pasado domingo
al término del quinto concierto de la temporada, al grado de que
sostenía que quizá era la presentación más
emotiva de su vida.
Las reacciones no se hicieron esperar entre algunos de
los concurrentes a la ceremonia de la sala Nezahualcóyotl. El promotor
cultural y ex director del Instituto Nacional de Bellas Artes Ignacio Toscano,
por ejemplo, destacó la labor de Velazco en los campos de la dirección
orquestal y promoción musical, pero sobre todo su trabajo en el
área de la investigación, merced al cual "los melómanos
mexicanos pudimos disfrutar grandes temporadas con obras que antes no se
habían escuchado en México".
En el mismo tenor se expresaron el musicólogo Ricardo
Miranda y el director operativo de la Filarmónica de la Ciudad de
México, Francisco Viesca: "Fue un personaje muy importante para
la música mexicana, como director, musicólogo y difusor.
Difícilmente tendrá parangón. Logró conjuntar
sin duda a la mejor orquesta que hay en el país desde hace muchos
años".
No todas las opiniones, sin embargo, fueron del todo positivas,
como la del crítico Lázaro Azar: "El legado de Jorge Velasco
fueron sus libros como ensayista y traductor. Como músico, nadie
puede negar que fue una de las batutas más aburridas de este país.
Habría que dismitificar un poco ahora que ya no está él
con todo el respaldo de un equipo de publicidad, qué tanto había
de cierto en todas aquellas fabulosas criticas que presentaba sobre su
desempeño, al igual que si era o no asistente de Karajan después
de haber tomado un pequeñito seminario en Juilliard en 1976".
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