México D.F. Jueves 7 de agosto de 2003
La Cámara de Diputados aprobó
el plan, en primera ronda, la madrugada de ayer
Miles de burócratas marchan en Brasil contra
reformas a la ley de pensiones
Inconformes irrumpen en el recinto legislativo y acusan
a Lula de "traidor"; dos heridos
AFP, REUTERS Y DPA
Brasilia, 6 de agosto. Miles de empleados públicos
de todo Brasil protestaron este miércoles aquí contra la
reforma del sistema de pensiones que recortará los privilegios del
sector, aprobada en general por la Cámara de Diputados, y acusaron
de traidor al presidente Luiz Inacio Lula da Silva.
Un grupo de manifestantes esquivó el control policial
e ingresó al Salón Negro de la Cámara, rompiendo varios
vidrios a pedradas y puntapiés. Dos personas resultaron heridas,
un agente de seguridad de la Cámara y un manifestante.
"Es un crimen, es intolerable y antidemocrático",
dijo el presidente de la Cámara, Joao Paulo Cunha, sobre los incidentes,
aunque subrayó que se originaron con "algunos manifestantes, fuera
del control de los organizadores de la marcha que legítimamente
se manifestaba contra la reforma del sistema de pensiones".
El
presidente del Senado, José Sarney, dijo, por su parte, que "es
necesario un esfuerzo de moderación, diálogo y búsqueda
de la paz política".
Los 60 mil manifestantes -según cálculos
policiacos- llegaron a Brasilia con la intención de impedir la votación
prevista inicialmente para el miércoles. Pero ésta fue adelantada
por el gobierno al martes por la noche, tras alcanzar un acuerdo con los
aliados gubernamentales para modificar algunos puntos de la reforma.
El proyecto fija un tope para los salarios de los funcionarios
de los estados, aumenta siete años la edad para la jubilación,
fija un impuesto de 11 por ciento a las pensiones superiores a 400 dólares
-uno de los puntos más polémicos- y limita a 800 dólares
la garantía de integralidad, es decir, la jubilación con
el último salario completo.
La marcha se inició en la plaza de la Catedral
de Brasilia y transcurrió sin incidentes a lo largo de los casi
tres kilómetros que la separan del Congreso. La Federación
de las Asociaciones de Funcionarios de las Universidades Federales abrieron
la manifestación cargando ataúdes con fotos del presidente
Lula, los ministros de Hacienda, Antonio Palocci, y el de Pensiones, Ricardo
Berzoini, entre otros. "Lula, respeta a quien te votó", gritaban
los inconformes, votantes históricos del izquierdista Partido de
los Trabajadores (PT).
Cuando la concentración estaba a punto de dispersarse,
un grupo aprovechó un descuido de la policía para traspasar
la valla de seguridad y romper varios vidrios del edificio con piedras,
palos y tapas de alcantarillas. Cientos de pancartas comparaban al ex líder
sindical Lula con su predecesor Fernando Henrique Cardoso y gritaban: "basta
de neoliberalismo".
Fin a la unidad monolítica
Según algunos analistas, el triunfo político
de Lula en la Cámara de Diputados acabó con la unidad monolítica
de su partido, ya que llegó a 11 el número de diputados que
votaron en contra del proyecto o se abstuvieron.
Apenas unas horas después de que en la madrugada
la plenaria de diputados aprobara el proyecto de ley en primer debate,
por 358 votos contra 126 y 9 abstenciones, el presidente del PT, José
Genoino, lanzó la advertencia sobre el futuro de sus tres partidarios
que votaron en contra.
"Los tres están prácticamente fuera del
partido. Es una cuestión apenas formal", declaró Genoino.
Estos legisladores, junto con una senadora del PT, empezaron
a actuar en oposición al gobierno de su propio partido debido a
las decisiones del Banco Central de incrementar la tasa básica de
interés para combatir la inflación, al recordarle públicamente
a Lula que él se había opuesto a ese tipo de acciones macroeconómicas
cuando era líder de la oposición.
Sobre la reforma de pensiones, estos diputados sostienen
que no sólo responde a las exigencias del Fondo Monetario Internacional
(FMI) -con el que Brasil firmó en septiembre del año pasado
un crédito sin precedentes por 30 mil 400 millones de dólares-,
sino que va en contra de los empleados públicos, que son en su mayoría
del PT.
Por su lado, los ocho diputados del PT que se abstuvieron
en la votación del proyecto de reforma afirmaron que lo hicieron
porque no "asegura" una política de seguridad social incluyente.
En un documento de nueve puntos, sostuvieron que el proyecto
"agrede algunos derechos nunca cuestionados en los programas y discursos
de campaña del PT", como son que las pensiones de los funcionarios
equivalgan al último salario íntegro y que esas pensiones
estén exentas de impuestos.
"El verdadero problema estructural de las pensiones es
la escandalosa exclusión de más del 50 por ciento de la población
trabajadora brasileña", aseguran.
Lo que se necesita, según los autores del documento,
además de una "vigorosa reforma" agraria y urbana, y la reanudación
del crecimiento, es "una fiscalización gubernamental implacable
e incorruptible, y una verdadera política de seguridad social incluyente".
El gobierno de Lula logró 51 votos más de
los necesarios para aprobar el proyecto gracias a la ayuda de algunos diputados
del Partido del Frente Liberal y del Partido Socialdemócrata Brasileño,
mientras que los partidos de izquierda que conforman la coalición
gubernamental dejaron de dar al gobierno nada menos que 62 votos en favor
del proyecto.
Para entrar en vigencia, la reforma de pensiones aún
tiene que ser aprobada por los diputados en segunda vuelta, y luego en
el Senado, también en dos rondas de votación.
|